Bueno, si bien lo que dicen es altisonante y no debido, no atacaron ni agredieron a nadie ni la sede consular. Es una protesta, igual a las que suceden en otros lugares del mundo cuando suceden eventos como los que sucedieron anoche. Afortunadamente aún no somos como ciertos países de Medio Oriente que le echan candela a las embajadas...
Y en Venezuela calladitos, no se pronuncian, como si no hubiera pasado nada. Yo si creo que estos atropellos por parte del Régimen de Maduro hay que denunciarlos en la mismísima OEA.
la mayoria de los paises de la OEA nos dieron la espalda porque 12 son los mayores recibidores de petroleo de parte de venezuela y panama se quedo en neutral no hizo nada yo esperaria una respuesta economica o militar pero como no tenemos casi nada contra sus tanquesitos a esperar haber si salen los astros 2020
Penoso viacrucis de enfermos venezolanos que vienen a Colombia
Se juntan de a cientos en los puentes de la frontera antes del amanecer, en sillas de ruedas o con máscaras quirúrgicas en sus rostros. Llevan consigo copias de rayos X o historiales médicos con la esperanza de convencer a las autoridades venezolanas de que los dejen sumarse a los pocos que reciben permiso para cruzar la frontera hacia Colombia todos los días.
Seis meses después de que el gobierno socialista de Venezuela cerrase la frontera con Colombia para combatir el contrabando, miles de pacientes deben cruzar a pie para recibir tratamiento en hospitales de Colombia, y evitar así tener que acudir al sistema de salud venezolano, que está acabado.
El cierre ha trastornado la rutina diaria de todos los que viven a lo largo de la frontera, pero las consecuencias han sido más traumáticas todavía, y a veces mortales, para los venezolanos enfermos.
Dany Cubides, un hombre de 33 años que necesita una diálisis, se desmayó en el puente que conecta al municipio venezolano de Ureña con la ciudad colombiana de Cúcuta cuando regresaba de recibir el tratamiento.
Antes del cierre fronterizo, el viaje le tomaba media hora en motocicleta. Pero los vehículos ya no pueden cruzar la frontera y los pacientes tienen que conseguir permisos especiales para hacerlo a pie.
Sus viajes a un centro que ofrece diálisis en Cúcuta se convirtieron en recorridos de horas, que dejaban a Cubides demasiado cansado como para cenar. No pudo seguir trabajando como jardinero. Hasta que una tarde calurosa, poco antes del Año Nuevo, tropezó y se cayó en el puente. Llegó muerto a un hospital de Cúcuta, según su certificado de defunción y su historial médico.
“Esto no hubiera pasado de no haber sido por el cierre. Día tras día de cansancio”, se lamentó su madre, Elvira Cubides, mientras se secaba las lágrimas. “El país se quedó sin corazón”.
Tal vez lo único peor que hacer el recorrido hacia una clínica en Colombia es aventurarse en el sistema de salud venezolano. En los hospitales públicos ya no hay agua corriente ni electricidad continua, y los suministros médicos escasean. El país dispone del 20% de las medicinas que necesita, de acuerdo con la asociación farmacéutica, una organización alineada con la oposición.
En la ciudad montañosa de San Cristóbal, la localidad urbana venezolana más cerca de Ureña, seis menores fallecieron a lo largo de una semana en febrero porque no había respiradores artificiales. Este mes, un legislador acusó al hospital más grande de la ciudad de usar medicinas vencidas. Clínicas privadas tienen tres turnos de diálisis para acomodar a la mayor cantidad de gente posible, pero de todos modos no pueden admitir pacientes nuevos.
Noel Leal, un chofer de taxis de 66 años de Ureña con fallas renales, no va a los caóticos hospitales de San Cristóbal y prefiere lidiar con los problemas de la frontera tres veces por semana para recibir tratamiento en Cúcuta.
Se despierta con sus gallos antes del amanecer y se prepara para los interrogatorios en el puesto fronterizo, a pesar de que tiene sus papeles en orden. Luego cruza a pie el puente de 320 metros sobre el río Táchira.
“Sientes que estás lleno de líquido y tus piernas no se quieren mover. Pero tienes que caminar porque de lo contrario no recibirás tratamiento”, dijo.
