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Programa Antártico Colombiano 2014-2015

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Comentarios

  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente
  • DarioLopez
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  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente
    Editado Sun, 22 February 2015 #304

    Este hermoso paisaje en Ushuaia nos regalan los tripulantes del ARC 20 Julio, en su regreso a Colombia.

  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente

    Arribando a Punta Arenas. Primera Expedición Científica Colombiana a la Antártida. Rumbo a Colombia...

    @AntartidaCol


  • AndresK
    AndresKForista Subteniente
    Forista Subteniente

    Interesante reportaje...

    El capitán de mar y hielo que llevó un buque colombiano a la Antártida

    El capitán de fragata Camilo Segovia ha llevado el timón de muchas embarcaciones durante su desempeño en la Armada Nacional de Colombia. Tan pronto desembarque del ARC 20 de Julio seguirá su distinguida carrera en tierra firme, en la Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla, como jefe de Planeación.

    Pero la historia lo recordará como el primer comandante en llevar un buque naval colombiano a la Antártida.

    En estos tres meses lo vi ser desde alcalde hasta sicólogo, papá, juez y amigo de las 102 personas que viajamos a bordo en esta histórica Primera Expedición Científica Colombiana a la Antártida. Lo vi mediando entre las necesidades de un grupo tan ecléctico como los investigadores civiles, los medios de comunicación y aquellos de las operaciones del buque.

    Me senté a hablar varias veces con él. Si peca por algo es por exceso de prever lo que puede ir mal, y de irse por la senda conservadora. Después de todo, nos estuvo llevando literalmente a los mares más peligrosos del planeta. Ama a su Armada y no pierde la oportunidad de afirmar que “este buque es una nave”.

    Se le aguan los ojos cada vez que uno le pregunta por sus hijas María Camila, de 7 años, y María Alejandra, de 4. Así como por su esposa Alef, médica ginecóloga. Soportar esas largas separaciones ha sido el común denominador de todos los marinos en los siete mares desde los primeros navegantes.

    En mayo del 2014 se enteró de que su buque había sido seleccionado para ir a la Antártida, un ambiente operacional nuevo y desconocido para la Armada Nacional. Desde entonces comenzó el maratón. La lista ‘de mercado’ que fabricó en un software de su iPad se convirtió en una Biblia que carga a todas partes. Había que pensar en todo –dice–, desplegando una impresionante cantidad de ventanas y subtítulos electrónicos realzados en vivos colores. No puedo evitar pensar en listas parecidas hechas por los exploradores polares de todos los tiempos.

    “Había un componente científico, uno operacional, uno ambiental y uno de comunicaciones estratégicas; cada una de estas áreas se subdividía en muchas más. Por ejemplo, el buque, el personal, la logística. Desde las necesidades especiales de la ropa polar, los equipos de buceo, hasta la comida, la aviación naval, el agua caliente, la estanqueidad de buque, la propulsión, ¿cómo afectaría el frío la maquinaria?, ¿los lubricantes? Había que instalar la ecosonda en el casco; y teníamos que revisar los sistemas de navegación, comunicaciones, ingeniería, fondeo, las lanchas, climatizar el hangar y, en general, convertir a un buque tropical en uno polar”, señala.

    También había que entrenar al personal, desde los buzos hasta los navegantes en aguas antárticas, y pensar en el manejo de basuras. “Llevamos 40 días guardando las basuras debidamente clasificadas y las entregaremos en puerto. Pero tenemos que aprender mucho aún sobre cómo triturar y volver pulpa los desechos orgánicos biodegradables”, añade el capitán.

    Las 3.500 millas navegadas en aguas de la Antártida le enseñaron a Segovia que el comandante propone y la naturaleza dispone. Y que aquí abajo se presentan situaciones muy superiores a las que podemos estar acostumbrados en el Caribe y en el Pacífico. “Aprendimos que hay que revisar los reportes meteorológicos y no generar fechas específicas de tránsito. Ahora sabemos lo que significa la sensación térmica de hasta menos 10 grados centígrados del viento en la piel o en las manos mojadas, incluso a través de los guantes”, dice.

