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Curiosidades de la WWII

SPIDERMAN
SPIDERMANForista Sargento Mayor
Forista Sargento Mayor
Editado Thu, 3 May 2012
en Segunda guerra mundial #1
Hola a todos los respetables foristas.

CURIOSIDADES DE LA WWII

Bienvenidos. Amigos, ¿Que datos les parecen curiosos de la WWII? Este thread es para descubrirlo.
Empiezo con:

1.Bando Equivocado

.20000 franceses lucharon por Alemania en las Waffen SS de la división Carlomagno.
.500000 rusos pelearon en Stalingrado al lado de los alemanes.

2.Hay que ser crueles...y eso que eran los Alemanes los malos

.Los soviéticos ametrallaban a los niños en Stalingrado por llevarles agua a los alemanes a cambio de pan.
.Los rusos entrenaban perros cargados con explosivos para meterse debajo de los tanques y hacerlos explotar.

3.Buena Punteria..¿ o mala suerte ?

Durante la batalla de Midway, los cuatro portaaviones japoneses fueron derribados en un lapso de cinco minutos.

4.Tanto trabajo...no hay respeto..

El acorazado Bismarck, el más poderoso de Alemania, fue construido en 5 años, pero sólo duró 9 días en el mar antes de ser hundido por la flota británica.

5.Pero era buena en lo que hacia

La locutora propagandística de la Radio Berlín Mildred Gillars (conocida como Axis Sally), era norteamericana.

6.Discriminando al Latino..

El embajador del Perú en Tokio, Ricardo Rivera Schreiber, advirtió a la embajada de Estados Unidos sobre un inminente ataque japonés a Pearl Harbor en los inicios de 1941, pero no tomaron en cuenta su mensaje. El ataque se produjo en el mes de diciembre.

7.Maldad

Dresden fue una de las ciudades más bombardeadas de la Segunda Guerra Mundial: pero ahí no habían industrias bélicas ni fuerzas militares, sino civiles, heridos, enfermos y refugiados.

8.Nos salvamos porque Hitler era Antisemita

El desarrollo de la bomba atómica en Alemania fue desechada por Hitler por ser "tecnología judía".

9.Espia y Tonto

Elyeza Bazna, fue el espía alemán más caro. La solución fue simple: le pagaban con billetes falsos.

10.Uuuppp..

Los aviones japoneses fueron detectados tres veces por los norteamericanos antes de iniciarse el ataque en Pearl Harbor.

¿Cuántas personas murieron en la Segunda Guerra mundial?

La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) es uno de los episodios más aberrantes contra la vida de las personas y la dignidad humana, dónde se vieron involucrados más de setenta países. Una guerra en la que los pueblos enteros fueron desvastados, que causó decenas de millones de víctimas y dónde tuvo lugar el atroz genocidio del pueblo judío.

Muertes en la Segunda Guerra Mundial

Estadounidenses
250000

Británicos
410000

Italianos
415000

Franceses
610000

Japoneses
2060000

Polacos
5420000

Alemanes
7000000

Chinos
13500000

Soviéticos
21000000

Auf Wiedersehen.

Editado por TOLEDO on
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Comentarios

  • Clark
    ClarkForista Sargento
    Forista Sargento
    Los que recivieron mas bajas fueron los sovieticos al parecer

    saludos
  • SPIDERMAN
    SPIDERMANForista Sargento Mayor
    Forista Sargento Mayor
    Editado Thu, 3 May 2012 #3
    Clark escribió :
    Los que recivieron mas bajas fueron los sovieticos al parecer

    saludos

    Hola a todos.

    Right!!!!, por millones de almas...muchas veces iban al frente más por arrojo y osadía (llámala patriotismo loco) que por una coordinada estrategia y eran presa fácil de la artillería y las armas de repetición germanas.

    Una barberie realmente sangrienta...sólo comparada a la heróica carga de caballería (en viejos caballos) de los Polacos contra la blindada Wehrmacht al inicio de la Guerra.

    Auf Wiedersehen.

  • Prietocol
    PrietocolForista Sargento Mayor
    Forista Sargento Mayor
    Editado Sat, 19 May 2012 #4
    Clark escribió :
    Los que recivieron mas bajas fueron los sovieticos al parecer

    saludos

    tengo la mejor obra literaria sobre la segunda guerra mundial y te explicare porq la perdida tan colosal de soviéticos.

    http://www.americamilitar.com/discussion/331/analisis-sobre-las-bajas-rusas-en-la-segunda-guerra-mundial#Item_1
    Editado por TOLEDO on
  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente
    Murió Klaas Faber, uno de los criminales nazis más buscados
    Por: AFP

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    Foto: Internet

    Antiguo miembro del comando SS Silbertanne, condenado a muerte en Holanda por matar a 22 judíos.

    El criminal de guerra nazi de origen holandés Klaas Faber, segundo de la lista de criminales más buscados por el Centro Simon Wiesenthal, ha muerto a los 90 años en Ingolstadt, en el sur de Alemania, informaron este sábado fuentes médicas. La muerte de Klaas Faber se produjo el jueves, precisaron estas fuentes.

    Klaas Faber era buscado por la justicia holandesa desde hace años. Antiguo miembro del comando SS Silbertanne, fue condenado a muerte en su país en 1947 por matar a 22 judíos. Su pena fue conmutada por la prisión a vida pero logró escaparse de la cárcel en 1952, refugiándose en Alemania.

    En 1957, un segundo juicio sobreseyó el caso y Faber vivía desde entonces tranquilamente en la pequeña ciudad bávara de Ingolstadt.

    En 2004, Holanda trató de que Faber purgase en Alemania la condena impuesta por la justicia holandesa, pero este pedido fue rechazado por un tribunal alemán sobre la base del sobreseimiento de 1957.

    En noviembre de 2010, La Haya emitió un mandato de arresto europeo contra Faber, pero la justicia alemana volvió a rechazar la extradición ya que Alemania no extrade a sus nacionales y el nonagenario adquirió la nacionalidad alemana al entrar en las SS, en virtud a la promulgación de una ley nazi.

    Sin embargo, la legislación prevé que un país europeo que rechaza una extradición, es obligado a hacer cumplir la condena por la que se ha solicitado dicha extradición. A principios de este año se habían abierto nuevas diligencias en este sentido.

    AFP

    http://www.eltiempo.com/mundo/europa/murio-klaas-faber-uno-de-los-criminales-nazis-mas-buscados-_11885841-4
  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente
    Diario 'The Sun' halló al nazi más buscado del mundo


    El diario sensacionalista 'The Sun' publicó ayer las fotografías del nazi Laszlo Csatary. Se espera que las autoridades húngaras lo arresten.

    Laszlo Csatary, acusado de complicidad en asesinato de 15.700 judíos durante Segunda Guerra Mundial.