La enfermedad de Leal es terminal, por lo que se le dio permiso indefinido para hacer el cruce. La mayoría de los venezolanos tienen que conseguir pases diarios en la mañana.
En Ureña, una ciudad de 40.000 habitantes con casuchas de metal pintadas de colores brillantes, las autoridades entregan 200 pases diarios.
Los pacientes hicieron cola por horas un día reciente, solo para encontrarse con que la Guardia Nacional tenía nuevos requisitos para entregar el pase. El director del centro que entrega los permisos estaba tan enojado como los pacientes.
“Juegan con la vida de la gente, haciendo que abuelos, gente que apenas puede caminar, venga y espere así todo el día”, dijo el director del centro Luis Hernando en medio de aplausos.
Antes de que se cerrase la frontera de 2.260 kilómetros en agosto, más de 100.000 personas la cruzaban diariamente, según el gobierno venezolano. Ahora lo pueden hacer solo 3.000, de acuerdo con organizaciones sin fines de lucro que trabajan en la región.
Además de los enfermos, Venezuela permite también el cruce de estudiantes, de algunos trabajadores y de los colombianos que viven en Venezuela y regresan a su país por su propia cuenta.
Padres con hijos pequeños en uniforme escolar y estudiantes universitarios se suman a los enfermos y tratan de cruzar puestos de control con alambres de púas temprano. Hacia las ocho de la mañana reina la confusión.
Una mañana reciente un oficial de la Guardia Nacional le dijo a una familia que si quería matricular a su hija en una escuela secundaria de Colombia, tendrían que cruzar por otro puesto. Cuando le preguntaron por qué, respondió: “Porque así lo digo yo”.
Un paciente con VIH no pudo cruzar porque no tenía todo su historial médico y se fue mascullando que los soldados fijan sus propias reglas.
Olga Burgos, empleada de una tienda de comestibles, fue rechazada porque un oncólogo escribió la fecha equivocada en sus papeles.
“Voy a tener que intentarlo mañana”, se lamentó.
Libia Zulay responsabiliza a los caprichos de los guardias fronterizos por la muerte de su nieto Jheancarlo, de tres años, que tenía leucemia.
Poco antes de la Navidad, el pequeño sufrió convulsiones en su cuna. Zulay lo llevó a una clínica de Ureña, pero el personal le dijo que sólo los hospitales colombianos podrían ayudarlo. Los guardias le dijeron a la familia que tenían que esperar a que abriese la frontera a las seis de la mañana.
La familia decidió no intentar un cruce ilegal en motocicleta de noche. Esperaron, turnándose para tener al pequeño en brazos mientras sus labios se tornaban azules y la mirada se le perdía. Murió al día siguiente en Cúcuta, de acuerdo con su certificado de defunción y sus papeles médicos.
“Estaba desesperada, llorando e implorándole a todos los oficiales que nos dejasen cruzar”, cuenta Zulay. “Estaba sorprendida de que estuviesen dispuestos a jugar con la vida de un niño. Algún día tendrán que pagar por esa muerte”.
AndresK dijo: Penoso viacrucis de enfermos venezolanos que vienen a Colombia
Somos observadores de un descalabro de toda política, función y servicio que está a cargo del Estado Venezolano. Donde quiera que se espiche en Venezuela pareciera que sale pus.
Venezolanos en Ureña y San Antonio marcharán para exigir la apertura de la frontera
A esta concentración se unirán más de de 200 comerciantes del estado Táchira.
Habitantes de Ureña y San Antonio en el estado Táchira, participarán en una marcha que se llevará a cabo este domingo 1 de mayo, esta será la primera de una serie de protestas que buscan exigir la apertura de los puentes internacionales.
La concentración está prevista en la Cruz de la Misión, a partir de las 10:00 de la mañana, donde trazarán una ruta que terminará en cercanías de un puesto de la Guardia Nacional Bolivariana en señal de protesta.
Carlos Carreño habitante de Ureña aseguró que "ya no aguantamos más, no hay comida, ni carne, la gente está desesperada y los enfermos están muriendo; yo tengo un año que no puedo cruzar el puente Internacional Simón Bolivar para trasladarme hasta Cúcuta, por eso marchamos"
A esta concentración también se unirán más de de 200 comerciantes, 45 líneas de transporte público y el sindicato de trabajadores del estado Táchira, unidos sin miedo para exigir calidad de vida, seguridad, medicinas y alimentos.
