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  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente

    Juana Béjar, la primera mujer que integró el ejército patriota



    Foto: Imagen libro ' Mujeres y la Libertad' de Nelly Sol Gómez de Ocampo

    Lunes, 20 Julio, 2020 - 09:01

    Por:Andrea Castro. Radio Nacional de Colombia - Llanos

    La independencia fue un largo proceso que logró el fin del dominio español en la Nueva Granada, donde las mujeres fueron decisivas, de manera abierta rechazaban la monarquía y eran permanentes sus arengas motivando a los patriotas a luchar por la libertad. Esto llevó a que muchas fueran condenadas a prisión o al fusilamiento, hoy se les reconoce como heroínas, por su papel destacado en esta causa.

    Según los historiadores, la gesta libertadora fue una lucha que inició desde el 20 de julio de 1810, en la cual el pueblo quería más autodeterminación y estaba en contra de lo que consideraban un mal gobierno, un virrey que respondía a los intereses de la Corona española.

    Las primeras que empezaron a manifestarse fueron las vendedoras de productos de mercado y se evidencia el primer rechazo popular femenino a la monarquía en esa época.

    En aquellos tiempos difíciles, las mujeres ocuparon un lugar fundamental, muchas fueron heroínas, mártires, combatientes e informantes que contribuyeron en el proceso independentista. Unas entregaban a sus hijos, otras confeccionaban uniformes y hasta donaban sus prendas para apoyar a las tropas; pero una en particular, logró llegar con gallardía a los campos de combate. Se trata de Juana Béjar, la primera mujer sargento mayor de caballería del ejército libertador.

    Nelly Sol Gómez de Ocampo, historiadora y escritora de la Academia Boyacense de Historia Colombiana, relata en su obra literaria ‘Mujeres y la libertad de la independencia de Colombia’, la labor de más de 1.600 heroínas de la gesta libertadora. Allí explica por qué Béjar es una de las mujeres que marcó historia de la lucha libertadora.

    “En aquel entonces a la mujer solo le permitían realizar el trabajo o los oficios caseros como lavar, planchar y atender a los enfermos. Era prácticamente el rol que cumplían las mujeres en la independencia. Juana Béjar era consideraba como ‘La Amazona’, una excelente jinete”, señala.

    Gómez de Ocampo comenta que las mujeres “dieron estabilidad emocional y espiritual al hombre y, por eso, estuvieron de acuerdo con que ellas estuvieran presentes en la ruta libertadora”.

    El 12 de junio de 1819, Béjar abrió camino para la mujer en las Fuerzas Militares, era vecina y residente de Pore (Casanare). Allí tuvo como ejemplo a su paisana, la heroína mártir, Presentación Buenahora, quien fue fusilada el 28 de junio de 1816 en esta región por el realista José Villavicencio.

    Y aunque la sociedad ha querido enmarcar a las mujeres por su entorno familiar como esposas, madres e hijas, Juana es recordada por ser la única a la que oficialmente se le permitió combatir en la campaña libertadora, haciendo parte del ejército de la República. Esto, a pesar de que la única participación de las mujeres en las filas era para ayudar a los enfermos, cocinar y juntar recursos para apoyar la causa.

    Soldados como Fray Ignacio Mariño, reconocieron la gallardía de Juana como jinete, pero sobre todo su destreza para manejar la lanza, cualidades que le permitieron pasar a la historia como una de las 17 mujeres voluntarias que acompañaron la tropa, lo que dejó en evidencia el carácter, firmeza, templanza y valentía de las mujeres de la Nueva Granada.

    La historia cuenta que Béjar no tuvo familia, se dedicó completamente la lucha independentista, y que después de finalizar la campaña libertadora pasó sus últimos días en el municipio llanero de Pore. Cinco años después de participar en las contiendas de las tropas, Juana recibía mes a mes su pago como sargento mayor del ejército de la República.

    En la notaría de ese municipio casanareño, aún existe un documento de la época, que se ha constituido como prueba fehaciente de que esta heroína luchó por la independencia, junto a generales como Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander y Rafael Urdaneta.

    “Juana inspiró a las mujeres a la lucha por la independencia. Abrió el camino para el posicionamiento de la mujer en las Fuerzas Militares”, afirma la historiadora Nelly Sol Gómez de Ocampo.

    Gracias al legado que dejó Béjar en la historia de la independencia, 4.508 mujeres han hecho parte del Ejército Nacional, entre las que están 488 oficiales, 875 suboficiales, 125 cabetes y 3.060 civiles que han hecho parte del área administrativa de esa institución. Así mismo, 10 mil uniformadas que han integrado la Policía Nacional.

  • Avenger2
    Avenger2Forista Técnico de Cuarto Grado
    Forista Técnico de Cuarto Grado

    Independencia de Colombia: 4 hechos clave que la historia oficial suele omitir


    Hoy, los 20 de julio pasan como un feriado más del país con más días festivos del mundo; con la diferencia de que hay un desfile y el presidente da inicio a las sesiones del Congreso con un discurso marcado por la agenda legislativa y política que le exige el momento.
    Desfile independencia Colombia

    En los desfiles suele haber una representación como esta del proceso independentista.

    "No se sabe qué se conmemora", dice el historiador Marcos González. "No son fiestas asumidas socialmente porque el referente aprobado está desviado: al principio se celebraba con una virgen, luego fue la fiesta de la bandera y ahora, hace 50 años, es la celebración del ejército".

    Sebastián Vargas, experto en celebraciones históricas, añade: "Las conmemoraciones son rituales diseñados como pedagogías de lo nacional para reproducir ciertos símbolos; y todavía hoy el Estado, la Iglesia y el ejército, que como guardianes de la memoria tienden a ser más conservadores, siguen teniendo el monopolio sobre esa pedagogía".

