"harinas" de pescado se puede hacer en las cantidades , en realidad eso es proteina carnica deshidratada y pulverizada para ser mas tecnico el nombre del producto. se puede producir la cantidad que quieras porque aca lo que hay es planatas para eso, y segun se no es que no existan bancos de peces si hay lo que no hay es flota pesquera nacional que es otra cosa y porque no se hace harina de pescado porque se toma de proteina aviar , bovina y caprina.
aca en cartagena creo hay como 5 plantas de pescados y mariscos y barranquilla tiene 2 plantas grandes atuneras y multiples establecimientos procesadores. si se consume y bastante
Eso no es cierto, yo en la universidad hice varios trabajos en la planta de sales y concentrados del fondo ganadero del Huila y la harina la traían del Perú, por eso se algo de este tema.
Lee un poco sobre la corriente de Humboldt y sobre como ayuda esta a la pesca en el Perú.
En buenaventura conozco varias, el problema son los barcos, no hay. Les recuerdo que para la hariana no es necesario ser tan selectivo en el tipo de pez.
“El país debe reconocer la importancia de la industria astillera y atender sus necesidades”
Así lo dice el presidente de Cotecmar, el contralmirante Óscar Darío Tascón, en esta entrevista con el director editorial de SEMANA, Rodrigo Pardo.
RODRIGO PARDO: ¿Qué tanto ha cambiado la industria astillera nacional en estos últimos 20 años?
ÓSCAR DARÍO TASCÓN: Muchísimo. Se podría decir que dos décadas atrás no teníamos proveedores y que las capacidades de nuestros astilleros eran muy limitadas. El marco normativo que regía en ese momento impedía que nuestra industria pudiera ser competitiva, y no podía serlo porque resultaba mucho más barato comprar buques en el exterior que producirlos en el país. Tampoco podíamos ser competidores regionales en el mercado de las reparaciones; las oportunidades se nos escapaban y usualmente eran aprovechadas por países como Panamá o Curazao.
R.P.: ¿Y cómo es la realidad del sector hoy?
O.D.T.: Diferente. El gobierno reconoció que la industria astillera y metalmecánica podía ser una gran apuesta de progreso para el país e incluyó al sector en el Programa de Transformación Productiva. Esto ha permitido llevar a cabo iniciativas de marco normativo, principalmente, para eliminar ciertas barreras y promover su competitividad. Debo decirle que todavía queda mucho trabajo por hacer, pero estamos en mejores condiciones.
O.D.T.: Son, modificaciones arancelarias, aduaneras y tributarias. Por ejemplo, en el pasado los buques que llegaban al país no tenían que pagar IVA, mientras que los astilleros si debían hacerlo sobre materias primas que compraban en Colombia o en el exterior, transfiriéndoselo al producto final, poniendo en desventaja a la producción nacional; esta situación ya fue superada. En el campo arancelario, hemos conseguido que se puedan importar materias primas destinadas a la fabricación de buques con cero arancel, siempre y cuando no tengan registro de producción nacional.
R.P.: Colombia goza de una estabilidad económica y política, y esta puede significar una ventaja sobre otros países de la región. ¿Eso se ve reflejado en el sector astillero?
O.D.T.: Hoy, en el campo de reparaciones y mantenimiento, tenemos la posibilidad de atender 1.300 de los 5.000 buques que circulan por el Caribe. Si incrementáramos la capacidad de levante a 20.000 toneladas podríamos atender 3.000 de esas embarcaciones. Indiscutiblemente, la estabilidad política y económica del país juega un papel fundamental en la capacidad del sector para atraer estos buques. Por otra parte, en Suramérica la mayoría de los astilleros han surgido de las necesidades de las Armadas de sus países de garantizar la disponibilidad de sus flotas de guerra, pero ofertan su capacidad excedente para reparar y construir buques comerciales y buques de guerra de otros países. En este caso también es importante la estabilidad política y económica del país.
R.P.: ¿Cómo está Colombia en este campo, si se compara con Chile y Perú?
O.D.T.: Cuando la Armada Nacional, junto con las universidades Nacional, del Norte y Tecnológica de Bolívar crearon Cotecmar, una corporación de ciencia y tecnología, privilegió el conocimiento. Hoy en día Cotecmar cuenta con una capacidad de diseño e ingeniería que le permite generar soluciones a la medida de las necesidades del sector. Perú y Chile decidieron mejor apostar por la capacidad productiva y licenciaron diseños del exterior que luego producirían en sus astilleros. Hoy reconocen que el camino correcto fue el que tomamos nosotros.
R.P.: ¿Esa apuesta por el conocimiento permitió que el sector acelerara el paso en las últimas dos décadas?
O.D.T.: Por supuesto. Contamos con innovación organizacional y tenemos un modelo de gestión basado en el conocimiento. Nuestra línea de producción de buques es el resultado de un proyecto de investigación. Desarrollamos un producto específico para que sirva como soporte de la exploración y la explotación aguas afuera, y vamos a incursionar en la energía eólica offshore. Esas reconversiones las han hecho diversos astilleros en Europa para atender otros mercados.
R.P.: La oferta académica también ha evolucionado…
O.D.T.: Veinte años atrás solo existía un pregrado en Ingeniería Naval y para cursarlo era necesario ser Oficial Naval. La Universidad Tecnológica de Bolívar abrió recientemente ese programa. Además Cotecmar contribuyó a crear dos programas de maestría: uno en la Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla, con énfasis en el proceso de diseño, y otro en la Tecnológica de Bolívar, con énfasis en el proceso productivo. Con el crecimiento de la industria ha aumentado el interés por ellas. Muchas personas quieren trabajar en el sector. Esto ha generado igualmente el crecimiento de la cadena de suministros. Sin embargo, es necesario seguir trabajando en el desarrollo de esa cadena y en la dinamización del sistema sectorial de innovación de la industria astillera.
R.P.: ¿A qué se refiere?
O.D.T.: La industria astillera, al igual que la de construcción, es una industria de síntesis. El astillero se encarga del conformado del acero y de integrar los productos y servicios que otros sectores industriales generan. Debido a esto, esta industria es una gran generadora de encadenamientos productivos. Esta, además, es intensiva en mano de obra calificada y por la complejidad tecnológica de un buque, es igualmente impulsadora de desarrollo científico y tecnológico. Es por esto que en este concepto más amplio de clúster, que es el de sistema sectorial de innovación, tienen cabida no solo las empresas sino también las universidades, los centros de investigación y los centros de desarrollo tecnológico.
R.P.: A futuro, ¿cuál es el mayor obstáculo por vencer para continuar este positivo crecimiento?
O.D.T.: Es importante trabajar en el marco normativo para eliminar de manera definitiva la protección negativa del sector; en esto estamos trabajando de la mano del Programa de Transformación Productiva. De igual forma, para garantizar su sostenibilidad, se debe promover la diversificación del portafolio de servicios del sector astillero en otros sectores industriales y la participación en grandes proyectos nacionales de infraestructura en los cuales el gobierno nacional debería priorizar el aporte de la industria nacional, tales como la APP del río Magdalena, las esclusas del canal del Dique y todo lo asociado a la exploración y explotación offshore. Otro aspecto importante es la oferta de financiación para la construcción de buques en el país y en el exterior. Por ejemplo, en el mundo existe la hipoteca naval, que ha sido diseñada específicamente para este sector. En Colombia, aún cuando es reconocida, los bancos no la consideran en sus líneas de crédito.