Maduro mintió: ¿12 horas de racionamiento por día en Colombia?
En un intento por justificar las medidas extremas ante la crisis energética que vive Venezuela, el presidente del vecino país citó un caso falso de Colombia.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, al parecer, está mal informado de la situación en Colombia. Aseguró que hay racionamientos de 12 horas al día y que los embalses se secaron.
Según el mandatario, Colombia afronta una de las crisis energéticas más graves de su historia.
"Colombia llegó a niveles de racionamiento de 12 horas por día, 12 horas por día, se secaron los embalses, secos, sequitos, sin una gotica de agua, se están recuperando", dijo Maduro.
Para el exministro de Minas Amilkar Acosta, el mandatario venezolano está equivocado y la realidad energética de Colombia es distinta a la de Venezuela.
"Se pudo sortear, hubo amagos de racionamiento y el fantasma de racionamiento se asomó varias veces, pero afortunadamente ya llegaron las lluvias", aseguró Acosta.
Además, el nivel de los embalses ha venido en alza con las últimas lluvias, por lo que expertos señalan que la situación energética de país comienza a mejorar.
La última vez que Colombia vivió un racionamiento fue en 1992, durante el gobierno del presidente César Gaviria.
Pero como le cambióel vocabulario a este señor, parece otra persona. Parece que las protestas de la gente en el Táchira y el declive económico causó efecto.
CANCILLERIAS DE VENEZUELA Y COLOMBIA EVALUARAN APERTURA FRONTERA
La incertidumbre política crece como una limitante para la producción venezolana
Ante la inminente crisis política y la amenaza de una revocatoria de mandato, el presidente Nicolás Maduro ha optado por decretar un nuevo Estado de Excepción en Venezuela.
Esta medida del mandatario trajo consigo los ejercicios militares, la advertencia de expropiar empresas que estén paralizadas y la amenaza de arrestar a empresarios que cesen la producción.
La incertidumbre política es tan grande que en el segundo trimestre de 2015 fue el tercer factor que impidió el crecimiento de la producción nacional (87%), solo superado por la falta de proveedores de materias primas (92%) y la falta de divisas (91%), de acuerdo con una encuesta de la Confederación Venezolana de Industriales.
La situación no solo afecta a los venezolanos. De hecho, las medidas simbolizan un gran freno para la economía colombiana, en especial para las pequeñas y medianas empresas, que veían en el país vecino una oportunidad para desarrollar su potencial, pero que ahora están inmersas en un sinfín de restricciones y amenazas.
“Las pyme están teniendo un impacto muy fuerte porque gran parte de su estrategia era tratar de abastecer el mercado venezolano, que carecía de procesos productivos en el sector manufacturero y de bienes primarios”, explicó Raúl Ávila, profesor experto en industria de la Universidad Nacional.
De acuerdo con las cifras de exportación de Colombia hacia Venezuela, compiladas por el Dane, en el primer trimestre del año pasado se vendieron US$313 millones, mientras que en el mismo periodo del 2016 la cifra fue de US$255 millones, lo que significó una variación de -18,3%.
De todos los sectores que han padecido los efectos de la crisis venezolana, los más afectados (en las exportaciones) son los combustibles, pues han registrado caídas de -96,8%, seguido por los cueros (-88,7%), y las perlas y piedras preciosas (-82,3%).
Aunque los problemas no se originaron con la llegada de Maduro al poder, “lo que ha venido haciendo este Gobierno es profundizar aún más la situación. Para Colombia el mercado sigue cerrado, los departamentos fronterizos están sufriendo las consecuencias y los exportadores colombianos han tenido que ir olvidando un mercado natural”, señaló el analista Luis Francisco Cuestas.
Además no es fácil reemplazar a este aliado comercial. Sobre esto, José Roberto ******, director del Icecomex, aseguró que “hemos tratado de ir a Centroamérica buscando mercados pero las exportaciones nunca han llegado a los volúmenes que teníamos con Venezuela”.