    Otro tema importante de la navegación antártica son las profundidades de fondeo. “Nosotros –señala– estamos acostumbrados a fondear hasta 15 o 30 metros de profundidad, pero aquí eran de hasta 80 metros, con vientos superiores a los 25 nudos.

    Aprendimos a reaccionar rápidamente ante condiciones que cambian en cuestión de minutos. Eso nos pasó frente a la base brasilera de Ferraz, en que estábamos fondeados y de pronto se alzaron vientos de 40 nudos. A pesar de que teníamos siete grilletes, es decir, 191,5 metros de cadena en el agua, no fue suficiente porque la altura de las olas subió a dos metros y tuvimos que zarpar de emergencia, sin poder visitar la base”.

    Durante la navegación en el estrecho de Gerlache, Segovia y su tripulación se enfrentaron a algo por lo que nunca habían pasado: los témpanos de hielo. “Cuando uno piensa que se va a enfrentar a un hielo cree que lo va a poder superar porque está acostumbrado a escenarios con bastantes contactos de superficie. En realidad es algo bastante difícil porque uno ha trazado el derrotero y ve el radar y está rodeado de témpanos. El ideal es pasarles a 200 yardas, pero muchas veces eso era imposible, y los teníamos a 20 yardas”, explica Segovia.

    Eso, sin contar con que los témpanos tienen escondido bajo la superficie un volumen mucho mayor que el visible. Poco a poco los navegantes fueron convirtiéndose en vigías y ‘esquivadores’ profesionales de témpanos, cuidándose especialmente de los gruñones, que son masas muy compactas y totalmente transparentes, no muy grandes, quizás del tamaño de un piano de cola.

    Esa dureza del hielo viejo los convierte en verdaderos escalpelos para el casco de los buques.

    “Nos ayudó mucho el buque ARC 20 de Julio, una patrullera oceánica OPV de alta maniobrabilidad, con dos máquinas y un bow thruster, que nos permitía maniobrar a baja velocidad frente a los témpanos, que tienen su propia dinámica por el viento y las corrientes”, agrega.

    Otro reto de aprendizaje fue la navegación durante las estaciones oceanográficas. “Tratar de mantener el buque en una posición durante una hora, mientras esquivábamos hielos con vientos altos y además con restricción en la maquinaria, porque teníamos los equipos oceanográficos en el agua, fue una experiencia muy importante que logramos sortear y sacar adelante”, celebra.

    Finalmente estaba la navegación en aguas donde no se sabían las profundidades, porque justamente eso fue lo que vinieron a hacer los investigadores del Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas. Y la enervante aproximación a las bases de investigaciones.

    “Aquí conocimos cómo a las puertas del Paraíso uno puede tener un Infierno. Durante una aproximación a bahía Paraíso –que es preciosa y es donde está la base chilena Videla– para recoger unos equipos de medición de la parte investigativa, tuvimos muchísimo hielo pasándonos muy cerca, y fueron momentos bastante tensos”, recuerda el capitán del buque ARC 20 de Julio.

    Pero la experiencia con el medioambiente y los paisajes fue una recompensa para todo el mundo. “La importancia del equilibrio climático y los cambios de temperatura, y cómo esta correlación entre el clima antártico y nuestras latitudes impacta no solo nuestra meteorología sino nuestra rica biodiversidad, es algo que doy gracias de haber tenido la oportunidad de conocer de primera mano”, dice.

    Según Segovia, la expedición demostró que la Armada no es solo soberanía, sino que también permite realizar investigación. De hecho, no es la primera vez que lo hace, ya que los submarinos oceánicos se han usado para estudiar el corazón de las ballenas jorobadas.

    Le pregunto por la separación de las tres mujeres en su vida, su esposa y sus hijas, con quienes se reunió en Valparaíso antes del zarpe antártico. “Cuando uno está haciéndolo lo que quiere, lo que siente, y tiene el apoyo de la familia, siempre va a estar feliz. Y cuando se sale al mar uno comparte con su otra familia”.

    Si una de sus frases favoritas es que “el 20 de Julio es una nave”, la otra es que “ser marino es un estado del alma y que, como marinos, incluso en la Antártida, protegemos el azul de la bandera”.