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    El criminal nazi más buscado del mundo, Laszlo Csatary, de 97 años de edad y acusado de complicidad en la muerte de 15.700 judíos durante la Segunda Guerra Mundial, fue hallado en Budapest, anunció este domingo el director de la oficina del Centro Wiesenthal en Israel.

    "Confirmo que Laszlo Csatary fue identificado y encontrado en Budapest", declaró a la AFP Efraim Zuroff.

    "The Sun (diario británico) pudo fotografiarlo y grabarlo gracias a informaciones que nosotros aportamos en septiembre del 2011", añadió.

    Zuroff manifestó su esperanza de que Csatary sea arrestado por la policía húngara. El diario británico anunció este domingo en su sitio web que el criminal de guerra nazi húngaro, el más buscado del mundo, "fue identificado y hallado" en Budapest.

    "Hace diez meses, un informador nos dio elementos que nos permitieron localizar a Laszlo Csatary en Budapest. Ese informador recibió la prima de 25.000 dólares que acordamos a cambio de datos que permitan hallar a criminales nazis", explicó Zuroff por teléfono.

    Zuroff añadió que las informaciones sobre el paradero de Csatary fueron transmitidas en septiembre del 2011 a la fiscalía de la capital húngara.

    El fiscal adjunto de Budapest, Jenö Varga, no pudo confirmar la información, limitándose a declarar ayer: "Hay una investigación en curso. La fiscalía está estudiando las informaciones recibidas".

    En abril de este año, el Centro Wiesenthal había colocado a Csatary al tope de la lista de los criminales de guerra más buscados del mundo.

    En octubre de 1944 llegó al poder en Hungría con un golpe de Estado el partido filonazi Cruz de Flecha, que sirvió incondicionalmente a los intereses del régimen nazi de Adolfo Hitler.

    En el último año de la guerra, los seguidores de la Cruz de Flecha en Hungría entregaron a los nazis unos 450.000 judíos, que luego fueron asesinados en diversos campos de exterminio. Allí entró en escena Csatary, que fue jefe de la policía en el gueto de Kosice (Kassa, en húngaro, y Kaschau en alemán), situado en el territorio de la actual Eslovaquia, donde 15.700 judíos fueron asesinados o deportados al campo de exterminio de Auschwitz, en Polonia, durante la ocupación alemana de la entonces Checoslovaquia.

    Había sido condenado a muerte en ausencia en 1948 por un tribunal checoslovaco, pero desapareció misteriosamente después de esconderse en las ciudades canadienses de Montreal y Toronto.

    Durante el proceso, su defensa negó las acusaciones y admitió una responsabilidad parcial en la "guetización" de los judíos, así como haber entregado dos judíos a las autoridades alemanas sin saber cuál era su destino, señala The Sun.

    Posteriormente, con una identidad falsa, se dedicó a comerciar objetos de arte. Hace aproximadamente 15 años, las autoridades canadienses descubrieron su verdadera identidad, razón por la que volvió a desaparecer.

    Una ONG dedicada a cazar criminales

    El Centro Simon Wiesenthal es una ONG dedicada a la defensa de los derechos humanos y lleva el nombre del famoso 'cazanazis' austríaco Simon Wiesenthal, fallecido en el 2005.

    http://www.eltiempo.com/mundo/europa/diario-the-sun-hallo-al-nazi-mas-buscado-del-mundo-_12033753-4
  • AndresK
    AndresKForista Subteniente
    Forista Subteniente
    Editado Wed, 25 July 2012 #7
    Spider... yo no sabía que se podían derribar portaaviones...

    ¿Cómo es posible esto?... en verdad toda una curiosidad...
  • SPIDERMAN
    SPIDERMANForista Sargento Mayor
    Forista Sargento Mayor
    AndresK escribió :
    Spider... yo no sabía que se podían derribar portaaviones...

    ¿Cómo es posible esto?... en verdad toda una curiosidad...

    Hola a todos.

    Jajajajaja. Tú no perdonas media, ¿Verdad? Jejejeje.
    De verdad que me pifié, corrijo:

    3.Buena Punteria..¿ o mala suerte ?

    Durante la batalla de Midway, los cuatro portaaviones japoneses fueron hundidos en un lapso de cinco minutos.

    Auf Wiedersehen.

  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente
    Lastres explosivos de la II Guerra Mundial

    A casi 70 años del fin de la Segunda Guerra Mundial, todavía yacen ocultas bajo tierra decenas de miles de bombas. Los artefactos explosivos están muy deteriorados. Sin embargo, podrían detonar en cualquier momento.

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    Expertos estiman que en Alemania todavía yacen ocultas bajo tierra o en el agua alrededor de 100.000 bombas que fueron lanzadas sobre el país germano durante los seis años que duró la Segunda Guerra Mundial. La Liga Alemana para la Protección del Medio Ambiente y de la Naturaleza (BUND, según sus siglas en alemán) calcula que tan sólo en el Mar Báltico se encuentran todavía 40.000 toneladas de agentes químicos de municiones lanzadas al mar durante la Guerra Fría, después de 1945, por los Aliados y por la República Democrática Alemana (RDA).


    Apenas este 29 de agosto de 2012 se detonó controladamente una bomba aérea de 250 kilogramos, en Múnich, después de que expertos no lograran desactivarla. Un día antes, obreros habían encontrado el artefacto explosivo a un metro de profundidad en la tierra. La bomba tenía una espoleta química retardada, lo que la hizo más difícil de desactivar.

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    La mayor evacuación desde la Segunda Guerra Mundial

    En noviembre del 2011, 45.000 personas tuvieron que ser evacuadas después de descubrirse una bomba de 1.400 kilogramos en Coblenza, a orillas del Rin. Es probable que en el estado de Renania del Norte-Westfalia todavía se encuentre la mayor cantidad de bombas activadas, ya que allí se concentraron las plantas industriales y de producción de armas durante el régimen nazi. Por eso, casi la mitad de los ataques aéreos de las Fuerzas Aliadas se llevaron a cabo a lo largo del Rin.

    Para desactivar una bomba en Coblenza, más de 45.000 personas fueron evacuadas

    Una bomba de relojería

    También los barcos cargados con artefactos explosivos, que fueron hundidos, son bombas de relojería. Contienen materiales tóxicos como gas mostaza y gas sarín. “Los agentes detonantes químicos empiezan a oxidarse cuando están a la intemperie”, dice Armin Gebhard, asesor técnico para la eliminación de armas del ministerio del Interior de Renania del Norte-Westfalia. “Pero a causa de la corrosión progresiva de sus capas existe el peligro de que se contaminen el agua y la tierra”, añade. Además, el explosivo puede conservar su fuerza destructiva, y eso lo hace cada vez más difícil y peligroso de desactivar.

    Detección y eliminación de armas

    La eliminación de los explosivos le compete a los Länder, los estados federados alemanes. “A diario detectamos pequeñas granadas y municiones, pero esto sucede sin que la población se entere”, cuenta Stefanie Paul, portavoz del gobierno distrital de Düsseldorf.