Otro golpe para la economía bilateral fue la caída de los precios del petróleo debido a que Venezuela es un país cuya economía depende casi 95% de este commodity, y debido a la caída en los precios internacionales del producto, el bolsillo de las personas empezó a verse afectado porque ya se había agotado la principal fuente de ingresos.
“El deterioro interno de la economía venezolana como también de la colombiana se camufló gracias a los precios del petróleo. Cuando se derrumbaron los precios se aventaron los problemas y la falta de capacidad de demanda y de compra, tanto en Venezuela como en Colombia”, explicó Gonzalo Palau, analista de la Universidad del Rosario.
Se ha dinamizado la venta de alimentos
Según Conindustria, en 20 años, 8.000 compañías han cesado su producción en Venezuela. En especial, la industria de los alimentos ha sufrido una gran desaceleración desde enero de este año, y su registro más bajo se dio en abril, cuando se produjo 28,1% menos alimentos que en marzo. Este es el resultado más negativo desde 2003 y agrava tanto la crisis económica como alimentaria que vive el país vecino. Aún así, Colombia se benefició, pues el sector de alimentos, bebidas y tabaco exportó 179,2% más entre enero y marzo de 2016, respecto a 2015. Lo mismo sucedió con azúcares y confities, que aumentó 209,2% durante el mismo periodo, según el Dane.
Las opiniones
José Roberto ******
Director de Icecomex
“Más que el cierre de la frontera, nos ha afectado que las relaciones se dañaron entre ambos países y que Venezuela ahora no es un comprador de productos colombianos”.
Raúl Ávila
Analista experto en industria de la Universidad Nacional
“Las pyme locales están sintiendo un impacto muy fuerte con la crisis venezolana porque gran parte de su estrategia era tratar de abastecer ese mercado”.
El gobierno colombiano ha rehuido tomar una posición respecto a la dictadura del presidente Maduro. Esa falta de claridad en las relaciones internacionales se está reflejando en la política migratoria para los venezolanos.
Según los acuerdos de Mercosur, los venezolanos que vienen al país como turistas deberían entrar con su cédula venezolana, sin ningún otro requisito. Pero desde el 27 de febrero se les está exigiendo pasaporte y requisitos equivalentes a visa, como son demostrar que tienen recursos para pagar su estadía (o carta de invitación) y pasaje de regreso. Estos controles se aplican en forma mucho más estricta en los pasos fronterizos que en los aeropuertos. Quienes entraron como turistas antes de esa fecha tienen que acogerse a las nuevas normas cuando se venza su permiso de estadía.
Cientos de venezolanos vinieron a trabajar amparados por visas expedidas por Mercosur, que supuestamente permitían trabajar y después de dos años obtener residencia permanente. Pero desde noviembre de 2014, Colombia no respeta esos derechos y ahora están obligados a solicitar visa de trabajo.
Conseguir o renovar una visa de trabajo en Colombia es una pesadilla para cualquiera, pero especialmente para los venezolanos. Se les exige todo tipo de requisitos que ninguna norma contempla y se les niegan las visas con argumentos discriminatorios tales como “los venezolanos no califican”. La Asociación de Venezolanos en Colombia elevó a mediados de mayo una petición a la Cancillería con numerosas acusaciones de discriminación, que no ha sido respondida.
La ministra María Ángela Holguín ha explicado en varias ocasiones que los acuerdos internacionales solo son válidos cuando hay reciprocidad. ¿Qué más puede esperar un país vecino que nos cierra sus fronteras?
Sin embargo, la estrategia colombiana del “sí, pero no” es insostenible y puede traer consecuencias negativas. Colombia no tiene los medios para vigilar la frontera. La militarización de algunas trochas cercanas a Cúcuta es más simbólica que efectiva. Tampoco tiene los mecanismos para expulsar a los inmigrantes cuyas visas o permisos de estadía se venzan. Si no se hace nada, gradualmente se acumulará en el país una masa de indocumentados sin empleo formal ni sentido de pertenencia, y se creará un ambiente de animadversión que será caldo de cultivo para el chovinismo, la intransigencia y el neopopulismo que estamos viendo en Estados Unidos y en muchos países europeos
La falta de alimentos y medicinas, la corrupción y el empobrecimiento general de los venezolanos no van a terminar el día que caiga Maduro. Las relaciones con Venezuela seguirán siendo complejas, con o sin Maduro. Eso no puede ser excusa para aplazar la definición de una posición clara y coherente sobre la inmigración venezolana que tenga en cuenta la opinión pública y el interés social de largo plazo.
