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Centro de Investigación en Conflicto y Memoria Histórica Militar

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  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente
    Editado Tue, 9 April 2019 #62
    Hace 21 años las Farc se tomaron Mitú. Mataron a 56 personas y secuestraron a 61 más. Compartimos "La noche de los jaguares", un libro de @PoliciaUNIPEP que cuenta la historia de ese municipio antes, durante y después del ataque:


    LaUnidad Policial para la Edificación de la Paz(UNIPEP), junto con la periodista María Victoria Pérez Poveda, decidió emprender la investigación documental etnográfica sobre la transformación de la ciudad de Mitú y de sus actores sociales, luego del ataque terrorista ocurrido del primero al cuatro de noviembre de 1998. Este libro visibiliza las narrativas de las víctimas y de la comunidad de Mitú, en el marco del análisis del conflicto armado, particularmente, en la búsqueda de alternativas documentales simbólicas y de construcción de memoria histórica, que contribuyan al derecho a la verdad en Colombia.

    El documento en su carácter testimonial y periodístico incluye entrevistas inéditas, relatos de cosmovisiones ancestrales y percepciones actuales sobre el contexto sociopolítico y cultural de la tierra de la selva y el raudal, Vaupés; haciendo conexiones entre la riqueza natural y ambiental, el derecho a la vida, la protección de los pueblos indígenas y el conocimiento étnico, en aras de enviar un mensaje al mundo sobre la necesidad de dignificar a las víctimas de conflictos internos, resaltando el poder de la vida sobre la muerte, la capacidad de resiliencia y la actuación de la Policía Nacional de Colombia en el proceso de transformación de escenarios de violencia en territorios de paz.

    https://www.youtube.com/watch?v=OH42irL1O1U

  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente
    La Fuerza de Tarea Conjunta Omega @ftc_omega tiene un monumento de los #Héroes caídos en el Cantón Militar Cazadores, en San Vicente del Caguán, #Caquetá representado con la botas de los hombres que ofrendaron su vida en el cumplimiento del deber #MemoriaHistórica


  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente
  • DarioLopez
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    Esa mina llevaba mi nombre

    “Por favor, hermano, dispáreme en la cabeza”. Con esa súplica recibió el capitán Juan David Arias al soldado que, tras oír la explosión de la mina, había salido corriendo a rescatar a su comandante. El capitán Arias apenas tenía 21 años y había ingresado al Ejército sin entender bien la guerra. Derribado en el piso con una pierna partida en dos, trató de cumplir lo que se había prometido a sí mismo si una mina lo afectaba seriamente: quitarse la vida. Pero no podía. No tenía ni las fuerzas ni las manos para llegar a su fusil.

    La historia del capitán Arias es tan dolorosa como común entre los militares víctimas de minas antipersonal, que ya suman más de seis mil según las estadísticas oficiales. Muchos de los que pierden algo con un artefacto de estos (un brazo, una pierna, su espíritu) se ven ante el dilema de acabar con su vida o seguir luchando. De enterrar el héroe que eran para su gente o reinventarse. Los desafíos de estos hombres son del tamaño de sus tragedias y, por eso, quién mejor para contar la guerra que ellos mismos, sus protagonistas: esos hombres que resuelven su destino entre la oscuridad, los animales, las balas y las minas.

  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente

    El Mochuelo: el museo de la memoria que viajará por los Montes de María



    • Este museo itinerante, que recoge historias, recorridos, testimonios y voces de 16 municipios de Sucre y Bolívar, estuvo en construcción durante once años. El próximo 15 de marzo comienza su recorrido en El Carmen de Bolívar (Bolívar).
    • Su objetivo es recorrer todas las comunidades y fortalecer la convivencia, la organización y la unión en esta región, que sufrió las violencias de todos los grupos armados.
    • Según el Observatorio de Memoria y Conflicto del CNMH, entre 1985 y 2017 se registraron allí 3.197 asesinatos selectivos, 117 masacres y 1.385 personas desaparecidas.