    Los expertos en desactivación de explosivos se tienen que acercar con cautela para averiguar de qué tipo de arma se trata, cómo se detona y en qué condiciones se encuentra. Después determinan la cantidad del explosivo. En la mayoría de los casos, los expertos desmontan los detonantes manualmente, mediante una construcción con una cuerda o un mando a distancia, antes de desechar la bomba.

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    Experto desactivando una bomba

    “En 2010, tan sólo Renania del Norte-Westfalia gastó 21 millones de euros en la eliminación de bombas”, explica Claudia Roth del Ministerio del Interior del Land en Düsseldorf. Los expertos están de acuerdo en que todavía pasarán décadas hasta que todos esos lastres explosivos de la guerra hayan sido detectados y eliminados.

    http://www.belt.es/noticiasmdb/HOME2_noticias.asp?id=14884
  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente
    Un mensaje cifrado de hace 70 años en el cadáver de una paloma mensajera

    Expertos británicos buscan descifradores que traduzcan el mensaje en clave hallado en la pata del esqueleto de una paloma mensajera muerta hace 70 años, en plena Segunda Guerra Mundial.


    Según la BBC, un deshollinador encontró el cadáver de la paloma cuando limpiaba una chimenea en Surrey (sureste de Inglaterra) con un estuche rojo todavía atado a una pata.

    En el interior, un pedazo de papel enrollado con la inscripción "Servicio de Paloma" con 27 bloques de letras redactadas a mano.

    Los cifradores del Government Communications Headquarters (CGHQ) -un centro ultrasecreto de escuchas y de intercepción británico muy exitoso en la guerra secreta contra los nazis- han tenido que reconocer que sus ordenadores no lograron descifrar el contenido.

    "Este tipo de mensajes utilizados en las operaciones eran concebidos de tal manera que sólo el emisor y el receptor pudieran descifrarlos", dijo Tony, un historiador que pidió que sólo se revele su nombre. Unas 250.000 palomas mensajeras fueron utilizadas durante la Segunda Guerra Mundial, en particular para transmitir informaciones entre Europa continental e Inglaterra.

    Ahora, la esperanza es que haya algún descifrador todavía vivo que pueda resolver el enigma.

    http://www.publimetro.co/vida-con-estilo/un-mensaje-cifrado-de-hace-70-anos-en-el-cadaver-de-una-paloma-mensajera/EOClkw!1dTkFkX6m2LNMCkkfQJ1uw/
  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente
    Editado Tue, 30 April 2013 #11
    Armas Raras de la II Guerra Mundial



    Un cordial
    Editado por SPIDERMAN on
  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente
    Editado Fri, 1 February 2013 #12
    El veterano de Stalingrado que siguió combatiendo 'después de muerto'

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    El veterano de guerra, Gueorgui Kiréev, visita casi todos los años su tumba en Volgogrado.Foto: EFE


    La batalla de Stalingrado fue una de las más sangrientas de la historia. "Me hirieron en la defensa de Stalingrado. Pensaron que había muerto y enviaron la notificación a mi familia. Casi todos los años voy a visitar mi tumba en un cementerio de la ciudad", afirmó Kiréev.

    Con 89 años a sus espaldas, el veterano ucraniano aún conserva el buen humor, como no podía ser de otra forma para un militar retirado cuyo nombre y apellidos fueron grabados con cincel en un panteón a los caídos entre junio de 1942 y febrero del 43.

    No es el único caso de veterano de Stalingrado que fue dado por muerto en combate y que no sólo aún estaba vivo, sino siguió combatiendo, aunque Kiréev no pudo participar en la toma de Berlín, ya que resultó gravemente herido en noviembre de 1944 en Prusia.

    Los excombatientes de la batalla que cambió la Segunda Guerra Mundial rondan ahora los 90 años y, aunque derrotados por los achaques, ocupan un sitial de honor en la historia de esa contienda. "Resistimos hasta el final, aunque enfrente teníamos al gran Ejército alemán. Sí, murió tanta gente bajo las bombas. En mi pelotón éramos 15 y sólo tres sobrevivimos", asegura Kiréev, miembro de la 96 brigada del legendario 64 Ejército soviético.

    En julio de 1942, la ciudad que recibió su nombre del líder soviético, Iósif Stalin, estaba a punto de caer en manos de los alemanes, por lo que Moscú tuvo que recurrir a carne de cañón, reclutas sin experiencia en combate que apenas duraban en pie 24 horas bajo el infernal bombardeo alemán. "Acabé la escuela y dos días después cayeron las primeras bombas sobre Kiev. Todos mis amigos fuimos a enrolarnos. A mí me rechazaron porque sólo tenía 17 años. Me enfadé mucho, pero cuando cumplí los 18 me dieron un fusil y me enviaron al frente", recuerda Kiréev.

    Curiosamente, según la historiadora Tatiana Prekázchikova del Museo de Stalingrado, ni Hitler ni Stalin sospechaban que esa ciudad a orillas del Volga sería crucial para decidir el destino de la guerra. Stalin pensó que Hitler optaría por lanzar en el verano de 1942 una nueva ofensiva sobre Moscú, pero los alemanes renunciaron a la capital rusa y decidieron hacerse con el control del Cáucaso para cortar los suministros de combustible al Ejército rojo. "Es hora de frenar la retirada. Ni un paso atrás", rezaba la famosa arenga de Stalin a las tropas en julio de 1942.

    Es decir, en el caso de los soldados soviéticos, entre los que había no pocas mujeres, el heroísmo no era negociable, sino una obligación para todos los combatientes, que en caso de retirada eran ametrallados por unidades punitivas, de acuerdo a la directiva 227.

    Como resultado, los alemanes se vieron empujados a una batalla callejera, una lucha cuerpo a cuerpo en las ruinas de la ciudad, para la que no estaban equipados y en la que su supremacía en tanques y aviones perdió todo valor. "Los alemanes no estaban preparados para 40 grados bajo cero. Además, se les acabaron las municiones y las provisiones. Estaban hambrientos y muertos de frío", asegura Dmitri Stadniuk, un veterano ucraniano de 90 años.

    La consecuencia fue que la ciudad de poco más de medio millón de habitantes prácticamente desapareció de la faz de la tierra debido a los bombardeos alemanes y que en sus calles y en los alrededores perecieron más de dos millones de soldados soviéticos y alemanes. "Había montañas de cadáveres. Tuvimos que pedir a los prisioneros que cavaran bajo la nieve fosas para enterrar a sus propios caídos", recuerda.

    Stadniuk vio personalmente en una de las plazas de Stalingrado cómo un compungido Friedrich Paulus, el comandante del Sexto Ejército alemán, era trasladado en un vehículo por soldados soviéticos tras rendirse, el 2 de febrero de 1943. "'¡Hitler kaput!' gritaban los prisioneros alemanes agitando banderas blancas.