R.P.: ¿Cómo se ha superado esa dificultad?
O.D.T.: De una manera innovadora nosotros hemos entrado como astilleros a financiar a los armadores comerciales, pero eso no puede seguir así. De la mano del Programa de Transformación Productiva estamos llegando a Asobancaria para que la figura de la hipoteca naval sea reconocida por los bancos.
R.P.: ¿Qué tan optimista se siente frente a los próximos 20 años?
O.D.T.: Podemos ser optimistas si logramos que haya un claro entendimiento de los beneficios que le genera esta industria al país.
Me gusta mucho ver que los oficiales de la ARC la tienen buen clara, hasta están pensando en el tema eólico off-shore y el la hipoteca naval (¡como me gustaría que los oficiales de las otras ramas de las FFAA le copiaran el ejemplo!). Me gustaría mucho ver a Cotecmar trabajando con el petróleo y el gas, con componentes y estructuras para darle carga de trabajo a los talleres de metalmecanica.
Ahora o nunca: el Gobierno le muestra su apoyo al sector astillero
El ministro de Comercio, Industria y Turismo, José Manuel Restrepo Abondano, escribe sobre cómo apoyar el crecimiento y el desarrollo de la industria naval en Colombia; que hoy tiene el viento a favor.
Una de las razones por las que Colombia ha ganado relevancia en el comercio internacional se encuentra en sus principales centros portuarios. Estos mueven anualmente más de 200 millones de toneladas y operan más de 70 grandes líneas navieras (entre carga y pasajeros), en el Caribe y el Pacífico. Ese dinamismo creciente le abrió las puertas a la expansión y al fortalecimiento de un importante renglón para la economía: el sector astillero, que ha demostrado con creces su potencial exportador y su capacidad de jalonar más sectores productivos.
Hoy existen 33 astilleros que generan cerca de 6.000 empleos directos y 4.000 indirectos. De ellos, 11 están en Cartagena, 6 en Barranquilla y 4 en Bogotá. Incluso, en Medellín y Cali, esta industria también aporta su cuota. Además, ha llevado desarrollo a las regiones del país, donde empresas de todos los tamaños proveen insumos y materias primas para la fabricación y reparación de embarcaciones.
Desde 2018 la promoción del sector astillero recibió un apoyo adicional en competitividad y productividad con la puesta en marcha del programa Proastilleros, diseñado por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y el Programa de Transformación Productiva (PTP). Este tiene como fin reducir a cero por ciento el arancel para 395 subpartidas que Colombia no produce y que son necesarias para fabricar y reparar embarcaciones. Es decir, esta industria puede ahorrar cada año cerca de 400.000 millones de pesos y competir en mejores condiciones.
Además de buscar que los astilleros sean cada vez más productivos y aumenten sus exportaciones –las cuales sumaron en 2018 cerca de 9,6 millones de dólares–, el Ministerio de Comercio enfrenta el reto de promover los encadenamientos de alta sofisticación en este sector.
Consolidar encadenamientos productivos, e impulsar el desarrollo de proveedores para esta industria en todo el país, implica conocer muy bien las necesidades de los principales astilleros y trabajar con las mipymes proveedoras para que estén acordes a las exigencias de productividad y calidad de la industria naval. En este frente, el ministerio y el PTP han trabajado de la mano del sector empresarial.
La construcción de naves en Colombia es una gran oportunidad de crecimiento para sectores de la industria como el acero, la propulsión, las puertas, la producción de vidrio, la carpintería metálica, entre otros. Ahora bien, tan solo para tener una dimensión de lo que pueden representar los encadenamientos, hacer un solo buque se traduce en la generación de 5.700 millones de pesos para estos.
También buscamos la consolidación de clústeres de la industria astillera que puedan satisfacer la demanda de embarcaciones. Se trata, fundamentalmente, de lograr que Colombia fabrique naves con diversos propósitos –como defensa, navegación fluvial y exploración offshore– para exportarlas y para satisfacer el mercado interno.Departamentos como Atlántico y Bolívar, sin excluir otros con igual potencial, tienen la maravillosa oportunidad de aliarse para conformar un clúster innovador y con grandes posibilidades de exportar.
Al hablar de innovación en el sector astillero, Colombia tiene buenos ejemplos para mostrar. Uno de ellos es el de la Corporación de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo de la Industria Naval, Marítima y Fluvial (Cotecmar), entidad que ha impulsado el uso de la tecnología y la ciencia para construir productos con un sello propio. Y es en Cartagena –aquí opera su astillero– donde se han desarrollado valiosas investigaciones en áreas de la producción de navíos como las estructuras, los materiales, la hidrodinámica, entre otros.
Colombia tiene una oportunidad clara para lograr que el sector astillero sea más competitivo y aumente sus exportaciones. Este es el momento para que todos los protagonistas de esta industria trabajen de forma articulada y puedan navegar cada vez más lejos.
La academia, un motor fuera de borda que alimenta el sector astillero
Las universidades han sido vitales para el progreso y la innovación de esta industria en el país. Muchos proyectos que emergieron en las aulas de clase hoy navegan por los mares y ríos colombianos. Conózcalos.
El buque de desembarco anfibio BDA Bahía Málaga y las Lanchas Patrulleras de Río (LPR) hacen parte del catálogo de embarcaciones insignias de la Armada Nacional.Ambas navegan por el territorio colombiano para proteger las aguas del país. El primero lo hace en el litoral Pacífico. Tiene 49 metros de largo, casi el mismo de una piscina olímpica, y 11 metros de ancho, el equivalente a un camión de tres ejes. Su misión es recorrer las comunidades costeras brindando ayuda médica y humanitaria. Las lanchas, por su parte, recorren los principales ríos. Actúan como botes de combate fluvial, tienen equipos especializados para desarrollar operaciones de vigilancia, inteligencia y comunicación. Son tan rápidas como un lobo en cacería. Alcanzan los 35 nudos de velocidad.
Por su capacidad, tecnología y eficacia podría pensarse que todas estas naves se construyeron en Corea del Sur, China o Japón –las principales potencias del sector astillero–, pero no, estas embarcaciones fueron creadas aquí, de hecho, son el resultado de los trabajos de grado de varios estudiantes de la Escuela de Cadetes Almirante Padilla, en Cartagena.
Estas iniciativas surgieron en las aulas de clase y, posteriormente, la Corporación de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo de la Industria Naval Marítima y Fluvial (Cotecmar), las materializó como apoyo para la Armada Nacional. Es tan grande la importancia de la academia en el desarrollo del sector astillero que dicha corporación cuenta con tres universidades como socias estratégicas: la Tecnológica de Bolívar, en Cartagena; la Universidad del Norte, en Barranquilla; y la Universidad Nacional.
La finalidad de este trabajo en conjunto es que se aplique un sistema sectorial de innovación y la academia sea considerada como un actor indispensable para mejorar la gestión, la capacidad y la operación de este campo. “Desde el resurgimiento de la industria, a comienzos de este siglo, las universidades se han convertido en las principales fuentes de conocimiento científico y un relevante motor de innovaciones. Su papel es necesario para resolver las diferentes problemáticas que enfrentamos”, afirma Jimmy Saravia Arenas, jefe del departamento de gestión de la innovación en Cotecmar.