Y eso debería empezar por discutir los principios generales de nuestra política migratoria. Colombia está casi totalmente cerrada a la inmigración permanente: apenas 0,3% de quienes residen en el país nacieron en el extranjero; el patrón mundial es 3%. En Estados Unidos 15% de los trabajadores son de origen extranjero, en Australia 27% y en Silicon Valley 53%. El cierre a los extranjeros se apoya en la creencia de que el número de puestos de trabajo es fijo y de que los inmigrantes van a desplazar a los profesionales nacionales.
Estas falsas ideas están refutadas en decenas de estudios que demuestran cómo las oleadas de inmigración traen consigo know-how productivo que abre nuevas oportunidades de empleo y eleva la productividad en los países receptores. Estados Unidos es el mejor ejemplo. Trump, que es hijo de inmigrantes, está atizando el desprecio contra los mexicanos no porque entienda mucho de economía o de historia, sino porque durante décadas Estados Unidos ha tenido una política migratoria ambigua, basada en una doble moral que ha fomentado el racismo.
Colombia está a tiempo para enderezar su política migratoria: la crisis venezolana es una buena razón para hacerlo.
Pero el chorro de venezolanos que se han recibido a lo largo de estos años es impresionante, hasta en Quibdó los he visto. Y la mayoría de ellos son precisamente personas que conocer bastante de petróleo y otras áreas relacionadas.
No entiendo el artículo. ¿Será que quiere que el país abra totalmente la puerta del ingreso?
Y la Ministra tiene razón: eso se da por reciprocidad. Me gustaría ver qué opinaría el autor el día que a Brasil le dé por exigirle más cosas a los argentinos para el ingreso, a ver si los chés no harán lo mismo que les hacen los brasileños...
Comentarios
Bueno, si bien lo que dicen es altisonante y no debido, no atacaron ni agredieron a nadie ni la sede consular. Es una protesta, igual a las que suceden en otros lugares del mundo cuando suceden eventos como los que sucedieron anoche. Afortunadamente aún no somos como ciertos países de Medio Oriente que le echan candela a las embajadas...
Muy tibia la protesta , muy tibia , esos se merecen otra cosa
Para usted, seguir el ejemplo de Irán sería magnífico...
http://www.efe.com/efe/espana/portada/detenidos-en-iran-40-sospechosos-del-ataque-e-incendio-de-la-embajada-saudi/10010-2802298
Hola a todos.
Y en Venezuela calladitos, no se pronuncian, como si no hubiera pasado nada. Yo si creo que estos atropellos por parte del Régimen de Maduro hay que denunciarlos en la mismísima OEA.
Auf Wiedersehen.
la mayoria de los paises de la OEA nos dieron la espalda porque 12 son los mayores recibidores de petroleo de parte de venezuela y panama se quedo en neutral no hizo nada yo esperaria una respuesta economica o militar pero como no tenemos casi nada contra sus tanquesitos a esperar haber si salen los astros 2020
Esperaras sentado te lo aseguro
Vielma Mora medidas migratorias de Colombia afectan negativamente a los venezolanos
https://www.youtube.com/watch?v=kl_cD9KmgVo
Tan gracioso el señor ese...
Tocará que lea La Opinión de Cúcuta:
http://www.laopinion.com.co/frontera/penoso-viacrucis-de-enfermos-venezolanos-que-van-colombia-108408#ATHS
Somos observadores de un descalabro de toda política, función y servicio que está a cargo del Estado Venezolano. Donde quiera que se espiche en Venezuela pareciera que sale pus.
Protestas en la frontera Colombo-Venezuela
https://www.youtube.com/watch?v=WHNzzfoQzqQ
Venezolanos en Ureña y San Antonio marcharán para exigir la apertura de la frontera
A esta concentración se unirán más de de 200 comerciantes del estado Táchira.