    Le recuerdo que nadie le quitará el haber sido el primer comandante colombiano en llevar un buque a la Antártida, y sonríe con picardía.

    “Pero habrá más, que lo harán mejor”, sentencia.

    ÁNGELA POSADA-SWAFFORD

    Corresponsal de EL TIEMPO, Dimar y la Armada en la Expedición Antártica Colombiana 

    http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/ciencia/capitan-encargado-de-la-primera-expedicion-antartica-colombiana/15327963

     

  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente

    Mediciones por DIMAR-CIOH en Antártida permitirán desde la ciencia aportar a la Seguridad de la Vida Humana en el Mar

    @Dimarcolombia


  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente

    Maniobra de Atraque llegando a Valparaíso, con uniforme de gala para ocasiones especiales. #Colombia #Antártida

    Fuente:Prog. Antártico Col ‏@AntartidaCol

  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente

    En Valparaíso, Chile,

  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente
    Editado Mon, 9 March 2015 #310

    Especial Antártida: Plataforma y Laboratorio Oceanográfico

    La primera expedición científica colombiana a la Antártida a bordo de una unidad de la Armada Nacional, ARC 20 de Julio, contará con el acompañamiento de seis instituciones para el desarrollo de investigaciones que le permitirán al país aportar al mundo mayor información en materia ambiental y de seguridad marítima en la Antártida; a su vez, Colombia podrá contribuir con la elaboración de la Carta Internacional 9103 Bahía Markmann a Bahía Andvord.



    Entre los proyectos de investigación a desarrollar se encuentra ICEMAN: Investigación Científico Marina para la Seguridad Marítima en la Antártida, el cual está a cargo del Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas del Caribe (CIOH) ydonde se involucran sus áreas de Oceanografía, Hidrografía y Protección al Medio Marino del CIOH, que durante los meses de diciembre de 2014 a marzo de 2015, estudiarán las condiciones para la navegabilidad en el estrecho de Gerlache, así como las condiciones de calidad de agua desde lo químico hasta lo microbiológico.

    Para la puesta en marcha de ICEMAN, la Dirección General Marítima (DIMAR) adquirirá una Plataforma para la Maniobra Oceanográfica (PMO) y un Laboratorio Oceanográfico Móvil Embarcado (LOME), que serán ubicados en la popa del buque y podrán ser utilizados tanto en ambiente antártico como en el trópico; además, en el ARC 20 de Julio ha sido adecuado un laboratorio de hidrografía para el análisis de datos batimétricos.

    En el caso de la PMO, estará conformada por 2 winches, un marco “A” y una roseta muestreadora. En el Laboratorio Oceanográfico Móvil Embarcado (LOME) serán almacenadas muestras de agua de mar antártico para ser analizadas y determinar sus características fisicoquímicas, de acuerdo con los protocolos establecidos en los laboratorios del CIOH.

    De esta manera, la Dirección General Marítima y el CIOH continúan preparándose para llevar a cabo y con éxito la primera expedición científica colombiana en la Antártida, empleando la más alta tecnología para estudios oceanográficos e hidrográficos, teniendo en cuenta lo establecido en elProtocolo Antártico sobre Protección al Medio Ambiente; y así posicionar al país dentro del grupo de naciones que hacen investigación en la Antártida.

    Avance Trabajos de adecuación Laboratorio Oceanográfico Móvil Embarcado LOME

    Avance Trabajos Plataforma Oceanográfica Móvil PMO

    Gina Bustos Luna

    Comunicadora Social

    gbustos@dimar.mil.co

    http://www.cioh.org.co/index.php/noticias-mainmenu2-677/1796/1796

    Escrito por Área de Hidrografía   
    Lunes 01 de Diciembre de 2014 15:36

     
  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente
    Editado Mon, 9 March 2015 #311



    Avances de las investigaciones realizadas en el Programa Antártico Colombiano

    La Dirección General Marítima; DIMAR, y el Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas; CIOH, comprometidos con su objetivo de contribuir a la seguridad marítima mundial, presenta los siguientes avances de la investigación realizada en la Antártida:

    La CCA

    La Corriente Circumpolar Antártica; CCA, transporta 160 veces más agua que todos los ríos de la tierra, lo que la convierte en un conductor mayor de masas de agua y de señales climáticas que se propagan por el planeta. (Adaptado y complementado de: Sudre et al., 2011).