Hoy, dos instituciones ofrecen programas ligados a la industria naval y astillera del país. Una es la Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla que cuenta con un pregrado en Ingeniería Naval y maestrías en Oceanografía, Gestión Logística, Política y Estrategia Marítima, entre otras. También dicta diplomados de Logística Portuaria, Gestión del Riesgo y Cambio Climático y Sistemas de Información Geográfica, Teledetección y Datos de Georreferencia. La otra es la Universidad Tecnológica de Bolívar, que fue la primera entidad de educación superior privada en incursionar en el sector. Ofrece un pregrado y una maestría en Ingeniería Naval, y otro máster en Ingeniería Oceánica. Además, cuenta con una especialización en Logística del Transporte Internacional de Mercancías.
El buen momento del sector astillero ha estimulado el interés y la investigación en este campo. Universidades como la Nacional y la del Magdalena lanzarán en 2019 varios programas relacionados con esta industria. La primera comenzará con una especialización en Logística de Carga Portuaria; la segunda tendrá un pregrado en Ingeniería Marinocostera.
Además de promover la innovación naval, las instituciones educativas del país contribuyen a la fuerza productiva de Cotecmar. Del total de estudiantes que realizan sus prácticas profesionales en la corporación, el 25 por ciento quedan vinculados a ella de manera oficial. Y cada cuatro años los mejores egresados aplican a una beca que les entrega esta organización y que les cubre la totalidad de los costes de sus maestrías o doctorados en el exterior.
Innovación en las aulas
Los estudiantes colombianos también están contribuyendo al desarrollo de la industria astillera y marítima nacional. Compruébelo.
Hydrometra
Ese es el nombre del grupo de investigación interdisciplinario de la Universidad Nacional, sede Medellín, que desde 2014 trabaja en la creación de innovaciones para el sector naval y astillero. Cada año participan en el concurso Hydrocontest, patrocinado por la empresa suiza Hydros, y suman más de seis premios, incluyendo el más codiciado de todos, a mejor eficiencia energética, que consiguieron en 2017. Este año, las investigaciones de Hydrometra estarán centradas en crear proyectos de impacto social en el país. Un ejemplo de ello es el diseño de un barco solar que pueda mejorar la calidad de vida de la población de Vigía del Fuerte, en Antioquia. Este municipio, de vocación pesquera, no cuenta con una red eléctrica y debe subsistir con plantas diésel. En muchas ocasiones los costos del transporte que tienen que pagar para recargar el combustible en los municipios aledaños son mayores que las ganancias que reciben. Actualmente se está diseñando el prototipo y las pruebas en terreno comenzarán en junio.
¡Pura fibra!
Para estudiar el desempeño de las lanchas rápidas de patrullaje tipo Orca, elaboradas por Cotecmar, el Grupo de Investigación en Materiales y Estructuras de la Universidad Tecnológica de Bolívar diseñó una herramienta de monitoreo en tiempo real de las estructuras navales utilizando fibra de vidrio. Este proyecto se desarrolló bajo las normas internacionales de construcción de embarcaciones en materiales compuestos y fue la primera vez que en el país se utilizó la fibra de vidrio para procedimientos de este tipo. Hoy, la corporación usa este sistema para conocer el desempeño de sus embarcaciones.
Cuestión de método
En 2010 los grupos de investigación de Innovar del Caribe y Productividad y Competitividad de la Universidad del Norte, diseñaron el modelo de gestión sobre el que hoy se basa Cotecmar. Este método articuló la tecnología, el talento humano y el conocimiento. A nivel corporativo se consolidó una metodología de gestión por competencias, un sistema de inteligencia empresarial (SIE) alineado a la innovación y un diseño de plataforma tecnológica basado en el desarrollo del talento humano de la organización.
Si en el astillero suena la campana, un nuevo barco está por construirse
O por repararse. Ese sonido es una tradición entre los trabajadores de Cotecmar, en Cartagena. Así transcurre el día en esta corporación que ha sido clave para el desarrollo del sector naval y astillero en Colombia.
Los repiques de la campana se propagan como un aliento de felicidad por las dependencias de diseño, mantenimiento y construcción. Al advertirlos, los 1.200 trabajadores de la planta sienten una gran dicha.
Aura Quiroz, jefe de ventas de reparaciones de Cotecmar, aclara que en la compañía, siempre que suena una campana, es el anuncio de algo especial: “Nosotros implementamos la campana como señal de bienestar. Es la certeza de que seguiremos haciendo lo que nos gusta, porque hemos concretado un nuevo trabajo”, concluye Aura.
El mismo que se siente en todas las áreas del astillero. El capitán de navío Luis Aranibar, a cargo de la gerencia de diseño e ingeniería, precisa, que más que un astillero, Cotecmar es un centro de desarrollo tecnológico reconocido por Colciencias. Una empresa de servicio que desde el año 2000 ha entregado soluciones concretas para la industria marítima y fluvial.
Por su nivel de especialidad y la confluencia de ingenieros colombianos y de otras nacionalidades, la gerencia de diseño e ingeniería es una babel de talentos. El capitán Aranibar tiene a su cargo 47 especialistas como arquitectos navales, diseñadores industriales, ingenieros eléctricos, electrónicos, metalúrgicos, navales y mecánicos, que le permite asegurar que su gerencia es de las mejores calificadas de América Latina.
Con su equipo ha diseñado casi toda la flota de la Armada Nacional, incluyendo patrulleras fluviales y marítimas, buques de desembarco anfibio y lanchas rápidas. También muelles flotantes para los ríos de Colombia, remolcadores, pesqueros, barcazas tanqueras y cargueros. “Aquí diseñamos de todo –dice con orgullo el capitán– tanto para empresas comerciales como para la flota de la Armada Nacional. Antes las fragatas eran reparadas en Curazao o Panamá, y los submarinos había que llevarlos hasta Alemania”.
El capitán de corbeta Mauricio Madrid, encargado de la Gerencia de Proyectos de Construcción, explica que desde hace 19 años, cuando se construyeron las primeras embarcaciones fluviales, se trabajaba de forma tradicional, pero con los avances desarrollados por el personal de Cotecmar, las embarcaciones se realizan con software de diseño naval, con modelado en 3D, que permite construirlas virtualmente antes de generar información para su producción.
Con las innovaciones introducidas, las naves se construyen por bloques, que luego se ensamblan en un proceso que exige alta precisión y un equipo lleno de espíritu de unidad, sin importar los rangos o niveles de preparación. En el hangar I comienza el proceso de corte de láminas de acero naval. El ruido es intenso, suenan alarmas de prevención que emiten las grúas de carga, brotan chispas de soldadura en las más de 15 estaciones de trabajo. Son jornadas intensas, el empeño jamás decae.
Acá se contruye la segunda de tres barcazas para transporte de hidrocarburos. Cada una tiene 60 metros de eslora (largo), un jumbo tiene 70 metros, 16 metros de manga (el ancho de una cancha de baloncesto) y 378 toneladas de desplazamiento.
En el hangar vecino, con 18 metros de altura y más de 30 metros de largo, se ensamblan las piezas elaboradas en el taller de corte. Van marcadas por lotes, con una codificación en tinta blanca, sobre la rojiza lámina de acero. Es como armar un rompecabezas con miles de piezas de acero en una variedad de tamaños.