    En Stalingrado nosotros aprendimos a combatir y los alemanes perdieron la iniciativa. Fue nuestra primera gran victoria", relata Stadniuk. Los alemanes nunca llegaron a poner sus botas en Moscú, mientras los soviéticos ya no se conformaron con expulsar de su territorio al invasor, sino que lanzaron una contraofensiva que concluyó con la toma de Berlín.

    EFE
    http://www.eltiempo.com/mundo/europa/veterano-de-la-batalla-de-stalingrado-que-dieron-por-muerto-hace-70-anos-_12570864-4
  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente
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    Hallada la guillotina con la que los nazis ejecutaron a héroes de la resistencia

    La guillotina con que fueron ejecutados los hermanos Hans y Sophie Scholl, héroes estudiantiles de la resistencia contra Adolf Hitler, ha sido hallada en el almacén del Museo Nacional de Baviera, indicaron hoy fuentes de esa institución.

    La pieza, que se daba por perdida, probablemente estaba en ese depósito "desde hace décadas", indicó en declaraciones a la radio pública Sybe Wartena, responsable de la sección histórica del museo, después de que un medio bávaro informara hoy del hallazgo.

    La fuente del museo no precisó si la guillotina será restaurada y expuesta, ante los previsibles recelos éticos que podría generar la exhibición del artefacto con que fueron ejecutados ambos hermanos, miembros del grupo Die Weisse Rose, La Rosa Blanca.

    Esta organización de la resistencia operó desde la Universidad Ludwig-Maximilians de Múnich y fue la responsable de la edición clandestina en 1943 de un panfleto contra el régimen nazi en el que alertaban del genocidio.

    Los hermanos Scholl -Hans, de 25 años y Sophie, de 21- fueron descubiertos y detenidos en febrero de 1943 y tras un proceso sumarísimo fueron condenados a muerte y ejecutados con la guillotina.

    Otros compañeros del grupo lograron hacer llegar a Londres la última partida de los panfletos, que fueron lanzados sobre Alemania por la aviación británica.

    La acción quedó inscrita en la historia de la resistencia y considerada exponente de la lucha de pequeños grupos estudiantiles, en muchos casos vinculados a la Iglesia, contra el aparato nazi.

    La Fundación Weisse Rose, dedicada a la memoria de los hermanos Scholl, afirmó hoy no tener conocimiento del paradero de la guillotina, que se creía que se había arrojado a las aguas del Danubio en 1945.

    http://www.publimetro.co/mundo/hallada-la-guillotina-con-la-que-los-nazis-ejecutaron-a-heroes-de-la-resistencia/lAmnaj!0DmfmmFJcKV3WvJybwYnmg/
  • Prietocol
    PrietocolForista Sargento Mayor
    Forista Sargento Mayor

    Internacional
    Muere el soldado japonés que siguió luchando 30 años después del fin de la II Guerra Mundial

    Día 17/01/2014 - 12.21h

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    Hiroo Onoda solo se rindió ante su superior, que tuvo que desplazarse hasta la isla de Lubang para convencerle de la capitulación de Japón
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    Hiroo Onoda rindió su espada en marzo de 1974
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    El exteniente Onoda tenía 52 años cuando finalmente se rindió

    Onoda solo se rindió ante un superior
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    El teniente japonés se encontraba en buen estado de salud
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    Onoda brinda con el jefe de las Fuerzas Aéreas filipinas, José R. Ranoudo, en presencia del embajador japonés en el país, Tohio Urabe
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    Onoda, de pie junto a su hermano, cuando ambos eran oficiales del Ejército Imperial nipón
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    «Victoria o derrota, yo he hecho todo lo que he podido» respondió el subteniente japonés Hiroo Onoda en 1974 al enterarse de la derrota de Japón casi 30 años después de que hubiera finalizado la II Guerra Mundial. El soldado del Ejército Imperial nipón vivió durante tres décadas escondido en la selva de Filipinas convencido de que se seguía luchando.
    Muere el soldado japonés que siguió luchando 30 años después del fin de la II Guerra Mundial




    Hiroo Onoda, en 1974

    Onoda solo entregó sus armas cuando su comandante le ordenó abandonar su escondite en una montaña de la isla de Lubang, a 112 kilómetros al sur de Manila. Cuando fue hallado en una montaña de la isla de Lubang, a 112 kilómetros al sur de Manila, el soldado japonés conservaba en su poder una copia de la orden dada en 1945 por el emperador Hirohito para que los soldados japoneses se entregasen a los aliados, pero él insistía: «Sólo me rendiré ante mi superior».

    Onada había llegado a la isla de Lubang en 1944 a los 22 años con la misión de introducirse en las líneas enemigas, llevar a cabo operaciones de vigilancia y sobrevivir de manera independiente. Tenía una orden: no rendirse jamás y aguantar hasta la llegada de refuerzos. Con otros tres soldados obedeció estas instrucciones incluso después de la capitulación de Japón.

    Vivió de plátanos, mangos y el ganado que mataba en la selva, escondiéndose de la Policía filipina y de las expediciones de japoneses que fueron en su busca desde que en 1950 se supo de su existencia por uno de los soldados que le acompañaban, que decidió abandonar la selva y volver a Japón. Onoda los confundía con espías enemigos.
    Expediciones fallidas

    Tokio y Manila intentaron contactar con los otros dos soldados japoneses durante años hasta que en 1959 finalizaron su búsqueda, convencidos de que habían muerto. En 1972, Onoda perdió a su último hombre al hacer frente a las tropas filipinas y Tokio decidió entonces enviar a miembros de su propia familia para intentar convencerle de que depusiera las armas. Todos los esfuerzos fueron en vano y su pista se perdió de nuevo hasta que fue avistado por el estudiante japonés Norio Suzuki en marzo de 1974 cuando hacía camping en la selva de Lubang.

    Tuvo que desplazarse hasta la isla el entonces ya excomandante Yoshimi Taniguchi para entregarle las instrucciones de que quedaba liberado de todas sus responsabilidades. Solo así, Onada se rindió. Su madre, Tame Onoda, lloró de alegría.
    Muere el soldado japonés que siguió luchando 30 años después del fin de la II Guerra Mundial
    afp
    Onoda

    Los japoneses recibieron a Onada como a un héroe nacional a su regreso a Tokio por la abnegación con la que había servido al emperador. Tenía entonces 52 años. El exteniente contaría entonces que durante sus treinta años en la jungla filipina solo tuvo una cosa en la cabeza: «ejecutar las órdenes».

    Un año después se mudó a Brasil, donde se casó con Machle Onuki y gestionó con éxito una finca agrícola en Sao Paulo. En 1989 volvió a Japón y puso en marcha un campamento itinerante para jóvenes en el que impartía cursos de supervivencia en la naturaleza y escribió su increíble aventura en el libro «No rendición: mi guerra de 30 años».