    Modelo hidrodinámico

    Así mismo, durante la primera expedición del Programa Antártico Colombiano se recogieron 100 muestras de agua para analizar el estado ambiental del Estrecho de Gerlache y así analizar los nutrientes, hidrocarburos, organoclorados, SST y ADN). La información recolectada es básica para la construcción, calibración y validación de un modelo hidrodinámico aplicado a la seguridad marítima.

    Carta Náutica Antártica

    Por otro lado, el ARC “20 de Julio” realizó la construcción de la Carta Náutica Antártica en el Estrecho de Gerlache, entre la península de Arctowsky y la Isla Anvers, en 1000 millas náuticas encontrando mediciones de profundidad desde los 30 metros hasta los 800 metros, aportando de manera significativa a la navegación segura en la región, ya que el 90% del territorio es desconocido y no ha sido cartografiado.

    De igual forma, la Universidad del Norte trabajando de manera conjunta con el Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas lograron establecer la dirección de la propagación de la señal de la marea, así como la amplitud de la misma durante los días que se realizó la investigación.

    https://mail.google.com/mail/u/0/#inbox/14bf6785ae1f913a

  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente

    Llega a la República del Perú, al puerto, El Callao la #ARC20deJulio, en su regreso a Colombia: 36 días en Antártida.

    Armada Nacional‏@armadacolombia 

  • Enrique
    EnriqueEMC Brigada
    EMC Brigada

    La #ARC20deJulio después de 90 días de expedición llega a aguas colombianas

    Saludos

  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente

    Primer atardecer en Colombia después de 13 mil millas navegadas. Buque ARC "20 de Julio". #ColombiaEnAntártida

    Prog. Antártico Col‏@AntartidaCol

  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente
  • misil
    misilForista Técnico de Quinto Grado
    Forista Técnico de Quinto Grado
    dlopez escribió:


    me imagino que como buenos colombianos se tiraran su partidito de bola de trapo seria interesante ver una camisetica de tu papa junior por esos lados jejeje

    dlopez escribió:



  • silverback
    silverbackForista Sargento Mayor
    Forista Sargento Mayor
    Editado Mon, 23 March 2015 #317

    Colombia inicia camino para construir base científica en la Antártida

    Avanzan estudios de factibilidad. Construcción sería en 2016.

    Colombia busca construir una base nacional permanente de investigación científica en la Antártida. A finales de este año, La Comisión Colombiana del Océano, que lidera el proyecto, entregará al Gobierno Nacional los primeros estudios de factibilidad con el objetivo de obtener recursos del presupuesto nacional.

    La construcción del primer centro científico colombiano en la Antártida arrancaría a finales del 2016 y estaría operando antes de cuatro años. (Vea toda la información sobre Colombia en la Antártida).



    “El tratado antártico firmado en 1969, y al cual Colombia adhirió en 1989, congeló las reclamaciones territoriales de los países que en los años 50 llegaron primero a la Antártida y que reclamaban territorio allí. A partir del tratado, el continente blanco ha sido utilizado para investigación científica, están prohibidas las operaciones militares y es un lugar de paz y de una exigente preservación ambiental. Aspiramos a tener allí nuestra propio centro de investigaciones”, informó el Contraalmirante Juan Manuel Soltao, secretario general de La Comisión Colombiana del Océano.

    La construcción de una estación científica colombiana permanente se da luego de los primeros resultados de las investigaciones que obtuvo el crucero científico ARC 20 de Julio en la expedición a la Antártida 'verano 2015', que arriba en las próximas horas a Cartagena procedente del continente blanco.

    En este crucero están embarcadas 21 personas de 16 instituciones nacionales y desarrollaron proyectos de hidrografía, oceanografía, biología, mamíferos, ingeniería, analizaron la relación del océano, la atmósfera y el clima.

    “Investigaciones que darán mejores resultados cuando los investigadores están permanentemente en el sitio” agrega el contraalmirante Soltao.