A unos 100 metros del hangar de corte, y transportado por rieles, parecidos a los de un tren, está la primera barcaza terminada. Esos mismos rieles la pondrán en el mar para llevarla a su destino final: el Canal del Dique. Construir las barcazas ha sido un proceso que ha requerido de la entrega del personal de Cotecmar.
“Eso es lo que a mí me sorprende –interrumpe el capitán Mauricio Madrid–, la gente se compromete, y cada día está en la búsqueda de cómo mejorar los procesos; desarrollan sus propias ideas, sus herramientas, sus innovaciones”. La innovación se premia con incentivos económicos y reconocimientos públicos, por eso, sin importar el tamaño de la nave, la pasión es un rasgo de todo el personal.
Así lo reconoce Acisclo Trelles, quien trabaja en el taller de embarcaciones menores. Muestra hoy con orgullo la primera lancha ambulancia fluvial, construida en Cotecmar. Trelles nació en Tagachí, Chocó, a orillas del río Atrato. Cuando tenía 8 años, una lancha de casco brillante atracó en las riberas de su pueblo y él quedó impactado. Los únicos botes que conocía eran los de madera. Preguntó de qué estaba hecha esa embarcación reluciente y alguien le dijo que de vidrio. Como la respuesta le pareció absurda, comenzó a indagar con qué materiales se hacían estas naves y halló la respuesta: fibra de vidrio. A los 13 años, terminó su primaria y se fue a Medellín en busca de las oportunidades que no tenía en Tagachí. Allí aprendió a construir embarcaciones y cabinas para automóviles en fibra de vidrio.
Acisclo Trelles llegó a Cartagena en 2002. Fue fundador de la división de materiales compuestos y hoy la supervisa. En Cotecmar lideró la construcción de la primera lancha ambulancia. Tiene 12,5 metros de eslora (largo) y 2,80 metros de manga (ancho), cuenta con una capacidad para 12 personas, y está dotada con dos camillas y 500 caballos de fuerza.
En Cotecmar cada trabajador tiene historias para contar. Harlin Torres es ingeniero industrial y encargado de proyectos de reparación, asegura que cuando comenzó a laborar no sabía la diferencia entre proa y popa, a pesar de haber nacido en un puerto como Cartagena. Dice que aquí aprendió a amar el mar y las embarcaciones, porque identifica los servicios que prestan y las ayudas que pueden ofrecer a una comunidad.
Adriana Hernández, supervisora de pintura, rechazó el nombramiento como profesora de matemáticas en el bachillerato de su natal San Onofre para poner al servicio de Cotecmar sus conocimientos como ingeniera química. Actualmente dirige con orgullo las reparaciones de pintura del buque Escuela Gloria.
Mientras todo eso pasa, la campana silenciosa en la pared del edificio Ricardo Pulido Osuna espera que alguien tome el nudo badajo que la hace repicar. Un sonido que anuncia la buena nueva de más trabajos, que regala un descanso momentáneo y que invita a todos los equipos de Cotecmar a celebrar sus sueños, sus victorias.
Cotecmar es una bella empresa. Ahí donde está el buque tanquero amarrado al costado del sincroelevador es donde podría estar amarrado y en labores un dique flotante. Ahí sobre esos rieles a Cotecmar todavía le falta tener una grúa pesada, algún día lo tendré que ver y que ojalá lo hagan ellos mismos para que salga más barato.
Fuente: Power point explicación PND subdirección seguridad y defensa DNP
También decir que el MinTransporte, en articulación con la Armada Nacional y el MinCIT, promoverá una política
de inversión en investigación, desarrollo e innovación en los astilleros y talleres
nacionales, con tecnología apropiada para el desarrollo del transporte fluvial del país.
El Gobierno Nacional fortalecerá las capacidades de la industria marítima del país y su
cadena de suministro, a partir de programas que estimulen el desarrollo de capacidades
propias en ciencia tecnología e innovación. Lo anterior, para potenciar la industria como
proveedora de servicios marítimos certificados para la región, a partir de un clúster que
integre las capacidades del sector defensa con la industria Nacional, impulsando servicios
de mantenimiento y reparación de buques, aprovisionamiento de combustible, entre
otros.
El cronograma ha venido cambiando, con el agravante de que no hay un reemplazo inmediato para las fragatas en servicio, hasta cuándo estarán en servicio las clase Almirante Padilla? esos buques van a cumplir la próxima década 40 años en servicio.
El cronograma ha venido cambiando, con el agravante de que no hay un reemplazo inmediato para las fragatas en servicio, hasta cuándo estarán en servicio las clase Almirante Padilla? esos buques van a cumplir la próxima década 40 años en servicio.
Toledo ya lo explicó. Es más, en los documentos que halló Alexc y que compartí acá, él menciona que por la cantidad de recursos a invertir en éste cuatrenio, es factible que se le agregue SAMs de medio alcance a las FS-1500, lo que cubriría en parte el "retraso" del cronograma. Es más, es uno de los proyectos que la ARC pasó en el PND y ante DNP...
Esto no lo han traído por acá, es de febrero, una nota de la Revista Dinero...
Cotecmar se mete en los negocios eólicos y de barcos civiles
El principal astillero de Colombia planea fabricar nuevas fragatas, turbinas eólicas y hasta barcos civiles.
Cotecmar, el astillero creado por la Armada Nacional junto con 3 universidades en el año 2000, tiene definida su hoja de ruta para los próximos años.
Entre sus planes tiene definir un joint venture con un
operador europeo o asiático que permita en los próximos años elevar el
nivel de sofisticación tecnológicade las embarcaciones que hoy diseña y fabrica en el astillero de Mamonal, Cartagena.
Cotecmar ha fabricado y exportado embarcaciones militares de pequeño y
mediano tamaño a Brasil y Honduras. Y tiene opciones de más ventas a
otros países.
Sin embargo, daría el gran salto con el Programa de Plataforma Estratégica de Superficie. Con esta iniciativa el gobierno renovará sus 4 fragatas ‘ochenteras’ por 8 embarcaciones de última generación.
Esto le permitiría al país incrementar la seguridad de sus costas y el
ejercicio de su soberanía. Pero también le dejaría el know how
suficiente para emprender construcciones más desafiantes y negocios más
lucrativos.
El contralmirante Oscar D. Tascón, presidente de Cotecmar, le contó a
Dinero parte de esos planes de la compañía para convertirse en un
jugador regional importante en el competido pero lucrativo negocio de la
fabricación de barcos.
“En la actualidad, Cotecmar es capaz de diseñar, construir y
mantener buques anfibios y patrulleros fluviales y marítimos, entre
otros. El desafío para diseñar y construir las nuevas fragatas
es reducir la brecha de conocimiento que todavía existe a la hora de
integrar los diferentes tipos de armas y sensores que incorpora cada una
de estas embarcaciones”, explicó Tascón.
Ahí entraría el socio estratégico internacional que pueda aportar
conocimiento en la integración de armas y equipos sofisticados a la
estructura de los barcos.
Las 4 fragatas alemanas en operación tienen una vida útil que
concluye en unos 5 años. Les sucede algo parecido a los aviones por un
efecto de fatiga de metal.
En otras palabras, hay que cambiar los buques viejos para evitar riesgos por el desgaste natural de los materiales.