![[IMG]](http://www.wradio.com.co/images/3120401_n_vir3.jpg)
Habitantes de Ureña y San Antonio en el estado Táchira, participarán en una marcha que se llevará a cabo este domingo 1 de mayo, esta será la primera de una serie de protestas que buscan exigir la apertura de los puentes internacionales.
La concentración está prevista en la Cruz de la Misión, a partir de las 10:00 de la mañana, donde trazarán una ruta que terminará en cercanías de un puesto de la Guardia Nacional Bolivariana en señal de protesta.
Carlos Carreño habitante de Ureña aseguró que "ya no aguantamos más, no hay comida, ni carne, la gente está desesperada y los enfermos están muriendo; yo tengo un año que no puedo cruzar el puente Internacional Simón Bolivar para trasladarme hasta Cúcuta, por eso marchamos"
A esta concentración también se unirán más de de 200 comerciantes, 45 líneas de transporte público y el sindicato de trabajadores del estado Táchira, unidos sin miedo para exigir calidad de vida, seguridad, medicinas y alimentos.
Fuente:http://www.wradio.com.co/noticias/a...ura-de-la-frontera/20160429/nota/3120401.aspx
Maduro mintió: ¿12 horas de racionamiento por día en Colombia?
En un intento por justificar las medidas extremas ante la crisis energética que vive Venezuela, el presidente del vecino país citó un caso falso de Colombia.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, al parecer, está mal informado de la situación en Colombia. Aseguró que hay racionamientos de 12 horas al día y que los embalses se secaron.
Según el mandatario, Colombia afronta una de las crisis energéticas más graves de su historia.
"Colombia llegó a niveles de racionamiento de 12 horas por día, 12 horas por día, se secaron los embalses, secos, sequitos, sin una gotica de agua, se están recuperando", dijo Maduro.
Para el exministro de Minas Amilkar Acosta, el mandatario venezolano está equivocado y la realidad energética de Colombia es distinta a la de Venezuela.
"Se pudo sortear, hubo amagos de racionamiento y el fantasma de racionamiento se asomó varias veces, pero afortunadamente ya llegaron las lluvias", aseguró Acosta.
Además, el nivel de los embalses ha venido en alza con las últimas lluvias, por lo que expertos señalan que la situación energética de país comienza a mejorar.
La última vez que Colombia vivió un racionamiento fue en 1992, durante el gobierno del presidente César Gaviria.
Fuente: http://www.noticiasrcn.com/internacional-america/maduro-mintio-12-horas-racionamiento-dia-colombia
Ah pobre jetón...
https://www.youtube.com/watch?v=8tFN4PUy4gc
Este hombre o está muy mal asesorado, o cree que puede engañar a la gente como si todos tuvieran 5 años, o es que le gusta humillarse solo.
estos ya estan igual que los nor coreanos inventando cosas de su vecino
Pero como le cambióel vocabulario a este señor, parece otra persona. Parece que las protestas de la gente en el Táchira y el declive económico causó efecto.
CANCILLERIAS DE VENEZUELA Y COLOMBIA EVALUARAN APERTURA FRONTERA
https://www.youtube.com/watch?v=PHhEB4mJybs
La incertidumbre política crece como una limitante para la producción venezolana
![[IMG]](http://www.larepublica.co/sites/default/files/larepublica/imagenes/noticias/1/venezuela0517-1000.jpg)
Ante la inminente crisis política y la amenaza de una revocatoria de mandato, el presidente Nicolás Maduro ha optado por decretar un nuevo Estado de Excepción en Venezuela.
Esta medida del mandatario trajo consigo los ejercicios militares, la advertencia de expropiar empresas que estén paralizadas y la amenaza de arrestar a empresarios que cesen la producción.
La incertidumbre política es tan grande que en el segundo trimestre de 2015 fue el tercer factor que impidió el crecimiento de la producción nacional (87%), solo superado por la falta de proveedores de materias primas (92%) y la falta de divisas (91%), de acuerdo con una encuesta de la Confederación Venezolana de Industriales.
La situación no solo afecta a los venezolanos. De hecho, las medidas simbolizan un gran freno para la economía colombiana, en especial para las pequeñas y medianas empresas, que veían en el país vecino una oportunidad para desarrollar su potencial, pero que ahora están inmersas en un sinfín de restricciones y amenazas.