    Onoda, el último de las decenas de soldados japoneses que continuaron su lucha sin creer en la derrota nipona, falleció este jueves en un hospital de Tokio a los 91 años por un problema de corazón, tras llevar enfermo desde finales del año pasado..


    http://www.abc.es/internacional/20140117/abci-muere-soldado-japones-vivio-201401171134.html
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  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente
    Hitler se habría exiliado en Suramérica

    Hitler no se suicidó una vez que la guerra ya estaba perdida, sino que escapó a Argentina y visitó varios países de Suramérica con distintas identidades falsas, entre ellas la de Kurt Bruno Kirchner que utilizó durante su estadía en Paraguay, según un libro del periodista argentino Abel Basti.

    "Tras los pasos de Hitler" es la investigación definitiva sobre el exilio postmortem del líder nazi en Argentina y otros países de la región, que Basti publicó en la editorial Planeta y que resume 20 años de arduo trabajo.

    El Führer, quien según la historia oficial se quitó la vida con un disparo en la sien, en realidad huyó de una Berlín asediada por el Ejército Rojo y arribó, en submarino, a la patagonia argentina donde vivió en un campo próximo a la ciudad de Bariloche bajo el nombre de Adolf Schütelmayor, afirma el escritor en su último libro.

    Basti, que escuchó por primera vez en 1994 que Hitler había llegado a Argentina semanas después de que finalizara la Segunda Guerra Mundial, contó a Efe que al principio no lo creyó "porque tenía en la cabeza la verdad oficial".

    "Pero en la medida que me movía en círculos alemanes del sur, y otras partes del país, comencé a ver esa posibilidad. Y la terminé creyendo cuando empecé a entrevistar a testigos que habían estado con Hitler en Argentina", relató el autor.

    El periodista, radicado en Bariloche, asegura en su libro que Hitler "no vivió enclaustrado" sino que se trasladaba con total libertad no sólo por el territorio argentino, sino también por países como Brasil, Colombia y Paraguay.

    La fuga del jerarca alemán "no hubiera sido posible sin un acuerdo militar entre los nazis y los norteamericanos, que consistía en la salida (de Alemania) de hombres, divisas y tecnología militar para reutilizar todo esto contra el comunismo, a cambio de inmunidad para los nazis y el reciclaje de estos en la estrategia bélica norteamericana", explicó Basti.

    Según el escritor, las principales agencias de inteligencia del mundo, como la CIA estadounidense y el MI6 británico, contaban con informes y fotografías que confirmaban la presencia de Hitler en Suramérica después de 1945.

    Basti afirmó que "lo que hacían los servicios secretos era reportar su presencia, pero no actuar para una detención" y que "es obvio" que, si hubiesen querido, podrían haber capturado al líder nazi ya que "así lo demuestran los documentos".

    Durante los dos primeros mandatos del expresidente argentino Juan Domingo Perón (1946-1955), Hitler vivió en la hacienda San Ramón, a unos 15 kilómetros de Bariloche, a la que llegó en tren desde la costa patagónica.

    Numerosos son los testimonios citados en el libro que corroboran la presencia del Führer en la región, al asegurar haber estado junto a él o tener un familiar que tenía una relación cercana con el presidente del Tercer Reich.

    Tales son los casos de Eloísa Luján, quien era una de las "catadoras" de la comida que se le servía al nazi para asegurar que esta no estaba envenenada, y de Ángela Soriani, la sobrina de la cocinera de Hitler, Carmen Torrentegui, en el tiempo que éste pasó en la finca sureña.

    La presencia del líder alemán en aquel rincón de la Patagonia era un secreto a voces, "no era que todos sabían que estaba Hitler en esa hacienda pero los que sí lo sabían, por alguna circunstancia como ser empleados de la hacienda, minimizaron el tema respecto a la importancia del personaje", comentó Basti.

    "Para la gente de campo la guerra prácticamente no existía, no había radio, los diarios llegaban una vez por mes y no cualquiera los leía. Así que sabían que había una guerra pero no tenían la dimensión del conflicto ni tampoco de los personajes en particular", agregó.

    Cuando Perón es derrocado en la llamada Revolución Libertadora (1955), el autor sostiene que muchos nazis se van de Argentina hacia países vecinos, principalmente a Paraguay, y también, aunque hay testigos que aseguran haber estado con Hitler después de esa fecha, el mismo Hitler tuvo que migrar al país guaraní, con el seudónimo de Kurt Bruno Kirchner.

    En "Tras los pasos de Hitler", se cita un testimonio de un exmilitar brasileño hijo de un alto cargo nazi, quien asegura que el Führer falleció el 5 de febrero de 1971 y está sepultado en una cripta en un antiguo búnker subterráneo nazi en Paraguay, donde en la actualidad se levanta un "moderno y exclusivo hotel".

    Basti escribe que la primera semana de cada febrero, el establecimiento hotelero cierra sus puertas para que un grupo exclusivo de nazis pueda honrar a su líder, "el hombre que les cambió la vida, a ellos y a todo el mundo, para siempre"

    http://www.publimetro.co/mundo/hitler-se-exilio-a-suramerica-y-se-apellido-kirchner/lmknby!IvgvEtuS7lXp6/
  • SPIDERMAN
    SPIDERMANForista Sargento Mayor
    Forista Sargento Mayor

    Hola a todos.

    Esto es de "No te lo puedo creer"...

    Desactivan una bomba de la Segunda Guerra Mundial en el campo del Dortmund

    Publicado el 26/02/2015

    Auf Wiedersehen.

  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente

    La batalla de Ramree. La mayor matanza de humanos provocada por animales.

    cocodrilos_devoradores_humanos.

    Hoy es diecinueve de febrero de 1945 y probablemente, estas sean las últimas palabras que escribo en este diario. Tras varios días bombardeando las costas de la isla que mis compañeros y yo estamos intentando defender, las tropas británicas junto a algunas brigadas indias han conseguido desembarcar en la zona norte.

    Hemos resistido más de lo que lo hubiesen hecho los soldados de cualquier país y nuestra patria, Japón, nos recordará con orgullo por siempre. Tras el desembarco, y con la cobertura aérea y naval que tenían los británicos, todos los que quedábamos nos vimos obligados a replegarnos hacia el interior de la isla. Las comunicaciones por radio señalaban a nuestros mandos que nuestras brigadas de la zona sur todavía estaban intactas y resistían el asedio y las órdenes fueron claras y certeras; cruzar a cualquier precio los dieciséis kilómetros que nos separaban de ellos y unirnos para la batalla final.

    Al anochecer, alrededor de mil soldados nos adentremos en los manglares poniéndonos a salvo de la artillería enemiga y de los disparos que, como una maldita lluvia de plomo, caía sobre nosotros desde la playa. A los pocos minutos, las explosiones y los disparos comenzaron a sonar sordos y alejados y un extraño silencio, tan solo roto por los jadeos extenuados de algunos compañeros, se adueño del oscuro y pantanoso bosque.