    Desde hace once años los habitantes de los Montes de María emprendieron una gran misión:reconstruir con su propia voz las historias de lucha y resistencia que los han marcado por más de medio siglo, reconocer las afectaciones que el conflicto armado les causó, y visibilizar esos relatos en un espacio que les garantice sus derechos a la reparación, a la verdad y a la no repetición. Los próximos 14, 15 y 16 de marzo ese sueño se verá materializado, con la inauguración de El Mochuelo - Museo Itinerante de los Montes de María, en El Carmen de Bolívar (Bolívar).

    Todo empezó con una pregunta, que surgió luego de intensas olas de violencia provocadas por grupos armados de todos los bandos: ¿Para qué recordar? Según cifras del Observatorio de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), en los 16 municipios de Sucre y Bolívar que conforman esta región del Caribe colombiano conocida como Montes de María, entre 1985 y 2017 se registraron: 3.197asesinatos selectivos, 117 masacres, 1.385 personas desaparecidas y 657 víctimas de violencia sexual (la mayoría de ellas mujeres). Todos estos hechos no solo sumaron miles de víctimas, sino que desintegraron a una población que durante años había luchado por el acceso a la tierra: un derecho esencial en la vida montemariana.

    ¿Para qué recordar? Con esta pregunta en mente, el Colectivo de Comunicaciones de los Montes de María Línea 21 (CCMMLa21) tocó las puertas de ONGs, cooperantes internacionales e instituciones académicas. Y en el 2008 creó pequeños grupos en los territorios, llamados Colectivos de Narradores y Narradoras de la Memoria, que empezaron a circular la palabra como derecho fundamental, “después de haber sido sometidos al silencio por parte de los actores armados en medio del conflicto”, aseguran ellos.

    A través de videos, fotografías y testimonios, los narradores y narradoras rescataron no solo los relatos de dolor de los montemarianos, sino también las historias de grandes líderes y lideresas que dedicaron la vida a luchar por sus comunidades; retrataron los paisajes rurales de la región, que se crean desde el río Magdalena hasta el mar Caribe; revivieron las tradiciones culturales que, entre juglares y gaitas, han marcado la identidad montemariana; y recogieron el anhelo conjunto por ser comunidades de paz.

    El Mochuelo fue bautizado así “por un pájaro de fino cantar” muy popular en la región, y por la canción del cantautor sanjacintero Adolfo Pacheco Anillo, que lleva el mismo nombre. Como un pájaro, este museo emprenderá el vuelo de la memoria en los Montes de María. Su espacio físico está concebido como una casa tradicional de la región. En él, las mecedoras de madera, las fotografías históricas y documentos de las luchas campesinas, las canciones montemarianas, el patio de juegos y el “árbol de la vida” -que recoge los nombres de 700 víctimas del conflicto armado en esta región-, invitan a hacer de la memoria un camino para el encuentro, la superación del miedo y la construcción colectiva de paz.

    Este 15 de marzo esta muestra itinerante emprende un viaje que comienza en El Carmen de Bolívar. Unos 70 delegados de los 16 municipios, junto a académicos y visitantes, participarán durante tres días en actividades culturales, charlas y talleres de capacitación, para luego recibir a El Mochuelo en sus propias comunidades.

    Este museo fue construido gracias al apoyo que diferentes aliados internacionales brindaron para su gestión, planeación y desarrollo, junto a las 16 comunidades de los Montes de Marías. El apoyo de la Embajada de Francia en Colombia fue vital. Durante la inauguración, el embajador Gautier Mignon acompañará a la iniciativa de jóvenes Mochuelos Cantores y Cantoras en esta apertura.

  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente

    Cadáveres y animales bomba: el informe del Ejército sobre las peores tácticas de guerra

    Los militares enviaron a la JEP un documento sobre el uso de explosivos por parte de las Farc. Allí recogen detalles de muchos de los episodios más crueles del conflicto, que ahora tendrá que juzgar el tribunal. SEMANA conoció su contenido.