Sin embargo, las 8 nuevas fragatas tienen un costo aproximado de US$5.000 millones.
Como se trata de una inversión casi tan grande como la primera línea
del metro de Bogotá, el Gobierno busca sacarle el mayor provecho,
creando una nueva industria naval en el país.
Según Camilo Fernández de Soto, gerente del Colombia Productiva
(antes PTP), entre las metas del plan de negocios de todo el sector
naval en Colombia está pasar de 10.000 a 20.000 empleos directos e
indirectos en los próximos 10 años. “Y alcanzar una facturación de
US$1.500 millones a 2027, con unas exportaciones de US$500 millones”,
dice.
Cotecmar protagoniza este ambicioso plan. El astillero no solo tiene
entre sus objetivos llegar a buen puerto con el cambio de las fragatas.
También tiene el radar puesto en los negocios civiles y hasta en la
energía eólica. “La idea es que Cotecmar esté en capacidad de fabricar
toda la estructura de la turbina eólica, incluyendo la carcasa y las
aspas”, dijo.
Del mismo modo, ya están trabajando en ampliar la oferta de embarcaciones de uso civil a partir de barcos militares.
Cotecmar ya construyó un remolcador fluvial, así como barcazas para transportar carga por el río Magdalena. Busca aumentar esa apuesta con botes ambulancia, de bomberos y rescate y hasta buques hospital.
Por mejorar
Los planes de Cotecmar y otros astilleros del país requieren mejorar la cadena de suministros y proveedores de materiales. Las embarcaciones de este astillero tienen entre 40% y 70% de industria nacional,
incluyendo la mano de obra. “Por ejemplo, en Colombia no producen
planchas de acero, materia prima para el ensamblaje de los barcos, es
necesario importarlos de España, Ucrania, Polonia, Japón o Estados
Unidos”, dijo Tascón. La tecnología de corte con plasma y soldadura está
a la altura de otros astilleros del mundo. Pero hay que importar los
motores, equipos electrónicos, radares y demás sistemas.
Pero Colombia sí es muy fuerte en el diseño de los barcos. Mientras
países como Perú y Chile compran licencias de diseños para construirlos
en sus astilleros, Colombia ha apostado por realizarlos a la medidade sus necesidades, lo que le ha permitido generar una ventaja competitiva.
Además, el país tiene el conocimiento derivado del conflicto armado. En
otras palabras, los productos militares han sido probados en combate.
Para Juan Manuel Lesmes, presidente de la Cámara Fedemetal de la Andi, que apoya esta industria, hay muchas oportunidades: "Se puede aprovechar el TLC con Estados Unidos, el cual permite reparar sus barcos en astilleros colombianos (Acta Jones)".
Lesmes cuenta que Colombia no cuenta con siderúrgicas de aceros
planos que provean acero naval. Sin embargo, sí tiene compañías que
fabrican laminado en frío y productos derivados. "Igualmente está la
industria metalmecánica, que ya se está encadenando con la astillera
para proveer componentes, partes y piezas. El reto es contar con
certificaciones no solo de las empresas, sino de cada uno de los
productos generados por casas internacionales reconocidas a nivel
mundial", dijo.
El millonario acuerdo de gobierno a gobierno para renovar las
fragatas de la Armada parece algo anclado en los escritorios de la Casa
de Nariño. Con este o sin él resulta necesario impulsar una industria
que no solo genera jugosas utilidades sino que garantiza la soberanía
del país y sus mares.
Comentarios
“El país debe reconocer la importancia de la industria astillera y atender sus necesidades”
Así lo dice el presidente de Cotecmar, el contralmirante Óscar Darío Tascón, en esta entrevista con el director editorial de SEMANA, Rodrigo Pardo.
RODRIGO PARDO: ¿Qué tanto ha cambiado la industria astillera nacional en estos últimos 20 años?
ÓSCAR DARÍO TASCÓN: Muchísimo. Se podría decir que dos décadas atrás no teníamos proveedores y que las capacidades de nuestros astilleros eran muy limitadas. El marco normativo que regía en ese momento impedía que nuestra industria pudiera ser competitiva, y no podía serlo porque resultaba mucho más barato comprar buques en el exterior que producirlos en el país. Tampoco podíamos ser competidores regionales en el mercado de las reparaciones; las oportunidades se nos escapaban y usualmente eran aprovechadas por países como Panamá o Curazao.
R.P.: ¿Y cómo es la realidad del sector hoy?
O.D.T.: Diferente. El gobierno reconoció que la industria astillera y metalmecánica podía ser una gran apuesta de progreso para el país e incluyó al sector en el Programa de Transformación Productiva. Esto ha permitido llevar a cabo iniciativas de marco normativo, principalmente, para eliminar ciertas barreras y promover su competitividad. Debo decirle que todavía queda mucho trabajo por hacer, pero estamos en mejores condiciones.
R.P.: Exactamente, ¿en qué consisten esos cambios normativos?
O.D.T.: Son, modificaciones arancelarias, aduaneras y tributarias. Por ejemplo, en el pasado los buques que llegaban al país no tenían que pagar IVA, mientras que los astilleros si debían hacerlo sobre materias primas que compraban en Colombia o en el exterior, transfiriéndoselo al producto final, poniendo en desventaja a la producción nacional; esta situación ya fue superada. En el campo arancelario, hemos conseguido que se puedan importar materias primas destinadas a la fabricación de buques con cero arancel, siempre y cuando no tengan registro de producción nacional.
R.P.: Colombia goza de una estabilidad económica y política, y esta puede significar una ventaja sobre otros países de la región. ¿Eso se ve reflejado en el sector astillero?
O.D.T.: Hoy, en el campo de reparaciones y mantenimiento, tenemos la posibilidad de atender 1.300 de los 5.000 buques que circulan por el Caribe. Si incrementáramos la capacidad de levante a 20.000 toneladas podríamos atender 3.000 de esas embarcaciones. Indiscutiblemente, la estabilidad política y económica del país juega un papel fundamental en la capacidad del sector para atraer estos buques. Por otra parte, en Suramérica la mayoría de los astilleros han surgido de las necesidades de las Armadas de sus países de garantizar la disponibilidad de sus flotas de guerra, pero ofertan su capacidad excedente para reparar y construir buques comerciales y buques de guerra de otros países. En este caso también es importante la estabilidad política y económica del país.
R.P.: ¿Cómo está Colombia en este campo, si se compara con Chile y Perú?
O.D.T.: Cuando la Armada Nacional, junto con las universidades Nacional, del Norte y Tecnológica de Bolívar crearon Cotecmar, una corporación de ciencia y tecnología, privilegió el conocimiento. Hoy en día Cotecmar cuenta con una capacidad de diseño e ingeniería que le permite generar soluciones a la medida de las necesidades del sector. Perú y Chile decidieron mejor apostar por la capacidad productiva y licenciaron diseños del exterior que luego producirían en sus astilleros. Hoy reconocen que el camino correcto fue el que tomamos nosotros.
R.P.: ¿Esa apuesta por el conocimiento permitió que el sector acelerara el paso en las últimas dos décadas?
O.D.T.: Por supuesto. Contamos con innovación organizacional y tenemos un modelo de gestión basado en el conocimiento. Nuestra línea de producción de buques es el resultado de un proyecto de investigación. Desarrollamos un producto específico para que sirva como soporte de la exploración y la explotación aguas afuera, y vamos a incursionar en la energía eólica offshore. Esas reconversiones las han hecho diversos astilleros en Europa para atender otros mercados.