“Las pyme están teniendo un impacto muy fuerte porque gran parte de su estrategia era tratar de abastecer el mercado venezolano, que carecía de procesos productivos en el sector manufacturero y de bienes primarios”, explicó Raúl Ávila, profesor experto en industria de la Universidad Nacional.
De acuerdo con las cifras de exportación de Colombia hacia Venezuela, compiladas por el Dane, en el primer trimestre del año pasado se vendieron US$313 millones, mientras que en el mismo periodo del 2016 la cifra fue de US$255 millones, lo que significó una variación de -18,3%.
De todos los sectores que han padecido los efectos de la crisis venezolana, los más afectados (en las exportaciones) son los combustibles, pues han registrado caídas de -96,8%, seguido por los cueros (-88,7%), y las perlas y piedras preciosas (-82,3%).
Aunque los problemas no se originaron con la llegada de Maduro al poder, “lo que ha venido haciendo este Gobierno es profundizar aún más la situación. Para Colombia el mercado sigue cerrado, los departamentos fronterizos están sufriendo las consecuencias y los exportadores colombianos han tenido que ir olvidando un mercado natural”, señaló el analista Luis Francisco Cuestas.
Además no es fácil reemplazar a este aliado comercial. Sobre esto, José Roberto ******, director del Icecomex, aseguró que “hemos tratado de ir a Centroamérica buscando mercados pero las exportaciones nunca han llegado a los volúmenes que teníamos con Venezuela”.
Otro golpe para la economía bilateral fue la caída de los precios del petróleo debido a que Venezuela es un país cuya economía depende casi 95% de este commodity, y debido a la caída en los precios internacionales del producto, el bolsillo de las personas empezó a verse afectado porque ya se había agotado la principal fuente de ingresos.
“El deterioro interno de la economía venezolana como también de la colombiana se camufló gracias a los precios del petróleo. Cuando se derrumbaron los precios se aventaron los problemas y la falta de capacidad de demanda y de compra, tanto en Venezuela como en Colombia”, explicó Gonzalo Palau, analista de la Universidad del Rosario.
Se ha dinamizado la venta de alimentos
Según Conindustria, en 20 años, 8.000 compañías han cesado su producción en Venezuela. En especial, la industria de los alimentos ha sufrido una gran desaceleración desde enero de este año, y su registro más bajo se dio en abril, cuando se produjo 28,1% menos alimentos que en marzo. Este es el resultado más negativo desde 2003 y agrava tanto la crisis económica como alimentaria que vive el país vecino. Aún así, Colombia se benefició, pues el sector de alimentos, bebidas y tabaco exportó 179,2% más entre enero y marzo de 2016, respecto a 2015. Lo mismo sucedió con azúcares y confities, que aumentó 209,2% durante el mismo periodo, según el Dane.
Las opiniones
José Roberto ******
Director de Icecomex
“Más que el cierre de la frontera, nos ha afectado que las relaciones se dañaron entre ambos países y que Venezuela ahora no es un comprador de productos colombianos”.
Raúl Ávila
Analista experto en industria de la Universidad Nacional
“Las pyme locales están sintiendo un impacto muy fuerte con la crisis venezolana porque gran parte de su estrategia era tratar de abastecer ese mercado”.
Fuente: http://www.larepublica.co/la-incert...imitante-para-la-producción-venezolana_379396
“Más del 70% de los comercios en la frontera han cerrado”
https://www.youtube.com/watch?v=TKXUvT3iJak
Venezolanos sí, pero no
La ambigüedad de Colombia frente a los inmigrantes venezolanos tendrá consecuencias negativas.
porEDUARDO LORA
El gobierno colombiano ha rehuido tomar una posición respecto a la dictadura del presidente Maduro. Esa falta de claridad en las relaciones internacionales se está reflejando en la política migratoria para los venezolanos.