    El proyecto hace parte de la Agenda Científica Antártida de Colombia 2014- 2035.

    Países como Ecuador, Chile, Argentina, Brasil, y en general los países antárticos, ya establecieron allí bases hace muchos años con contenedores dotados con laboratorios de investigación y con equipamientos para la supervivencia de sus investigadores.

    http://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/expedicion-de-colombia-a-la-antartida-anuncio-sobre-base-cientifica/15447895

  • DavidRec
    DavidRecEMC Cabo
    EMC Cabo

    No es nada descabellado... Si se planea bien y eficientemente resulta un buen proyecto.

    He aqui la base Pedro Vicente Maldonado, de Ecuador (el cual lleva haciendo expediciones desde 1988). Adicionalmente tienen un refugio en otro punto del continente blanco.

  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente

    La expedición antártica del ARC 20 de Julio en cifras

    Foto: Ángela Posada-Swafford

    94 días totales de operación

    14.560 millas totales recorridas

    96 almas a bordo

    188.000 galones de agua desalinizada (2.000 diarios)

    2 plantas desalinizadoras

    1.600 horas de producción de agua

    1.500 horas de trabajo de los propulsores

    2.256 horas hombre

    19 horas de vuelo helicóptero Bell 412

    3.500 horas de generadores de electricidad

    150 minutos de buceo antártico

    2 buzos

    22 cumpleaños a bordo durante la Expedición

    220 metros de cadena a bordo

    2 anclas

    2.700 unidades de mecato (paletas, papitas, etc.)

    1.500 galones de aceite para los propulsores

    4 peluqueros, quienes hicieron cinco cortes de pelo por persona

    94 días sin accidentes

    2 lavadoras y 2 secadoras que no se detuvieron nunca

    ***

    Un buque, cualquier buque, es una colonia de organismos que avanza sobre el mar, unidos a una misma estructura y cada uno cumpliendo funciones vitales para la supervivencia del microcosmos. Un buque de guerra es eso, y más. Es una presencia y una simbología de todo lo que representa un país, con el don de moverse globalmente.

    En el ARC 20 de Julio (‘made in Colombia’), la “colonia” está conformada, entre otros, por los departamentos de operaciones, propulsión, ingeniería, logística y comunicaciones; las divisiones de cubierta y de artillería, la sala de máquinas, el puente de mando, la cocina, los servicios ambientales, y otros espacios.

    Muchas de estas divisiones de trabajo se describen a sí mismas como “el corazón del buque”. Y tienen razón. Igual que una colonia de organismos flotantes, el barco no podría moverse sin los propulsores y los generadores; estaría ciego y sordo sin los comandos y la tecnología del puente de gobierno; aislado sin las comunicaciones; hambriento y desorganizado sin el departamento de logística y cocina, y lejano de la costa sin sus lanchas y su helicóptero.

    He pasado buen tiempo en todos los departamentos, en algunos más que en otros. Hubo momentos mágicos en el puente de gobierno, por ejemplo. Uno de ellos fue la tarde memorable en la que vislumbramos la Antártida por primera vez –ese destello del hielo allá a lo lejos, de la Isla Rey Jorge entre nubes doradas-. O los emocionantes instantes de esquivar témpanos, ver ballenas cruzando la proa y ser testigo de la delicada navegación entre los canales patagónicos. En las noches tropicales, el puente cambia de apariencia, cuando las luces de colores del radar danzan como luciérnagas electrónicas, mientras que la espuma de las olas se tiñe de verde neón por la bioluminiscencia.

    Si el puente de gobierno es ejemplo de silencio controlado y electrónica, la sala de máquinas es todo ruido y mecánica, generadores y propulsores, hélices y tuberías. Un lugar que estaba a salvo de los largos días antárticos de casi 24 horas de luz, que sí afectaban a los marinos del puente, cuyos ritmos circadianos tuvieron que aprender a ajustarse a guardias “nocturnas” llenas de sol. El recinto entero me recuerda un Centro Pompidou flotante. Porque es como una escultura modernista, pero una escultura viva que requiere cada hora el constante monitoreo de sus fluidos, presiones y temperaturas -todos los mimos posibles para evitar que se queje-.