R.P.: La oferta académica también ha evolucionado…
O.D.T.: Veinte años atrás solo existía un pregrado en Ingeniería Naval y para cursarlo era necesario ser Oficial Naval. La Universidad Tecnológica de Bolívar abrió recientemente ese programa. Además Cotecmar contribuyó a crear dos programas de maestría: uno en la Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla, con énfasis en el proceso de diseño, y otro en la Tecnológica de Bolívar, con énfasis en el proceso productivo. Con el crecimiento de la industria ha aumentado el interés por ellas. Muchas personas quieren trabajar en el sector. Esto ha generado igualmente el crecimiento de la cadena de suministros. Sin embargo, es necesario seguir trabajando en el desarrollo de esa cadena y en la dinamización del sistema sectorial de innovación de la industria astillera.
R.P.: ¿A qué se refiere?
O.D.T.: La industria astillera, al igual que la de construcción, es una industria de síntesis. El astillero se encarga del conformado del acero y de integrar los productos y servicios que otros sectores industriales generan. Debido a esto, esta industria es una gran generadora de encadenamientos productivos. Esta, además, es intensiva en mano de obra calificada y por la complejidad tecnológica de un buque, es igualmente impulsadora de desarrollo científico y tecnológico. Es por esto que en este concepto más amplio de clúster, que es el de sistema sectorial de innovación, tienen cabida no solo las empresas sino también las universidades, los centros de investigación y los centros de desarrollo tecnológico.
R.P.: A futuro, ¿cuál es el mayor obstáculo por vencer para continuar este positivo crecimiento?
O.D.T.: Es importante trabajar en el marco normativo para eliminar de manera definitiva la protección negativa del sector; en esto estamos trabajando de la mano del Programa de Transformación Productiva. De igual forma, para garantizar su sostenibilidad, se debe promover la diversificación del portafolio de servicios del sector astillero en otros sectores industriales y la participación en grandes proyectos nacionales de infraestructura en los cuales el gobierno nacional debería priorizar el aporte de la industria nacional, tales como la APP del río Magdalena, las esclusas del canal del Dique y todo lo asociado a la exploración y explotación offshore. Otro aspecto importante es la oferta de financiación para la construcción de buques en el país y en el exterior. Por ejemplo, en el mundo existe la hipoteca naval, que ha sido diseñada específicamente para este sector. En Colombia, aún cuando es reconocida, los bancos no la consideran en sus líneas de crédito.
R.P.: ¿Cómo se ha superado esa dificultad?
O.D.T.: De una manera innovadora nosotros hemos entrado como astilleros a financiar a los armadores comerciales, pero eso no puede seguir así. De la mano del Programa de Transformación Productiva estamos llegando a Asobancaria para que la figura de la hipoteca naval sea reconocida por los bancos.
R.P.: ¿Qué tan optimista se siente frente a los próximos 20 años?
O.D.T.: Podemos ser optimistas si logramos que haya un claro entendimiento de los beneficios que le genera esta industria al país.
Fuente: https://www.semana.com/contenidos-e...ia-astillera-y-atender-sus-necesidades/607305
https://www.semana.com/contenidos-editoriales/colombia-nada-como-el-mar/multimedia/las-seis-mejores-embarcaciones-militares-construidas-en-colombia/607371
Me gusta mucho ver que los oficiales de la ARC la tienen buen clara, hasta están pensando en el tema eólico off-shore y el la hipoteca naval (¡como me gustaría que los oficiales de las otras ramas de las FFAA le copiaran el ejemplo!). Me gustaría mucho ver a Cotecmar trabajando con el petróleo y el gas, con componentes y estructuras para darle carga de trabajo a los talleres de metalmecanica.
Ahora o nunca: el Gobierno le muestra su apoyo al sector astillero
El ministro de Comercio, Industria y Turismo, José Manuel Restrepo Abondano, escribe sobre cómo apoyar el crecimiento y el desarrollo de la industria naval en Colombia; que hoy tiene el viento a favor.
Una de las razones por las que Colombia ha ganado relevancia en el comercio internacional se encuentra en sus principales centros portuarios. Estos mueven anualmente más de 200 millones de toneladas y operan más de 70 grandes líneas navieras (entre carga y pasajeros), en el Caribe y el Pacífico. Ese dinamismo creciente le abrió las puertas a la expansión y al fortalecimiento de un importante renglón para la economía: el sector astillero, que ha demostrado con creces su potencial exportador y su capacidad de jalonar más sectores productivos.
Hoy existen 33 astilleros que generan cerca de 6.000 empleos directos y 4.000 indirectos. De ellos, 11 están en Cartagena, 6 en Barranquilla y 4 en Bogotá. Incluso, en Medellín y Cali, esta industria también aporta su cuota. Además, ha llevado desarrollo a las regiones del país, donde empresas de todos los tamaños proveen insumos y materias primas para la fabricación y reparación de embarcaciones.
Desde 2018 la promoción del sector astillero recibió un apoyo adicional en competitividad y productividad con la puesta en marcha del programa Proastilleros, diseñado por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y el Programa de Transformación Productiva (PTP). Este tiene como fin reducir a cero por ciento el arancel para 395 subpartidas que Colombia no produce y que son necesarias para fabricar y reparar embarcaciones. Es decir, esta industria puede ahorrar cada año cerca de 400.000 millones de pesos y competir en mejores condiciones.
Además de buscar que los astilleros sean cada vez más productivos y aumenten sus exportaciones –las cuales sumaron en 2018 cerca de 9,6 millones de dólares–, el Ministerio de Comercio enfrenta el reto de promover los encadenamientos de alta sofisticación en este sector.
Consolidar encadenamientos productivos, e impulsar el desarrollo de proveedores para esta industria en todo el país, implica conocer muy bien las necesidades de los principales astilleros y trabajar con las mipymes proveedoras para que estén acordes a las exigencias de productividad y calidad de la industria naval. En este frente, el ministerio y el PTP han trabajado de la mano del sector empresarial.
La construcción de naves en Colombia es una gran oportunidad de crecimiento para sectores de la industria como el acero, la propulsión, las puertas, la producción de vidrio, la carpintería metálica, entre otros. Ahora bien, tan solo para tener una dimensión de lo que pueden representar los encadenamientos, hacer un solo buque se traduce en la generación de 5.700 millones de pesos para estos.
También buscamos la consolidación de clústeres de la industria astillera que puedan satisfacer la demanda de embarcaciones. Se trata, fundamentalmente, de lograr que Colombia fabrique naves con diversos propósitos –como defensa, navegación fluvial y exploración offshore– para exportarlas y para satisfacer el mercado interno.Departamentos como Atlántico y Bolívar, sin excluir otros con igual potencial, tienen la maravillosa oportunidad de aliarse para conformar un clúster innovador y con grandes posibilidades de exportar.
Al hablar de innovación en el sector astillero, Colombia tiene buenos ejemplos para mostrar. Uno de ellos es el de la Corporación de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo de la Industria Naval, Marítima y Fluvial (Cotecmar), entidad que ha impulsado el uso de la tecnología y la ciencia para construir productos con un sello propio. Y es en Cartagena –aquí opera su astillero– donde se han desarrollado valiosas investigaciones en áreas de la producción de navíos como las estructuras, los materiales, la hidrodinámica, entre otros.