    En los meses que llevamos en esta isla nunca nos habíamos adentrado tanto en los manglares y los movimientos de una zona a otra siempre los habíamos hecho por las zonas secas de los laterales o por la costa. Todos éramos conscientes de los peligros de estos pantanos. Este bosque es el hogar de todo tipo de alimañas venenosas como serpientes, escorpiones y arañas de todo tipo y el peor de todos ellos, unas bestias que podían llegar a medir diez metros de largo y partirte en dos de una sola dentellada, los cocodrilos marinos.

    manglar



    Avanzar por este lugar es terriblemente costoso y los batallones que entraron al bosque más o menos agrupados no han tardado mucho en disgregarse en pequeños grupos. Doce compañeros y yo, caminamos a duras penas en fila india, con el agua por la cintura y en la más total oscuridad. Intermitentemente, el resplandor de algún proyectil disparado desde los buques que están fondeados a algunas millas, ilumina brevemente el cielo y nos permite guiarnos de un modo torpe y poco seguro. A cada paso, los pies se nos clavan en el fondo lodoso del pantanal y nos cuesta más esfuerzo avanzar.

    Paralelamente a nuestro grupo, avanzan el resto. Algunos de ellos tienen pequeñas linternas con las que guiarse e intentamos no perder sus débiles destellos de vista como punto de orientación. De repente, a escasos metros de nosotros se escuchan unos terribles gritos y comienzan a sonar disparos. Entre la espesura de plantas y raíces altas podemos ver el resplandor rojizo de los fogonazos. Todos en el grupo nos quedamos paralizados y en silencio, preparando nuestros fusiles para el inminente ataque. ¿Cómo han podido rodearnos los ingleses tan rápido?… Los disparos cesan tras un par de minutos y en su lugar comienzan a llegarnos unos sonidos extraños desde el mismo lugar, unos sonidos como de enormes chapoteos en el agua  mezclados con aterradores rugidos y cacofonías. De pronto, la misma escena se repite en otro grupo a unos treinta metros detrás de nosotros. Gritos histéricos rasgan el húmedo ambiente y el eco de los disparos a discreción rebotan por todo el bosque. Uno de mis  compañeros se desploma de golpe sobre mí, el desconcierto es total y cuando me ayudan a levantarlo comprobamos que ha recibido un balazo en la frente.

    Tenemos que alejarnos de allí lo más rápido posible si no queremos acabar como él y recibir una bala pérdida de las que, sin todavía entender porqué, están comenzando a llegar desde todas las zonas del manglar. La locura se dispara en pocos minutos y los gritos y las explosiones se escuchan ya por todos los lados. El terror en nuestro grupo, casi de forma inconsciente, nos hace dirigirnos hacía el exterior del manglar incumpliendo las órdenes que nos han dado. Un terrible alarido destaca del resto gritando una palabra que llega con total nitidez hasta nuestros oídos que nos hiela la sangre al instante… ¡COCODRILOS!

    De repente comprendemos que los ingleses no tienen nada que ver en lo que está sucediendo en el interior del manglar y que la lucha encarnizada que se está librando allí dentro es mucho más terrible. La zona que cruzamos ahora es más profunda y el agua nos llega hasta el pecho, a nuestra derecha, unas enormes sombras se deslizan hacia el agua desde lo alto de unos matorrales y antes de que nos dé tiempo a reaccionar, los dos últimos integrantes del grupo son literalmente engullidos hacia el fondo fangoso. El pánico se apodera del resto y también nosotros comenzamos a descargar nuestra munición hacia las sombras que se mueve bajo el agua, a nuestro alrededor. A unos veinte metros a nuestra derecha vemos una zona de pantano más clara y alta que parece tierra seca, si conseguimos llegar hasta allí quizás podamos salir de esta.



    cocodrilos_asesinos

    De reojo veo que Hiro, mi mejor compañero y que camina justo detrás de mí, está quitando el seguro a una granada y se dispone a lanzarla hacia atrás, donde los gigantescos cocodrilos están acabando sistemáticamente con los compañeros del grupo más rezagados. Cuando tiene el brazo completamente estirado para lanzar la granada, unas enormes mandíbulas emergen del fondo del lodazal y con un crujido estremecedor le arrancan de cuajo el brazo a mi amigo.

    Hiro ha quedado tan estupefacto que ni tan siquiera grita o se queja por el dolor, observo durante unos segundos su mirada perdida en las oscuras aguas mientras que un chorro de sangre brota desde el boquete que ha quedado a la altura su hombro. De repente, la granada que se ha tragado el cocodrilo junto con el brazo de Hiro hace explosión y tras el fogonazo y el estruendo apagado bajo las aguas, una lluvia de barro, sangre y vísceras de cocodrilo cae sobre todos nosotros.  Agarrando a Hiro del único brazo que le queda y prácticamente a empellones conseguimos llegar hasta la zona seca. Tan solo quedamos cinco y si no conseguimos salir de allí, pronto seremos cuatro porque mi amigo se está desangrando a una velocidad aterradora.

    Al fondo, entre lo poco que se filtra por la espesura de la vegetación, nos parece ver algo de claridad. Allí termina el manglar se sale a terreno abierto, a poca distancia de la playa oeste. Ahora que caminamos sobre terreno seco avanzamos más rápido y sin el temor de las bestias que nos acechan a nuestro paso desde las zonas húmedas de los laterales.

    Por fin conseguimos fuera del bosque, ahora solo debemos de caminar bordeándolo hacia el sur hasta llegar hasta la zona donde están nuestros compañeros de la resistencia. Apenas hemos caminado un par de centenares de metros cuando desde la playa comienzan a dispararnos. Los silbidos de las balas pasan  a escasos centímetros de nosotros y antes de que nos dé tiempo a reaccionar, dos de nosotros reciben los impactos.

    cocodrilo2

    Los británicos han rodeado el manglar y los francotiradores tienen orden de disparar a todos los que intentemos salir de este infierno.

    Volvemos de nuevo a introducirnos en la oscuridad del pantano, mientras arrastro literalmente a mi amigo, el tercer compañero dispara hacia la playa intentando cubrir nuestra retirada. Hiro y yo conseguimos llegar, pero él no tiene tanta suerte, un balazo le atraviesa el corazón en el último momento.

    Estoy completamente exhausto, he vuelto a introducirme en la zona húmeda hasta alcanzar una pequeña zona seca de un par de metros de diámetro con un enorme árbol en el centro. Sentados y apoyando nuestras espaldas contra el tronco, intentamos descansar unos minutos para volver a reemprender el camino. Hiro, lentamente se escora hasta que su cuerpo queda inerte apoyado contra mi hombro… ha muerto. Un reguero de sangre todavía corre desde su hombro, bajando por la pendiente de nuestro improvisado islote y adentrándose en el agua. A mi alrededor, decenas de lomos comienzan a emerger del agua, atraídos por la sangre de mi amigo y lentamente, se dirigen hacia mí.