    Durante estos 94 días, los dos motores, dos hélices, tres generadores, más uno de emergencia, y las 14 personas que cuidan de ellos, trabajaron al filo de sus capacidades. Gente y máquinas se adaptaron al frío y al estricto régimen ambiental antártico. Por su parte, los servicios de sanidad tenían el desagradecido reto de procesar, compactar y separar los residuos orgánicos y sanitarios con mucho orden porque en Antártica todo lo que entra debe salir. Un mes sin poder dejar basuras en ningún puerto significó tener cuidado extra en la separación de los residuos orgánicos y sanitarios, y cosas como baterías, latas y cuchillas de afeitar.

    La calefacción, la planta de tratamiento de aguas residuales y las dos plantas desalinizadoras fueron sistemas que hicieron la gran diferencia entre lo que es un buque moderno y uno estilo expedición de Ernest Shackleton hace un siglo. Las desalinizadoras, por ejemplo, produjeron una cantidad de agua tal, que pudieron suplir las más de cien personas, cuando el buque estaba lleno de huéspedes antárticos. Entre los retos de “Leonor y María” (como las bautizaron en algún momento de guardia desvelada), estaba el funcionamiento con agua de 0 grados C; puesto que están diseñadas para trabajar en latitudes más benévolas, había que calentar el agua de mar antes de pasarla por las membranas desalinizadoras.

    Otro lugar interesante del buque es la proa, durante los trabajos de zarpe y fondeo, y la popa, durante las operaciones con el helicóptero. Son maniobras llenas de señales no verbales, en las que los brazos, las manos y las pitadas conforman todo un diccionario de órdenes, donde la voz queda ahogada por el rugir de las aspas o el rodar de la gigantesca cadena de hierro sobre el casco.

    Sé que en varias ocasiones estiré con mi curiosidad insaciable la santa paciencia de los oficiales de todas estas dependencias. Pero creo que valió la pena porque sólo así pude empaparme realmente de su funcionamiento.

    Al final de cuentas, el 20 de Julio, que es una patrullera de aguas abiertas hecha por el astillero Cotecmar, resultó ser una plataforma estupenda para una primera misión antártica. Es rápida, versátil, cómoda; sus lanchas y su helicóptero son un factor de seguridad y también de exploración científica. Si bien fue un reto para los investigadores del Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas, el diseño de un laboratorio móvil y una plataforma de equipos embarcados sin hacer modificaciones en el buque, los resultados demostraron que la decisión “pagó”.

    Ya llegará el momento de construir un navío de investigaciones nuevo para Colombia, que tenga capacidades polares que nos lleven nuevamente al continente de hielo. Pero mientras tanto, esta OPV se lleva a la historia el honor de haber sido el primero. Ahora que termina esta Primera Expedición Científica Colombiana a la Antártida, doy reconocimiento a los tripulantes de nuestra casa flotante. Porque ellos son su verdadero corazón de acero.

    Suboficial tercero Roberto Cantillo

    Foto: Ángela Posada-Swafford

     



    El ARC 20 de Julio necesita la guía experta de sus altos oficiales:

    Capitán de Fragata Camilo Segovia, comandante; capitán de Fragata Jorge Espinel, segundo comandante; capitán de Corbeta Norman Ortiz, jefe del Departamento de Operaciones.

    El ARC 20 de Julio no puede moverse sin:

    Teniente de Navío Andrés Torres, jefe del Departamento de Ingeniería; teniente de Navío Mauricio Cerquera, jefe de la División de Propulsión; teniente de Corbeta Sergio Suárez, jefe de la División Auxiliar; teniente de Corbeta Néstor Circa, oficial de Gestión Ambiental; suboficial jefe Álvaro Parra, jefe de Máquinas; suboficial jefe Alexis Ramos, propulsión; suboficial segundo Ómar Marchena, plantas de aire acondicionado y calefacción; suboficial tercero Yadir Herrera, sistema de monitoreo y buzo; marinero segundo Daniel Cantor, generadores; marinero segundo Hernán Pacheco, sistema eléctrico; marinero segundo Jesús Vallejo, sistema de bow thruster; marinero segundo Armando Orozco, cuartos fríos; marinero segundo Luis Villanueva, sistemas hidráulicos.

