Indumil y La Universidad de la Sabana producirán primeros ventiladores para UCI
Hace dos semanas, un equipo de personas de la Universidad de La Sabana y de la Clínica de La Sabana empezó a trabajar día y noche en el diseño y fabricación de un ventilador de bajo costo, para que cuando llegue el pico de contagios por covid-19, estos dispositivos se estén produciendo en el país y funcionando en distintas unidades de cuidados intensivos.
Hoy, ese proyecto es una realidad. Desde ayer comenzaron a preproducirse los primeros prototipos, y próximamente se espera que estén fabricándose en los laboratorios de la Facultad de Ingeniería de La Sabana, en Indumil y en Cotecmar.
El objetivo de la universidad es que el modelo de fabricación del ventilador Unisabana Garzas (nombre en español del equipo de investigación y autor del proyecto) sea replicado en distintas ciudades colombianas, e incluso extranjeras.
Por eso están trabajando también en un paquete de transferencia tecnológica abierta (sin patente). De hecho, están asesorando proyectos en Ibagué, Yopal y en la Universidad de Piura, de Perú.
En la emergencia que vive el mundo por la pandemia del nuevo coronavirus, estos dispositivos no solo se volvieron difíciles de adquirir, pues muchos países restringieron su exportación, sino que también son extremadamente costosos. Uno solo de estos aparatos puede llegar a valer entre 40.000 y 50.000 dólares.
Si bien en Colombia otras instituciones, como es el caso de la Universidad de Antioquia, también están trabajando en el diseño y producción de prototipos, motivadas por la emergencia, hasta ahora no se fabrican en serie esos dispositivos.
Esa dificultad para adquirir ventiladores mecánicos llevó al rector de La Sabana, Obdulio Velásquez Posada, a echar a andar la iniciativa de inmediato.
“Estamos en una batalla contra un enemigo invisible, silencioso. Venimos trabajando 7 x 24 con el único propósito de que cuando llegue el pico de la pandemia seamos capaces, como país y con una cooperación radical, de producir los ventiladores suficientes para poder salvar vidas”, le dijo a EL TIEMPO desde Estados Unidos Rolando Roncancio Rachid, director general del proyecto y vicerrector de Procesos Académicos y Proyección Social de Unisabana.
El doctor en Gobierno y Cultura de las Organizaciones y MBA en Administración de Empresas explicó que el proyecto tecnológico surgió de la visión de La Sanaba de ser una Universidad de tercera generación, sostenible y emprendedora, que desde hace varios años viene orientando la docencia y la investigación “en la solución de problemas reales de la sociedad”.
El directivo explicó que con el ventilador ya se han hecho pruebas en seres vivos y que en esto los “han acompañado las fundaciones Cardio Infantil, Neumológica Colombiana y la Insimed”, y agregó que al proyecto se vinculó casi desde el principio la industria militar Indumil y después se sumó Cotecmar.
En este propósito están también Innpulsa, entidad adscrita al Mintic, y Connect Bogotá, una organización sin ánimo de lucro que promueve ideas innovadoras. Además, Invima viene haciéndole seguimiento a todo el proceso.
La iniciativa de diseñar, fabricar y producir en serie ventiladores mecánicos para pacientes de covid-19 surgió de la necesidad de ampliar en 100 el número de estos dispositivos en la Clínica de La Sabana, pero muy rápido se convirtió en un proyecto más ambicioso. El objetivo ahora es tener tres líneas de fabricación: en el campus de Unisabana, en Chía; en Indumil, en Soacha y Sibaté, y en Cotecmar, en Cartagena.
El neumólogo y director médico del proyecto de La Sabana, Luis Fernando Giraldo, dijo que no todos los ventiladores sirven para covid-19 y cita, por ejemplo, que muchos de los que parten del principio de la bolsa de ambú pueden ser insuficientes. “Tiene que darle al paciente el soporte de aire y oxígeno, y tener el mecanismo de monitoreo de variables de presión y volumen; si no, se produce más daño”, advirtió Giraldo.
En cuanto a la línea de producción en Indumil, el almirante Hernando Wills, gerente general de la industria militar, dijo que por instrucción del Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Defensa, se empezó a trabajar en la producción de camas hospitalarias –ya entregaron las primeras 30 y la idea es llegar a 3.000–, en los carros para movilizar las pesadas balas de oxígeno y en los ventiladores mecánicos.
“El ventilador fue diseñado por la Universidad de La Sabana para que se pueda producir con elementos de fácil consecución. Hay otras piezas que las podemos fabricar”, precisó el almirante.
Se estima que la industria militar podría producir, en principio, entre 60 y 80 dispositivos por día. Los primeros prototipos empezarán a salir esta semana. El equipo de investigadores de la Universidad de La Sabana estima que cada aparato de estos producido en serie puede salir por un valor aproximado de 2.000 dólares.
“En Indumil haremos el montaje de las primeras líneas, eso nos permitirá ir ajustando y mejorando, y, posteriormente, ampliar la producción”, dijo el almirante Wills, quien agregó que en principio el proyecto no tendrá mayor costo para la industria militar.
Igual que la industria militar, la Universidad de La Sabana trabaja en la adecuación de sus laboratorios en el campus de Chía, donde fue diseñado y ensamblado el primer prototipo, para empezar a fabricar ventiladores. En principio, producirán los 100 que necesita la clínica de la alma máter y luego para otras instituciones.
“Nuestro objetivo es generar un impacto tangible. No estaremos contentos con solo fabricar ventiladores para covid, sino hasta que empecemos a salvar vidas”, dice el directivo de La Sabana.
El proyecto tecnológico se ha financiado principalmente con recursos propios de la universidad pero, según Roncancio, para llegar a una producción industrial se necesitan varios miles de millones de pesos. Ante esto considera necesario que se vinculen empresas y personas que quieran sumarse a la iniciativa, como ya lo hicieron Finandina y Popsy, y dijo que por eso se abrió la opción de recibir donaciones (ver recuadro).
“Esto no tiene un ánimo de lucro”, aclara el profesor, quien explica que también están trabajando en un paquete de transferencia de tecnológica abierta, que permitirá aplicar el modelo en cualquier parte del país o en el extranjero. Por ahora, empresarios de Ibagué y de Yopal y la Universidad de Piura, en Perú, están recibiendo asesoría para su implementación del modelo.
Dicho paquete tiene cuatro factores: modelo de cooperación, de tecnología del dispositivo, de fabricación y de arquitectura jurídica. “Esto es montar en unos días lo que se hace en años”.
Cómo apoyar el proyecto
Las empresas o personas interesadas en apoyar con aportes económicos el proyecto de producción en serie de ventiladores mecánicos para covid-19 en los laboratorios de ingeniería de la Universidad de La Sabana, en el campus de Chía, lo pueden hacer en la cuenta corriente del banco BBVA 311008296 a nombre de la Universidad de La Sabana.
Si necesita información, puede solicitarla en el correo
enrique.bayer@unisabana.edu.co o al número 321 2169933. También puede ingresar al link: https://www.unisabana.edu.co/index.php?id=11668
GUILLERMO REINOSO RODRÍGUEZ
Editor de Bogotá
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