    Durante 30 años, las Farc se valieron del poder de los explosivos para impulsar su estrategia de guerra. Y fue con esas herramientas, el anfo, la pentolita, la dinamita, con las que llegaron a un punto crítico de degradación del conflicto.Caballos, burros, ambulancias, balones y hasta cadáveres de niños terminaron convertidos en bombas. También profundizaron en el manejo de las minas que pasaron de mutilar extremidades a matar pelotones completos. El Ejército y la Corporación Mil Víctimas acaban de entregarle un informe a la Justicia Especial para la Paz en el que aportan su conocimiento sobre estas tácticas que usó la exguerrilla.

    El uso de explosivos se acentuó en las Farc luego de la Séptima Conferencia Guerrillera, organizada en mayo de 1982. Entonces, el secretariado trazó lineamientos para enfrentar las nuevas estrategias con las que la Fuerza Pública los combatía. El Estado le había apostado a las labores de inteligencia a partir de las que se diseñaban operaciones de contraguerrilla mucho más eficientes. Entre las tácticas que acababan de implementar, los militares habían abandonado el uso de trochas y caminos en donde solían ser víctimas de las típicas emboscadas guerrilleras.

    Entre las nuevas disposiciones del secretariado estuvo el fortalecimiento de su propia inteligencia de guerra, y el uso de las minas antipersonales como cordones de defensa, que a la vez generaban un impacto sicológico fuerte entre los militares. Así mismo, se definió el ataque a la infraestructura del Estado -torres eléctricas, puentes, centrales telefónicas- para debilitar a su enemigo. En todo esto, la clave eran los explosivos.

    La apuesta por esas herramientas de guerra fue tal que al menos la décima parte de sus tropas terminaron especializadas en su uso. Según estimaciones del Ejército, sobre una base de 6.532 guerrilleros, las Farc llegó a tener 739 (el 11%) explosivistas. Entre esos, había bloques donde la proporción era mayor. En el Occidental alcanzaba el 21% mientras que en el Norte eran el 4%. La especialización fue tal que, pese a la existencia de un modelo de mina antipersonal, hacia el final de la guerra había muchos tipos de este artefacto y cada estructura los aplicaba a su manera.

    En un comienzo, las minas eran diseñadas para mutilar las piernas de sus víctimas hasta el tobillo. Pero su poder fue evolucionando hasta artefactos que en las mismas filas conocían como "borradores" o "fantasmas", capaces de matar hasta cinco personas sin dejar casi rastro de sus cuerpos. En esas acciones, explica el informe del Ejército, el frente 36, que operaba en Antioquia y del que hoy queda una disidencia comandada por alias Cabuyo, era el más sofisticado y cruel.

    El poder explosivo no solo se enfocó contra las tropas del Estado, también contra su infraestructura. Según el Ejército, solo entre el 2000 y el 2015, las Farc atentaron 2.652 veces contra torres eléctricas, 1.683 contra oleoductos, 289 contra torres de comunicación, 210 contra puentes y hasta 19 veces contra acueductos.

    El informe que el Ejército le presentó a la JEP también hace un recorrido por las formas más crueles en las que la guerrilla llegó a usar esos explosivos.

    El niño bomba

    El cadáver de un niño de 14 años degollado y envuelto en papel llegó a una base militar en Vista Hermosa, Meta, el 3 de mayo de 2002. Llevaba una bomba entre su ropa y una carta en la que un jefe del frente 27 se atribuía, entre burlas, el asesinato. Esta es la carta:.

    “De: Farc E-P 
    27 Frente 
    Alberto Pitufo 
    24 de abril de 2002 
    Señores del EJERCITO NACIONAL C. 
    El motivo de la presente carta es para saludarlos ya que en días anteriores no se dejaron saludar amablemente…momento que los buscamos para saludarlos y de todas maneras en cualquier momentos les mandamos saludes en una mula en un carro o en una volqueta bomba bonita, por otra parte y en realidad tanto nosotros como ustedes señores sabemos y somos conscientes que tenemos filtros de ambos bandos y contrainteligencia entrenada para morir ya no hablamos de 32. Osea inteligencia militar ahora es mas moderno ahora son super filtros… bueno ya me canse (sic) de tanta carreta vamos al grano “hay (sic) le mando el sapo o sapito pero quedan debiendo 2 (dos) para arreglar cuentas, pero se bayan a poner bravitos por lo del sapito a y ojo con las paticas y los cañitos y la bomba del Bum Bam y Bam bueno señores que dios los bendiga y que dios me bendiga 
    Gracias por todo (JA JA JA JA) 
    Att Gomelo 27 – Kener 27”.