    El ARC 20 de Julio no se puede orientar y comunicarse sin:

    Teniente de Corbeta María Fernanda Vargas, jefe de la División de Navegación; teniente de Corbeta Rafhael López, jefe de Información y Combate, y Control de Tiro; teniente de Corbeta Mónica Sánchez, jefe de la División de Comunicaciones; suboficial primero Walter Arnedo, jefe de Navegación; suboficial primero Néstor Pinedo, Información y Combate, y Control de Tiro; suboficial primero Nelson Martin, navegación; suboficial tercero Mauricio Contreras, electrónico; suboficial tercero Ricardo Lizarazo, radarista; marinero primero Julio Fernández, radarista; marinero primero Carlos Mendoza, navegante; marinero segundo Edwin Osorio, radioperador; marinero segundo John Ortega, radioperador; marinero segundo Maykol Ortega, electrónico; marinero segundo Camilo Caita, navegante.

    El ARC 20 de Julio no podría fondear, atracar o zarpar, ni hacer operaciones de cubierta y artillería, sin:

    Teniente de Navío Wilson Ríos, jefe del Departamento de Armamento; teniente de Fragata Marisol Carlier, jefe de la División de Artillería; teniente de Corbeta Camilo Dueñas, jefe de la División de Cubierta; teniente de Corbeta Camilo Ariza, ayudante jefe de la División de Cubierta; suboficial segundo Jair Mercado, artillería; suboficial segundo José Sierra, motorista y buzo; suboficial segundo Maycol Rolong, contramaestre de cargo; suboficial tercero Roberto Carlos Cantillo, contramaestre; suboficial tercero José Valencia, contramaestre; suboficial tercero Fabio Alvarez, artillero; suboficial tercero Jair Herrera, electricista; marinero primero Vilmer Vera, contramaestre; marinero primero Juan David Mejía, contramaestre; marinero primero Kevin Castro, contramaestre; marinero primero Anderson Fernández, artillero; marinero primero Francisco Vergara, contramaestre; marinero segundo Hernán Pacheco, electricista; marinero segundo Jesús Vallejo, electricista; marinero segundo Luis Villanueva, motorista; infante de Marina Profesional Moisés Galván, artillero.

    El ARC 20 de Julio necesita de su personal de logística para el funcionamiento en puertos, la comida, y mil detalles de organización:

    Teniente de Fragata José Eduardo Franco, jefe del Departamento de Logística; suboficial primero Otoniel Álvarez, maestro de Armas; marinero primero John Rodríguez, administrador; marinero primero Yulieth Hernández, cocinera; marinero primero Miguel Ángel Tache, administrador y cantinero; marinero primero Oswaldo Munar, cocinero; marinero segundo Jorge Caicedo, administrador; marinero segundo Armando Orozco, refrigeración; infante de Marina Profesional Daniel Florez, tanque; infante de Marina Profesional Óscar López, cocinero; infante de Marina Profesional Cleider Uparela, cocinero.

    El ARC 20 de Julio no podría alzar el vuelo sin su helicóptero Bell 412:

    Capitán de Corbeta David Ortiz, piloto; teniente de Navío Camilo Castellanos, copiloto; suboficial primero John Vargas, técnico; suboficial tercero Michael Sarmiento, técnico; marinero primero Carlos Pérez, técnico.

    ÁNGELA POSADA-SWAFFORD*

    Corresponsal de EL TIEMPO, Dimar y la Armada en la Primera Expedición Científica Colombiana a la Antártida.

    http://www.eltiempo.com/multimedia/especiales/los-tripulantes-son-el-verdadero-corazon-del-arc-20-de-julio/15443935

  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente
    Editado Mon, 23 March 2015 #320

    El tránsito por el Canal de Panamá duró 8 horas. Desde las 08:30 pm hasta las 05:00 am.

    Prog. Antártico Col‏@AntartidaCol  

  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente

    Finaliza con éxito primera Expedición Científica Antártica.

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