    Todo lo demás, entonces, ha quedado por fuera del relato histórico pese a los esfuerzos de organizaciones como la Academia de Historia, el Ministerio de Cultura o el Banco de la República.

    Al final,los desfiles del 20 de julio siguen siendo una celebración de héroes militares que relega u omite la diversidad cultural, geográfica y política del complejo —y para muchos inconcluso— proceso independentista colombiano.

    Estos son cuatro aspectos clave de la independencia que, según los historiadores, no suelen entrar en el relato histórico que, en términos generales, los colombianos reciben en la escuela y de parte del Estado.

    Pintura de la Independencia

    ILa participación de las mujeres fue clave en el proceso liderado por Simón Bolívar en Colombia y Venezuela.

    1. El 20 de julio no fue el primer ni el último grito de independencia

    Una de las principales quejas de los historiadores es que fijar el 20 de julio como el día más importante de la independencia es una lectura desde Bogotá que ahonda uno de los principales problemas de Colombia: el regionalismo.

    "Tú le preguntas a un cartagenero cuándo fue la independencia y te dice que fue el 11 de noviembre de 1811", dice González, en referencia al caso de Cartagena.

    En efecto, ni el virreinato de la Nueva Granada ni lo que en 1819 se convirtió en la Gran Colombia eran territorios homogéneos que respondían a un poder central, sino un conjunto de complejas y muy diversas poblaciones.

    Cada una de ellas tuvo su propio proceso independentista. Y algunos —como Cali, Buga y Socorro— iniciaron antes del 20 de julio.

    "Hay que entender que, como toda fiesta patria, haber establecido al 20 de julio como símbolo de la independencia respondía a los intereses políticos de la élite que lo hizo", explica González, en referencia al grupo de políticos bogotanos y radicales que en 1873 decretaron ese día como la fiesta nacional.

    Pintura de la Independencia

    La independencia suele ser retratada como un evento puramente militar. Pero fue, tanto o más, un proceso civil.

    2. El proceso fue tan civil como militar

    Aunque la historia oficial suele describir la independencia como una victoria del ejército de Simón Bolívar, el escenario social y cultural dentro del cual se dio esa lucha fue tan o más importante que la gesta del libertador.

    "Para entender la victoria militar hay que ver por qué se estaba peleando", dice Vargas, que es director del departamento de historia de la Universidad del Rosario.

    "No solo se peleó porque había una voluntad de liberarse de la Corona, sino porque se buscaba una igualdad de derechos entre los ciudadanos".

    Inspirados en la Declaración de Derechos del Hombres, el documento fundamental de la revolución francesa que tradujo Antonio Nariño en 1795, miles de indígenas, afrodescendientes y mujeres hicieron parte de la lucha de independencia en busca de reivindicar sus derechos como ciudadanos.

    Y aunque esos derechos se fueron ampliando lentamente desde 1810, sobre todo con la constitución de Cúcuta de 1821, los críticos apuntan que esa demanda sigue pendiente 210 años después: Colombia es, hoy, uno de los países más desiguales del mundo.

    Desfile independencia Colombia

    Estos desfiles del 20 de julio son un homenaje al ejército de Colombia, protagonista central de la vida política en el país de los 60 años de conflicto armado.

    3. La independencia no acabó las guerras (ni significó una independencia completa)

    Más que un acontecimiento, la independencia fue —o es— un proceso.

    De hecho, las independencias en América Latina no solo respondieron a las gestas libertadoras, sino a dos hechos sustanciales: el debilitamiento del Imperio español en medio del auge de Napoleón y la crisis sanitaria que sufrieron los españoles por infecciones como la viruela y la fiebre amarilla.

    Entender esa complejidad es clave, según los historiadores, para explicar que, como dice Vargas, "la historia no es un hecho del pasado, sino del presente y que sigue vivo".

    Los siglos XIX y XX en Colombia fueron una sucesión de guerras civiles que hoy, en el XXI, siguen latentes.

    Cuando se cumplen 210 de años de la independencia, Colombia lucha para hacer cumplir un tortuoso acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y enfrenta conflictos con otras dos guerrillas y decenas de otros grupos armados ilegales.

    Prácticamente todos esos conflictos tienen como trasfondo la influencia de Estados Unidos en la política de seguridad y defensa de Colombia, clave en la llamada lucha contra las drogas.

    "Más que celebrar la independencia, estas conmemoraciones deberían servir para preguntarse críticamente por nuestra historia, por cosas tan complejas como si en efecto hemos sido o no independientes alguna vez", reflexiona Vargas.

    Cuadro de batalla

    Las tropas de Bolívar enfrentaron resistencia local en lugares como Nariño, en el sur del país.

    4. La independencia no fue solo una guerra entre españoles y criollos

    Los historiadores se quejan también de que la historia oficial tiende a relatar la independencia como una lucha entre buenos y malos. Y no fue así.

    Por un lado, porque en ambos bandos hubo hombres y mujeres, élites y subalternos, blancos, mestizos, indígenas y afrodescendientes, neogranadinos realistas y españoles independentistas.

    Por el otro, porque hubo criollos que pelaron a favor de la Corona y españoles que lucharon en pro de la independencia.

    De hecho, hubo casos de indígenas que estaban con los realistas porque temían que el nuevo régimen significara un aumento de los impuestos.

    Y hubo regiones enteras, como Nariño, que negaron —incluso hasta hoy— la heroicidad de Simón Bolívar.

    Colombia es uno de los países más fragmentados de América Latina: geográfica, política, racial y culturalmente. Pero el mito de la independencia, dicen los historiadores, omite esa diversidad.

    https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-53465836

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