    Los caballos

    Guerrilleros del frente 45 obligaron a un campesino a arriar un caballo en Chita, Boyacá, el 10 de septiembre de 2003. El animal llevaba una carga explosiva camuflada entre dos bultos de papa. El hombre lo abandonó, y cuando el equino pasaba a una cuadra del parque principal, estalló. Ocho personas - un niño incluido- murieron y 15 quedaron heridas.

    Este método no fue asunto de un día. Otro caballo explotó contra la Cuarta Brigada del Ejército en enero de 2012, y mató a un soldado. Ese mismo día, otro equino estalló en Huila. Murieron un niño y dos campesinos. En 1996, un burro había sido detonado contra un cuartel de la Policía en Chalan, Sucre. Ese atentado se combinó con ataques de rockets que mataron a once uniformados.

    El balón

    Guerrilleros del frente 21 de las Farc camuflaron una carga explosiva en un balón, en la vereda Vega Chiquita, en Chaparral (Tolima). Una niña de cuatro años la activó accidentalmente. Ella murió y otros cinco pequeños quedaron heridos.

    Los cadáveres

    La policía de Florencia, la capital de Caquetá, recibió una llamada de alerta el 6 de diciembre de 2011. Les dijeron que había una persona herida. Cuando atendieron la emergencia, encontraron el cuerpo de un indigente. Debajo del muerto había 50 kilos de anfo y metralla contenidos en dos cilindros, con un sistema eléctrico de detonación. Los agentes, finalmente, hicieron una explosión controlada.

    Algo parecido había pasado en febrero de 1998, cuando el cuerpo de un suboficial del Ejército que había muerto en combates en Fómeque, Cundinamarca, llegó evacuado en helicóptero a la Escuela de Artillería de Bogotá. Sus compañeros lo recibieron y de repente explotó una granada que los guerrilleros le habían escondido en sus genitales. Dos soldados más murieron y otros cinco quedaron heridos.

    En el informe que el Ejército le entregó esta semana a la JEP también se reseñan el uso de bicicletas, maniquíes y hasta ambulancias para ocultar explosivos. Con el recuento y los datos contenidos en un documento de 80 páginas, los militares pretenden entregar insumos que demuestran las violaciones al Derecho Internacional Humanitario y los actos de lesa humanidad que las Farc usaron como estrategias de guerra. El tribunal de paz recibe el informe, junto a los que le entregan otras instituciones, para articular los procesos con los que juzgará a los actores del conflicto.

    Los generales Nicacio Martínez -comandante del Ejército- y Javier Ayala reunidos con Giovanni Álvarez, fiscal de la JEP.

  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente

    JEP escuchó a los militares sobre el uso de armas no convencionales por parte de las Farc

    Por primera vez, magistrados y fiscales de la JEP acudieron a una instalación militar, la histórica base de Tolemaida, a recibir capacitación sobre cómo las Farc usaron minas antipersona y artefactos explosivos improvisados durante el conflicto armado.

    Para que los magistrados y los fiscales de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) puedan cumplir con su labor de juzgar los delitos más graves que se cometieron durante el conflicto armado, es necesario que estudien cómo se desarrollaron las confrontaciones. Para ello, no solo deben escuchar las versiones de quienes comparecen ante esta justicia, sino también revisar informes de las víctimas, exmiembros de las Farc y militares, yvisitar los lugares que fueron claves en el desarrollo de la guerra en Colombia.

    Uno de esos espacios es la base militar de Tolemaida, en Cundinamarca, uno de los símbolos más importantes del conflicto. Allí están las fuerzas especiales, los batallones de contraguerrillas y el Centro Nacional Contra Artefactos Explosivos y Minas (CENAM) del Ejército Nacional, que justamente ayer fue visitado por 14 funcionarios de la JEP.