Colombia tiene una oportunidad clara para lograr que el sector astillero sea más competitivo y aumente sus exportaciones. Este es el momento para que todos los protagonistas de esta industria trabajen de forma articulada y puedan navegar cada vez más lejos.
*Ministro de Comercio, Industria y Turismo.
Fuente: https://www.semana.com/contenidos-e...ierno-a-la-industria-naval-en-colombia/607759
La academia, un motor fuera de borda que alimenta el sector astillero
Las universidades han sido vitales para el progreso y la innovación de esta industria en el país. Muchos proyectos que emergieron en las aulas de clase hoy navegan por los mares y ríos colombianos. Conózcalos.El buque de desembarco anfibio BDA Bahía Málaga y las Lanchas Patrulleras de Río (LPR) hacen parte del catálogo de embarcaciones insignias de la Armada Nacional.Ambas navegan por el territorio colombiano para proteger las aguas del país. El primero lo hace en el litoral Pacífico. Tiene 49 metros de largo, casi el mismo de una piscina olímpica, y 11 metros de ancho, el equivalente a un camión de tres ejes. Su misión es recorrer las comunidades costeras brindando ayuda médica y humanitaria. Las lanchas, por su parte, recorren los principales ríos. Actúan como botes de combate fluvial, tienen equipos especializados para desarrollar operaciones de vigilancia, inteligencia y comunicación. Son tan rápidas como un lobo en cacería. Alcanzan los 35 nudos de velocidad.
Por su capacidad, tecnología y eficacia podría pensarse que todas estas naves se construyeron en Corea del Sur, China o Japón –las principales potencias del sector astillero–, pero no, estas embarcaciones fueron creadas aquí, de hecho, son el resultado de los trabajos de grado de varios estudiantes de la Escuela de Cadetes Almirante Padilla, en Cartagena.
Estas iniciativas surgieron en las aulas de clase y, posteriormente, la Corporación de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo de la Industria Naval Marítima y Fluvial (Cotecmar), las materializó como apoyo para la Armada Nacional. Es tan grande la importancia de la academia en el desarrollo del sector astillero que dicha corporación cuenta con tres universidades como socias estratégicas: la Tecnológica de Bolívar, en Cartagena; la Universidad del Norte, en Barranquilla; y la Universidad Nacional.
La finalidad de este trabajo en conjunto es que se aplique un sistema sectorial de innovación y la academia sea considerada como un actor indispensable para mejorar la gestión, la capacidad y la operación de este campo. “Desde el resurgimiento de la industria, a comienzos de este siglo, las universidades se han convertido en las principales fuentes de conocimiento científico y un relevante motor de innovaciones. Su papel es necesario para resolver las diferentes problemáticas que enfrentamos”, afirma Jimmy Saravia Arenas, jefe del departamento de gestión de la innovación en Cotecmar.
Hoy, dos instituciones ofrecen programas ligados a la industria naval y astillera del país. Una es la Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla que cuenta con un pregrado en Ingeniería Naval y maestrías en Oceanografía, Gestión Logística, Política y Estrategia Marítima, entre otras. También dicta diplomados de Logística Portuaria, Gestión del Riesgo y Cambio Climático y Sistemas de Información Geográfica, Teledetección y Datos de Georreferencia. La otra es la Universidad Tecnológica de Bolívar, que fue la primera entidad de educación superior privada en incursionar en el sector. Ofrece un pregrado y una maestría en Ingeniería Naval, y otro máster en Ingeniería Oceánica. Además, cuenta con una especialización en Logística del Transporte Internacional de Mercancías.
El buen momento del sector astillero ha estimulado el interés y la investigación en este campo. Universidades como la Nacional y la del Magdalena lanzarán en 2019 varios programas relacionados con esta industria. La primera comenzará con una especialización en Logística de Carga Portuaria; la segunda tendrá un pregrado en Ingeniería Marinocostera.
Además de promover la innovación naval, las instituciones educativas del país contribuyen a la fuerza productiva de Cotecmar. Del total de estudiantes que realizan sus prácticas profesionales en la corporación, el 25 por ciento quedan vinculados a ella de manera oficial. Y cada cuatro años los mejores egresados aplican a una beca que les entrega esta organización y que les cubre la totalidad de los costes de sus maestrías o doctorados en el exterior.
Innovación en las aulas
Los estudiantes colombianos también están contribuyendo al desarrollo de la industria astillera y marítima nacional. Compruébelo.
Hydrometra
Ese es el nombre del grupo de investigación interdisciplinario de la Universidad Nacional, sede Medellín, que desde 2014 trabaja en la creación de innovaciones para el sector naval y astillero. Cada año participan en el concurso Hydrocontest, patrocinado por la empresa suiza Hydros, y suman más de seis premios, incluyendo el más codiciado de todos, a mejor eficiencia energética, que consiguieron en 2017. Este año, las investigaciones de Hydrometra estarán centradas en crear proyectos de impacto social en el país. Un ejemplo de ello es el diseño de un barco solar que pueda mejorar la calidad de vida de la población de Vigía del Fuerte, en Antioquia. Este municipio, de vocación pesquera, no cuenta con una red eléctrica y debe subsistir con plantas diésel. En muchas ocasiones los costos del transporte que tienen que pagar para recargar el combustible en los municipios aledaños son mayores que las ganancias que reciben. Actualmente se está diseñando el prototipo y las pruebas en terreno comenzarán en junio.
¡Pura fibra!
Para estudiar el desempeño de las lanchas rápidas de patrullaje tipo Orca, elaboradas por Cotecmar, el Grupo de Investigación en Materiales y Estructuras de la Universidad Tecnológica de Bolívar diseñó una herramienta de monitoreo en tiempo real de las estructuras navales utilizando fibra de vidrio. Este proyecto se desarrolló bajo las normas internacionales de construcción de embarcaciones en materiales compuestos y fue la primera vez que en el país se utilizó la fibra de vidrio para procedimientos de este tipo. Hoy, la corporación usa este sistema para conocer el desempeño de sus embarcaciones.
Cuestión de método
En 2010 los grupos de investigación de Innovar del Caribe y Productividad y Competitividad de la Universidad del Norte, diseñaron el modelo de gestión sobre el que hoy se basa Cotecmar. Este método articuló la tecnología, el talento humano y el conocimiento. A nivel corporativo se consolidó una metodología de gestión por competencias, un sistema de inteligencia empresarial (SIE) alineado a la innovación y un diseño de plataforma tecnológica basado en el desarrollo del talento humano de la organización.
Fuente: https://www.semana.com/contenidos-e...ara-la-industria-astillera-de-colombia/607308
Erick, porfa pregúntales si es adaptable a plataformas terrestres y aéreas.
Si en el astillero suena la campana, un nuevo barco está por construirse
O por repararse. Ese sonido es una tradición entre los trabajadores de Cotecmar, en Cartagena. Así transcurre el día en esta corporación que ha sido clave para el desarrollo del sector naval y astillero en Colombia.
Los repiques de la campana se propagan como un aliento de felicidad por las dependencias de diseño, mantenimiento y construcción. Al advertirlos, los 1.200 trabajadores de la planta sienten una gran dicha.