    **

    Esto ha sido un relato ficticio de unos hechos reales que acontecieron en la isla de Ramree, junto a Birmania, en febrero de 1945. La isla de Ramree, defendida por los japoneses,  tenía un puerto y un aeropuerto que eran un punto estratégico para la reconquista británica de la bahía de Hunter.

    Los británicos no escatimaron en medios en la toma de esta isla; el acorazado Queen Elizabeth junto con los escuadrones de la RAAF del portaaviones Ameer, bombardearon sin compasión las costas de la isla antes del multitudinario desembarco  de las tropas británicas e indias. Alrededor de mil japoneses se vieron obligados a internarse en los manglares del interior sin posibilidad de huída, pues al salir se veían cazados por los soldados ingleses que flanquearon todo el pantano. Tan solo unos veinte soldados japoneses sobrevivieron aquella noche. No hay datos reales sobre lo que ocurrió allí, porque nadie entró jamás a hacer un recuento de víctimas, pero se supone que la inmensa mayoría de los soldados imperiales murieron bajo las fauces de estas terribles y gigantescas bestias. Otros muchos corrieron mejor suerte, muriendo por su propio fuego cruzado y otros, los menos, al intentar salir de allí fueron tiroteados por los británicos.

    matanza-de-ramree

    Todo lo que se sabe de aquella lejana noche de 1945, es lo que contaron los soldados británicos que escucharon estupefactos lo que ocurría en el interior del manglar. A día de hoy, no hay ningún testimonio directo de ninguno de los supuestos supervivientes japoneses.

    El naturalista y miembro de las tropas británicas en ese momento, Bruce Wright, lo describió así:

    “Esa noche (la del 19 de Febrero de 1945) fue la más horrible que cualquiera de la dotación de la ML [lanchón de desembarco de la infantería de marina] haya visto nunca. Entre el esporádico sonido de los disparos podían oírse los gritos de los hombres heridos, aplastados en las fauces de los enormes reptiles, y el vago, inquietante y alarmante sonido de de los cocodrilos girando creaba una cacofonía infernal que rara vez se ha igualado en la Tierra. Al amanecer llegaron los buitres para limpiar lo que los cocodrilos habían dejado… entraron en los pantanos de Ramree, sólo unos 20 fueron encontrados con vida.”

    Se dice que más de 1000 litros de sangre humana se derramaron aquella noche en los pantanosos manglares de la isla de Ramree y los hechos que allí sucedieron, están inscritos hoy en día en los anales de la historia como la mayor matanza de seres humanos provocada por animales.

    https://www.elpensante.com/la-batalla-de-ramree-la-mayor-matanza-de-humanos-provocada-por-animales/

  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente
    Editado Sun, 19 February 2017 #18

    La batalla deRamree. La mayor matanza de humanos provocada por animales.

    Hoy es diecinueve de febrero de 1945 y probablemente, estas sean las últimas palabras que escribo en este diario. Tras varios días bombardeando las costas de la isla que mis compañeros y yo estamos intentando defender, las tropas británicas junto a algunas brigadas indias han conseguido desembarcar en la zona norte.

    Hemos resistido más de lo que lo hubiesen hecho los soldados de cualquier país y nuestra patria, Japón, nos recordará con orgullo por siempre. Tras el desembarco, y con la cobertura aérea y naval que tenían los británicos, todos los que quedábamos nos vimos obligados a replegarnos hacia el interior de la isla. Las comunicaciones por radio señalaban a nuestros mandos que nuestras brigadas de la zona sur todavía estaban intactas y resistían el asedio y las órdenes fueron claras y certeras; cruzar a cualquier precio los dieciséis kilómetros que nos separaban de ellos y unirnos para la batalla final.

    Al anochecer, alrededor de mil soldados nos adentremos en los manglares poniéndonos a salvo de la artillería enemiga y de los disparos que, como una maldita lluvia de plomo, caía sobre nosotros desde la playa. A los pocos minutos, las explosiones y los disparos comenzaron a sonar sordos y alejados y un extraño silencio, tan solo roto por los jadeos extenuados de algunos compañeros, se adueño del oscuro y pantanoso bosque.

    En los meses que llevamos en esta isla nunca nos habíamos adentrado tanto en los manglares y los movimientos de una zona a otra siempre los habíamos hecho por las zonas secas de los laterales o por la costa. Todos éramos conscientes de los peligros de estos pantanos. Este bosque es el hogar de todo tipo de alimañas venenosas como serpientes, escorpiones y arañas de todo tipo y el peor de todos ellos, unas bestias que podían llegar a medir diez metros de largo y partirte en dos de una sola dentellada, los cocodrilos marinos.

    Avanzar por este lugar es terriblemente costoso y los batallones que entraron al bosque más o menos agrupados no han tardado mucho en disgregarse en pequeños grupos. Doce compañeros y yo, caminamos a duras penas en fila india, con el agua por la cintura y en la más total oscuridad. Intermitentemente, el resplandor de algún proyectil disparado desde los buques que están fondeados a algunas millas, ilumina brevemente el cielo y nos permite guiarnos de un modo torpe y poco seguro. A cada paso, los pies se nos clavan en el fondo lodoso del pantanal y nos cuesta más esfuerzo avanzar.

    Paralelamente a nuestro grupo, avanzan el resto. Algunos de ellos tienen pequeñas linternas con las que guiarse e intentamos no perder sus débiles destellos de vista como punto de orientación. De repente, a escasos metros de nosotros se escuchan unos terribles gritos y comienzan a sonar disparos. Entre la espesura de plantas y raíces altas podemos ver el resplandor rojizo de los fogonazos. Todos en el grupo nos quedamos paralizados y en silencio, preparando nuestros fusiles para el inminente ataque. ¿Cómo han podido rodearnos los ingleses tan rápido?…  Los disparos cesan tras un par de minutos y en su lugar comienzan a llegarnos unos sonidos extraños desde el mismo lugar, unos sonidos como de enormes chapoteos en el agua  mezclados con aterradores rugidos y cacofonías. De pronto, la misma escena se repite en otro grupo a unos treinta metros detrás de nosotros. Gritos histéricos rasgan el húmedo ambiente y el eco de los disparos a discreción rebotan por todo el bosque. Uno de mis  compañeros se desploma de golpe sobre mí, el desconcierto es total y cuando me ayudan a levantarlo comprobamos que ha recibido un balazo en la frente.

    Tenemos que alejarnos de allí lo más rápido posible si no queremos acabar como él y recibir una bala pérdida de las que, sin todavía entender porqué, están comenzando a llegar desde todas las zonas del manglar. La locura se dispara en pocos minutos y los gritos y las explosiones se escuchan ya por todos los lados. El terror en nuestro grupo, casi de forma inconsciente, nos hace dirigirnos hacía el exterior del manglar incumpliendo las órdenes que nos han dado. Un terrible alarido destaca del resto gritando una palabra que llega con total nitidez hasta nuestros oídos que nos hiela la sangre al instante… ¡COCODRILOS!