    El motivo de la visita fue una petición de la Unidad de Investigación y Acusación de la JEP, que buscaba una instrucción especializada para entender el uso de artefactos explosivos no convencionales por parte de la guerrilla extinta de las Farc.

    “Estamos conociendo los tipos de artefactos explosivos que fueron utilizados. Esto hace parte de unas capacitaciones que venimos haciendo para interpretar los hechos que debemos investigar”, explicó Giovanni Álvarez, director de fiscales de la JEP.

    La delegación, encabezada por la vicepresidenta de la JEP, Xiomara Balanta, y el director de la Fiscalía de la JEP, Giovanni Álvarez, fue recibida por el general Nicacio Martínez, comandante del Ejército; el general Néstor Robinson Vallejo, comandante del Comando Conjunto Estratégico de Transición, y la ONG Mil Víctimas, quienes les entregaron una cartilla llamada “Utilización de métodos y medios de guerra ilícitos empleados por las Farc como crimen internacional”.

    De acuerdo con el Ejército, este es un insumo que puede contribuir a las labores investigativas que adelanta la jurisdicción, específicamente, en el impacto de estos artefactos explosivos improvisados, usados por el extinto grupo armado, que afectaron a la Fuerza Pública y a la población civil. Además, les puede ayudar a los magistrados a comprender los casos declarados delitos de lesa humanidad.

    El Ejército aseguró que esta es solo una parte de la información que entregará a la JEP y reiteró su compromiso con los organismos del Sistema Integral, para contribuir al esclarecimiento de la verdad, la obtención de justicia y la reparación de las víctimas, entre las que se encuentran un número importante de miembros de las Fuerzas Militares y de Policía.

    Esta afirmación es muy importante, pues las Fuerzas Militares reconocen la legitimidad de este tribunal y reiteran el deseo de trabajar de manera concertada. Un espaldarazo a esta justicia, que justo hoy atraviesa una tormenta política y jurídica por la objeción presidencial de su Ley Estatutaria. También es una oportunidad para que los magistrados demuestren que no son un tribunal de las Farc, como advierten sus opositores, sino que esperan trabajar de la mano de las Fuerzas Armadas para cumplir con su objetivo: conocer la verdad y reparar a las víctimas.

    Los artefactos improvisados y las Farc

    La cartilla de 75 páginas que recibieron los magistrados y fiscales de la JEP incluye los datos de las afectaciones en los últimos años por este flagelo, un registro de los dispositivos utilizados por el otrora grupo guerrillero a lo largo de su historia y un análisis de la legislación colombiana e internacional sobre el uso de los medios y métodos prohibidos por el Derecho Internacional Humanitario (DIH).

    De acuerdo con la información, la utilización de las minas antipersonales por parte de las Farc arrancó después de la Séptima Conferencia, realizada en mayo de 1982, en la que se planteó la necesidad de crear nuevas estrategias para el enfrentamiento con los militares. “El cambio de las Farc en su modo de delinquir se debió a que analizaron que para dicha época la Fuerza Pública había introducido una nueva táctica, la cual se basaba en la acumulación, evaluación y compartimentación de inteligencia para operaciones de contraguerrilla”, reza el documento.

    Desde entonces, la hoy desmovilizada guerrilla utilizó este y, más tarde, otros tipos de artefactos ilícitos: desde minas antitanques, que explotan por el contacto de un vehículo; minas submarinas, con las que se pretendía hundir o desviar naves; minas antipersonales pequeñas, con las que mutilaban a sus víctimas hasta el tobillo; hasta minas “fantasma” o “borradores”, capaces de asesinar hasta a cinco personas en pocos segundos.

    El Ejército les explicó a los funcionarios de la jurisdicción cómo se construía cada artefacto, los explosivos utilizados y los materiales con los que se armaban, como envases plásticos de alimentos y bebidas, y jeringas. Incluso, se demostró que “una de las tácticas empleadas eran las armas trampas con veneno”.