Aura Quiroz, jefe de ventas de reparaciones de Cotecmar, aclara que en la compañía, siempre que suena una campana, es el anuncio de algo especial: “Nosotros implementamos la campana como señal de bienestar. Es la certeza de que seguiremos haciendo lo que nos gusta, porque hemos concretado un nuevo trabajo”, concluye Aura.
El mismo que se siente en todas las áreas del astillero. El capitán de navío Luis Aranibar, a cargo de la gerencia de diseño e ingeniería, precisa, que más que un astillero, Cotecmar es un centro de desarrollo tecnológico reconocido por Colciencias. Una empresa de servicio que desde el año 2000 ha entregado soluciones concretas para la industria marítima y fluvial.
Por su nivel de especialidad y la confluencia de ingenieros colombianos y de otras nacionalidades, la gerencia de diseño e ingeniería es una babel de talentos. El capitán Aranibar tiene a su cargo 47 especialistas como arquitectos navales, diseñadores industriales, ingenieros eléctricos, electrónicos, metalúrgicos, navales y mecánicos, que le permite asegurar que su gerencia es de las mejores calificadas de América Latina.
Con su equipo ha diseñado casi toda la flota de la Armada Nacional, incluyendo patrulleras fluviales y marítimas, buques de desembarco anfibio y lanchas rápidas. También muelles flotantes para los ríos de Colombia, remolcadores, pesqueros, barcazas tanqueras y cargueros. “Aquí diseñamos de todo –dice con orgullo el capitán– tanto para empresas comerciales como para la flota de la Armada Nacional. Antes las fragatas eran reparadas en Curazao o Panamá, y los submarinos había que llevarlos hasta Alemania”.
El capitán de corbeta Mauricio Madrid, encargado de la Gerencia de Proyectos de Construcción, explica que desde hace 19 años, cuando se construyeron las primeras embarcaciones fluviales, se trabajaba de forma tradicional, pero con los avances desarrollados por el personal de Cotecmar, las embarcaciones se realizan con software de diseño naval, con modelado en 3D, que permite construirlas virtualmente antes de generar información para su producción.
Con las innovaciones introducidas, las naves se construyen por bloques, que luego se ensamblan en un proceso que exige alta precisión y un equipo lleno de espíritu de unidad, sin importar los rangos o niveles de preparación. En el hangar I comienza el proceso de corte de láminas de acero naval. El ruido es intenso, suenan alarmas de prevención que emiten las grúas de carga, brotan chispas de soldadura en las más de 15 estaciones de trabajo. Son jornadas intensas, el empeño jamás decae.
Acá se contruye la segunda de tres barcazas para transporte de hidrocarburos. Cada una tiene 60 metros de eslora (largo), un jumbo tiene 70 metros, 16 metros de manga (el ancho de una cancha de baloncesto) y 378 toneladas de desplazamiento.
En el hangar vecino, con 18 metros de altura y más de 30 metros de largo, se ensamblan las piezas elaboradas en el taller de corte. Van marcadas por lotes, con una codificación en tinta blanca, sobre la rojiza lámina de acero. Es como armar un rompecabezas con miles de piezas de acero en una variedad de tamaños.
A unos 100 metros del hangar de corte, y transportado por rieles, parecidos a los de un tren, está la primera barcaza terminada. Esos mismos rieles la pondrán en el mar para llevarla a su destino final: el Canal del Dique. Construir las barcazas ha sido un proceso que ha requerido de la entrega del personal de Cotecmar.
“Eso es lo que a mí me sorprende –interrumpe el capitán Mauricio Madrid–, la gente se compromete, y cada día está en la búsqueda de cómo mejorar los procesos; desarrollan sus propias ideas, sus herramientas, sus innovaciones”. La innovación se premia con incentivos económicos y reconocimientos públicos, por eso, sin importar el tamaño de la nave, la pasión es un rasgo de todo el personal.
Así lo reconoce Acisclo Trelles, quien trabaja en el taller de embarcaciones menores. Muestra hoy con orgullo la primera lancha ambulancia fluvial, construida en Cotecmar. Trelles nació en Tagachí, Chocó, a orillas del río Atrato. Cuando tenía 8 años, una lancha de casco brillante atracó en las riberas de su pueblo y él quedó impactado. Los únicos botes que conocía eran los de madera. Preguntó de qué estaba hecha esa embarcación reluciente y alguien le dijo que de vidrio. Como la respuesta le pareció absurda, comenzó a indagar con qué materiales se hacían estas naves y halló la respuesta: fibra de vidrio. A los 13 años, terminó su primaria y se fue a Medellín en busca de las oportunidades que no tenía en Tagachí. Allí aprendió a construir embarcaciones y cabinas para automóviles en fibra de vidrio.
Acisclo Trelles llegó a Cartagena en 2002. Fue fundador de la división de materiales compuestos y hoy la supervisa. En Cotecmar lideró la construcción de la primera lancha ambulancia. Tiene 12,5 metros de eslora (largo) y 2,80 metros de manga (ancho), cuenta con una capacidad para 12 personas, y está dotada con dos camillas y 500 caballos de fuerza.
En Cotecmar cada trabajador tiene historias para contar. Harlin Torres es ingeniero industrial y encargado de proyectos de reparación, asegura que cuando comenzó a laborar no sabía la diferencia entre proa y popa, a pesar de haber nacido en un puerto como Cartagena. Dice que aquí aprendió a amar el mar y las embarcaciones, porque identifica los servicios que prestan y las ayudas que pueden ofrecer a una comunidad.
Adriana Hernández, supervisora de pintura, rechazó el nombramiento como profesora de matemáticas en el bachillerato de su natal San Onofre para poner al servicio de Cotecmar sus conocimientos como ingeniera química. Actualmente dirige con orgullo las reparaciones de pintura del buque Escuela Gloria.
Mientras todo eso pasa, la campana silenciosa en la pared del edificio Ricardo Pulido Osuna espera que alguien tome el nudo badajo que la hace repicar. Un sonido que anuncia la buena nueva de más trabajos, que regala un descanso momentáneo y que invita a todos los equipos de Cotecmar a celebrar sus sueños, sus victorias.
*Cronista.
Fuente: https://www.semana.com/contenidos-e...na-un-nuevo-barco-esta-por-construirse/607376
Fuente: Power point explicación PND subdirección seguridad y defensa DNP
También decir que el MinTransporte, en articulación con la Armada Nacional y el MinCIT, promoverá una política de inversión en investigación, desarrollo e innovación en los astilleros y talleres nacionales, con tecnología apropiada para el desarrollo del transporte fluvial del país.
El Gobierno Nacional fortalecerá las capacidades de la industria marítima del país y su cadena de suministro, a partir de programas que estimulen el desarrollo de capacidades propias en ciencia tecnología e innovación. Lo anterior, para potenciar la industria como proveedora de servicios marítimos certificados para la región, a partir de un clúster que integre las capacidades del sector defensa con la industria Nacional, impulsando servicios de mantenimiento y reparación de buques, aprovisionamiento de combustible, entre otros.
El cronograma ha venido cambiando, con el agravante de que no hay un reemplazo inmediato para las fragatas en servicio, hasta cuándo estarán en servicio las clase Almirante Padilla? esos buques van a cumplir la próxima década 40 años en servicio.
https://www.dinero.com/edicion-impresa/negocios/articulo/los-nuevos-planes-de-cotecmar/270329
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