    De repente comprendemos que los ingleses no tienen nada que ver en lo que está sucediendo en el interior del manglar y que la lucha encarnizada que se está librando allí dentro es mucho más terrible. La zona que cruzamos ahora es más profunda y el agua nos llega hasta el pecho, a nuestra derecha, unas enormes sombras se deslizan hacia el agua desde lo alto de unos matorrales y antes de que nos dé tiempo a reaccionar, los dos últimos integrantes del grupo son literalmente engullidos hacia el fondo fangoso. El pánico se apodera del resto y también nosotros comenzamos a descargar nuestra munición hacia las sombras que se mueve bajo el agua, a nuestro alrededor. A unos veinte metros a nuestra derecha vemos una zona de pantano más clara y alta que parece tierra seca, si conseguimos llegar hasta allí quizás podamos salir de esta.



    De reojo veo que Hiro, mi mejor compañero y que camina justo detrás de mí, está quitando el seguro a una granada y se dispone a lanzarla hacia atrás, donde los gigantescos cocodrilos están acabando sistemáticamente con los compañeros del grupo más rezagados. Cuando tiene el brazo completamente estirado para lanzar la granada, unas enormes mandíbulas emergen del fondo del lodazal y con un crujido estremecedor le arrancan de cuajo el brazo a mi amigo.

    Hiro ha quedado tan estupefacto que ni tan siquiera grita o se queja por el dolor, observo durante unos segundos su mirada perdida en las oscuras aguas mientras que un chorro de sangre brota desde el boquete que ha quedado a la altura su hombro. De repente, la granada que se ha tragado el cocodrilo junto con el brazo de Hiro hace explosión y tras el fogonazo y el estruendo apagado bajo las aguas, una lluvia de barro, sangre y vísceras de cocodrilo cae sobre todos nosotros.  Agarrando a Hiro del único brazo que le queda y prácticamente a empellones conseguimos llegar hasta la zona seca. Tan solo quedamos cinco y si no conseguimos salir de allí, pronto seremos cuatro porque mi amigo se está desangrando a una velocidad aterradora.

    Al fondo, entre lo poco que se filtra por la espesura de la vegetación, nos parece ver algo de claridad. Allí termina el manglar se sale a terreno abierto, a poca distancia de la playa oeste. Ahora que caminamos sobre terreno seco avanzamos más rápido y sin el temor de las bestias que nos acechan a nuestro paso desde las zonas húmedas de los laterales.

    Por fin conseguimos fuera del bosque, ahora solo debemos de caminar bordeándolo hacia el sur hasta llegar hasta la zona donde están nuestros compañeros de la resistencia. Apenas hemos caminado un par de centenares de metros cuando desde la playa comienzan a dispararnos. Los silbidos de las balas pasan  a escasos centímetros de nosotros y antes de que nos dé tiempo a reaccionar, dos de nosotros reciben los impactos.

    Los británicos han rodeado el manglar y los francotiradores tienen orden de disparar a todos los que intentemos salir de este infierno.

    Volvemos de nuevo a introducirnos en la oscuridad del pantano, mientras arrastro literalmente a mi amigo, el tercer compañero dispara hacia la playa intentando cubrir nuestra retirada. Hiro y yo conseguimos llegar, pero él no tiene tanta suerte, un balazo le atraviesa el corazón en el último momento.

    Estoy completamente exhausto, he vuelto a introducirme en la zona húmeda hasta alcanzar una pequeña zona seca de un par de metros de diámetro con un enorme árbol en el centro. Sentados y apoyando nuestras espaldas contra el tronco, intentamos descansar unos minutos para volver a reemprender el camino. Hiro, lentamente se escora hasta que su cuerpo queda inerte apoyado contra mi hombro… ha muerto. Un reguero de sangre todavía corre desde su hombro, bajando por la pendiente de nuestro improvisado islote y adentrándose en el agua. A mi alrededor, decenas de lomos comienzan a emerger del agua, atraídos por la sangre de mi amigo y lentamente, se dirigen hacia mí.

    **

    Esto ha sido un relato ficticio de unos hechos reales que acontecieron en la isla de Ramree, junto a Birmania, en febrero de 1945. La isla de Ramree, defendida por los japoneses,  tenía un puerto y un aeropuerto que eran un punto estratégico para la reconquista británica de la bahía de Hunter.

    Los británicos no escatimaron en medios en la toma de esta isla; el acorazado Queen Elizabeth junto con los escuadrones de la RAAF del portaaviones Ameer, bombardearon sin compasión las costas de la isla antes del multitudinario desembarco  de las tropas británicas e indias. Alrededor de mil japoneses se vieron obligados a internarse en los manglares del interior sin posibilidad de huída, pues al salir se veían cazados por los soldados ingleses que flanquearon todo el pantano. Tan solo unos veinte soldados japoneses sobrevivieron aquella noche. No hay datos reales sobre lo que ocurrió allí, porque nadie entró jamás a hacer un recuento de víctimas, pero se supone que la inmensa mayoría de los soldados imperiales murieron bajo las fauces de estas terribles y gigantescas bestias. Otros muchos corrieron mejor suerte, muriendo por su propio fuego cruzado y otros, los menos, al intentar salir de allí fueron tiroteados por los británicos.

    Todo lo que se sabe de aquella lejana noche de 1945, es lo que contaron los soldados británicos que escucharon estupefactos lo que ocurría en el interior del manglar. A día de hoy, no hay ningún testimonio directo de ninguno de los supuestos supervivientes japoneses.

    El naturalista y miembro de las tropas británicas en ese momento, Bruce Wright, lo describió así:

    “Esa noche (la del 19 de Febrero de 1945) fue la más horrible que cualquiera de la dotación de la ML [lanchón de desembarco de la infantería de marina] haya visto nunca. Entre el esporádico sonido de los disparos podían oírse los gritos de los hombres heridos, aplastados en las fauces de los enormes reptiles, y el vago, inquietante y alarmante sonido de de los cocodrilos girando creaba una cacofonía infernal que rara vez se ha igualado en la Tierra. Al amanecer llegaron los buitres para limpiar lo que los cocodrilos habían dejado… entraron en los pantanos de Ramree, sólo unos 20 fueron encontrados con vida.”

    Se dice que más de 1000 litros de sangre humana se derramaron aquella noche en los pantanosos manglares de la isla de Ramree y los hechos que allí sucedieron, están inscritos hoy en día en los anales de la historia como la mayor matanza de seres humanos provocada por animales.

    https://www.elpensante.com/la-batalla-de-ramree-la-mayor-matanza-de-humanos-provocada-por-animales/

  • DarioLopez
    DarioLopezColaborador, EMC Subteniente
    Colaborador, EMC Subteniente
  • AndresK
    AndresKForista Subteniente
    Forista Subteniente

    Muy mala suerte para los japoneses...

  • Edwin
    EdwinForista Subteniente
    Forista Subteniente

    Breda Ba.88 "Lince",el peor avión de la Segunda Guerra Mundial              




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