    En una segunda parte, se recuerdan algunos de los hechos cometidos por las Farc con artefactos no convencionales, como el asesinato de 15 personas y un menor en Chita, Boyacá, en 2003, tras la explosión de unos artefactos camuflados en un caballo, que dejaron abandonado en el parque del pueblo. O los explosivos que ocultaron en el cuerpo de un dirigente de Florencia (Caquetá), en 2011, por el que resultaron heridos cuatro policías. También utilizaron biciletas, lanchas, burros y cilindros bomba (como el caso de Bojayá). 

    Estos artefactos no sólo acabaron con la vida de centenares de personas, según el Ejército. Entre 2000 y 2015, se perpetraron 4.949 acciones de sabotaje con enormes pérdidas económicas y ambientales. La exguerrilla, dice el documento, se enfocó sobro todo en destruir torres eléctricas (2.652), oleoductos (1.683), torres de comunicación (289), contra puentes (210) y acueductos (19).

    Por otro lado, en la información entregada por el Ejército se hace un recuento de las cifras. Según la Dirección para la Acción Integral contra Minas Antipersonal, entre 1990 y junio de 2013, se reportaron 26.433 eventos con este tipo de artefactos. De estos, 6.032 fueron accidentes y 20.401 incidentes. El 98 % de estos hechos ocurrieron en el área rural.

    Hasta 2013, dice la dirección, en Colombia existían 2.848 zonas minadas, ubicadas en 31 de los 32 departamentos del país, siendo San Andrés Islas la única que se libraba de esta tragedia. De acuerdo con la cartilla, los cinco departamentos con mayor número de víctimas fueronAntioquia (22 %), Meta (10 %), Caquetá (8 %), Norte de Santander (7 %) y Nariño (6%). En cuanto a los perpetradores, el Ejército estableció que de 6.532 exmiembros de las Farc, 739 se especializaron en el uso de explosivos, lo que representa en promedio el 11 % de su pie de fuerza. El gran aporte de explosivistas fue del Bloque Oriental (225 personas), seguido del Bloque Occidental (193) y el Bloque Sur (123).

    En la mayoría de los casos, los explosivistas no hacían parte de la jerarquía en los frentes, pero revestían una destacada importancia por la función que desempeñaban; por lo tanto, su relación de casi exclusividad con los cabecillas los hacía indispensables, circunstancias que les proporcionaban ciertos privilegios”, advierte el documento.

    Para los militares, es importante que los magistrados de la JEP tengan claro que, a partir de este informe, se evidencia que el grupo guerrillero desmovilizado infringió los principios establecidos por el DIH, pues utilizaron métodos prohibidos en diferentes acuerdos internacionales, entre los que se encuentra la convención de Ottawa de 1997, y atentaron contra civiles.

    Agregan que los actos perpetrados por las Farc “obedecen a la planificación de acciones delictivas que no son aisladas ni espontáneas; por el contrario, tenían un buen trabajo de inteligencia que les permitía lograr un mayor impacto.

    A pesar de esto, denuncian los militares, existe una gran cantidad de inconsistencias presentadas por algunos funcionarios públicos, quienes "confunden comportamientos establecidos en los delitos comunes con las infracciones graves al DIH reguladas en el código penal".Y esto incide a la hora de impartir justicia, pues quienes cometen los delitos son juzgados con menos severidad, a pesar de que Colombia adquirió compromisos internacionales. 

    La problemática de las minas antipersonales y los explosivos no convencionales sigue vigente. Hace apenas un mes, el Comité Internacional de la Cruz Roja alertó que las víctimas por este flagelo se incrementaron en 287 % en 2018. En lo corrido de 2019 y hasta el 20 de febrero las cuentas del CICR sumaban 17 víctimas. Solo del 2 al 8 de febrero fueron afectadas cinco personas.

    Según el Centro Nacional de Memoria Histórica, Colombia ocupa el sexto lugar en el mundo en víctimas por minas antipersona y explosivos improvisados, y el segundo deshonroso puesto en el número de víctimas de la Fuerza Pública. Nuestro país es el único de América donde los grupos armados ilegales emplean estas armas. Aunque antes las manipulaban las guerrillas de las Farc y el Eln, ahora están siendo utilizadas por todos los actores armados: Eln, Clan del Golfo, disidentes de las Farc y Rastrojos.