Según los acuerdos de Mercosur, los venezolanos que vienen al país como turistas deberían entrar con su cédula venezolana, sin ningún otro requisito. Pero desde el 27 de febrero se les está exigiendo pasaporte y requisitos equivalentes a visa, como son demostrar que tienen recursos para pagar su estadía (o carta de invitación) y pasaje de regreso. Estos controles se aplican en forma mucho más estricta en los pasos fronterizos que en los aeropuertos. Quienes entraron como turistas antes de esa fecha tienen que acogerse a las nuevas normas cuando se venza su permiso de estadía.
Cientos de venezolanos vinieron a trabajar amparados por visas expedidas por Mercosur, que supuestamente permitían trabajar y después de dos años obtener residencia permanente. Pero desde noviembre de 2014, Colombia no respeta esos derechos y ahora están obligados a solicitar visa de trabajo.
Conseguir o renovar una visa de trabajo en Colombia es una pesadilla para cualquiera, pero especialmente para los venezolanos. Se les exige todo tipo de requisitos que ninguna norma contempla y se les niegan las visas con argumentos discriminatorios tales como “los venezolanos no califican”. La Asociación de Venezolanos en Colombia elevó a mediados de mayo una petición a la Cancillería con numerosas acusaciones de discriminación, que no ha sido respondida.
La ministra María Ángela Holguín ha explicado en varias ocasiones que los acuerdos internacionales solo son válidos cuando hay reciprocidad. ¿Qué más puede esperar un país vecino que nos cierra sus fronteras?
Sin embargo, la estrategia colombiana del “sí, pero no” es insostenible y puede traer consecuencias negativas. Colombia no tiene los medios para vigilar la frontera. La militarización de algunas trochas cercanas a Cúcuta es más simbólica que efectiva. Tampoco tiene los mecanismos para expulsar a los inmigrantes cuyas visas o permisos de estadía se venzan. Si no se hace nada, gradualmente se acumulará en el país una masa de indocumentados sin empleo formal ni sentido de pertenencia, y se creará un ambiente de animadversión que será caldo de cultivo para el chovinismo, la intransigencia y el neopopulismo que estamos viendo en Estados Unidos y en muchos países europeos
La falta de alimentos y medicinas, la corrupción y el empobrecimiento general de los venezolanos no van a terminar el día que caiga Maduro. Las relaciones con Venezuela seguirán siendo complejas, con o sin Maduro. Eso no puede ser excusa para aplazar la definición de una posición clara y coherente sobre la inmigración venezolana que tenga en cuenta la opinión pública y el interés social de largo plazo.
Y eso debería empezar por discutir los principios generales de nuestra política migratoria. Colombia está casi totalmente cerrada a la inmigración permanente: apenas 0,3% de quienes residen en el país nacieron en el extranjero; el patrón mundial es 3%. En Estados Unidos 15% de los trabajadores son de origen extranjero, en Australia 27% y en Silicon Valley 53%. El cierre a los extranjeros se apoya en la creencia de que el número de puestos de trabajo es fijo y de que los inmigrantes van a desplazar a los profesionales nacionales.
Estas falsas ideas están refutadas en decenas de estudios que demuestran cómo las oleadas de inmigración traen consigo know-how productivo que abre nuevas oportunidades de empleo y eleva la productividad en los países receptores. Estados Unidos es el mejor ejemplo. Trump, que es hijo de inmigrantes, está atizando el desprecio contra los mexicanos no porque entienda mucho de economía o de historia, sino porque durante décadas Estados Unidos ha tenido una política migratoria ambigua, basada en una doble moral que ha fomentado el racismo.
Colombia está a tiempo para enderezar su política migratoria: la crisis venezolana es una buena razón para hacerlo.
Fuente: http://www.dinero.com/edicion-impresa/opinion/articulo/venezolanos-si-pero-no-por-eduardo-lora/224904
Pero el chorro de venezolanos que se han recibido a lo largo de estos años es impresionante, hasta en Quibdó los he visto. Y la mayoría de ellos son precisamente personas que conocer bastante de petróleo y otras áreas relacionadas.
No entiendo el artículo. ¿Será que quiere que el país abra totalmente la puerta del ingreso?
Y la Ministra tiene razón: eso se da por reciprocidad. Me gustaría ver qué opinaría el autor el día que a Brasil le dé por exigirle más cosas a los argentinos para el ingreso, a ver si los chés no harán lo mismo que les hacen los brasileños...
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