  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente
    Rendimos tributo a nuestros 11 #HéroesBicentenarios de la Compañía Plan Meteoro n.1 #SegundaBrigada que fallecieron hace 16 años en Aracataca, #Magdalena en el cumplimiento de sus labores en @COL_EJERCITO. Paz en sus tumbas.

    https://twitter.com/i/status/1111031257884962816
  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente
    Comienza la construcción del monumento a los héroes caídos del @COL_EJERCITO en cumplimento de su deber, en las instalaciones del #Cozeu en el municipio de #Chaparral, gracias al esfuerzo del #BatallónCaicedo y #BatallónAcciónIntegral5. @BgLuisOspina #SurdelTolimaSeguro


  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
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    Los #HéroesBicentenarios heridos en combate por las minas antipersonal son recibidos por los soldados de la @Ejercito_Div1 de @COL_EJERCITO con aplausos para reconocer su esfuerzo en la Institución. #MenosMinasMásVida

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    Editado Wed, 10 April 2019 #73
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    Libro “El Género del Coraje”
    Crónicas sobre mujeres policías, víctimas en el conflicto armado interno colombiano. Cinco testimonios del género del coraje que prueban cómo las mujeres policías de Colombia también aportan un capítulo de sacrificio en la recapitulación de la guerra.
    La memoria sale al encuentro con la verdad y sana el corazón de quienes la exaltan. Es el refugio contra el olvido colectivo que pasa de largo. Ni la guerra o la paz pueden borrar sus pasos. Sin límites ni dueños, es una libertad que honra a la sociedad, y mucho más si son mujeres las que tocan a sus puertas. Algunas sobrevivientes, otras víctimas, todas iguales ante la ausencia y la tribulación, la dignidad o el recuerdo. En sus familias y amigos nunca se va a extinguir la luz de su ser, y el de ahora es un tiempo abonado para evocar sus momentos y contar sus historias.
    Esta vez, cinco colombianas que eligieron ser policías en un país martirizado por la violencia. Su deber era proteger y lo asumieron más allá de sí mismas. La agente Rosalba Montes intentó salvar de un artefacto explosivo a pobladores y compañeros en La Estrella (Antioquia) y perdió su mano derecha. La cabo primero Rosa María Sánchez corrió a ayudar a un agente en peligro en Bogotá y hoy es un paradigma de coraje desde su silla de ruedas. La patrullera Mónica del Pilar Murcia entregó su vida buscando que un niño no fuera impactado por un carro bomba en Arauca.
    Ante todo, eran madres o hijas, hermanas o esposas, amigas con hogares donde siguen siendo estandartes de lucha. Policías con un valor que también rinde homenaje a sus familias porque entre todos aportaron una excesiva cuota de dolor a la tragedia nacional. Como los padres y hermana de la patrullera Leydi Yorladis Ospina Tejada, que a sus 19 años perdió la vida en Piendamó (Cauca), junto al santuario Niña Dorita, en un ataque con armas largas en un puesto de control. O la madre y hermanos de la patrullera Angelica Cruz, que acudió presurosa a un servicio y murió emboscada en Tumaco…

    Archivo PDF enhttps://memoriahistoricapolicial.com/2017/03/15/el-genero-del-coraje/

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    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
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    Documental Revista Ejército edición 200


    En el documental de esta edición de la Revista Ejército, expertos hablan sobre la importancia que han tenido las operaciones militares en el cumplimiento de la misión y el crecimiento institucional a lo largo de 200 años.


  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente
    conmemoramos 86 años de la épica Batalla de los Héroes del Guepí que le permitió a @Col_Ejercito ganar ventaja sobre el Perú que buscaba arrebatarnos una porción del territorio; por eso con#FeEnColombia rendimos homenaje al sacrificio del soldado Juan Baustista Solarte.
    #HeroesDelGuepí


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