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Aviones suecos en el Congo

TOLEDO
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Editado Sat, 18 August 2012
en Otros conflictos #1
Este debate se creó a partir de comentarios divididos de: CONFLICTOS MENORES DEL XX.

Comentarios

  • Aviones suecos en el Congo.

    En 1960 el ex-Congo belga alcanzó su independencia. No es este el lugar para debatir si su población estaba preparada para ese tipo de responsabilidades. Basta con decir que de inmediato empezaron masacres tribales y anarquía total. La provincia austral de Shaba, en la zona donde convergen Angola, Rhodesia y Mozambique, trató de alcanzar su independencia con el nombre de Katanga. Las Naciones Unidas mandaron tropas tratando de mantener el orden. Los intereses económicos que respaldaban la formación de Katanga (rica en yacimientos de cobre) contrataron mercenarios para enfrentar las fuerzas gubernamentales y de la ONU. Y se formó la Aviation Katangaise, más conocida como Avikat. Esta usaba aviones como el de Havilland Dove, T-6G y Fouga Magister. La Avikat operaba sin oposición; sólo los accidentes disminuían su número.
    Los de Havilland Dove dejaban caer sus bombas a través de las trampillas improvisadas, o ametrallaban desde la abertura posterior, dejada tras retirar la puerta destinada al acceso de los pasajeros.
    Los T-6G por su parte, continuaban con los habituales “strafings”. Y el único superviviente de los tres Magister adquiridos, pilotado por los mercenarios Joseph Magain y Delin, seguía operando a lo loco, dedicándose a incordiar y amargar la vida a las tropas de la ONU, entre ellas, las irlandesas que nunca habían visto una guerra de cerca salvo en el cine.
    El 13 de septiembre de 1961, se atrevió con el aeropuerto de Elizabethville. Allí ametralló el cuartel general del representante de Naciones Unidas y a las tropas desplegadas en el aeródromo. Acto seguido, se alejó hacia el norte como un galgo, para atacar la base aérea, ocupada de igual modo por Naciones Unidas, de Kamina.
    Pocos días después, volvería a las andadas otra vez sobre Elizabethville; añadiendo a la lista, los aeropuertos de Luano y Baka. En esta ocasión, ametrallaría tres Fairchild C-119 de la Aeronautica Militare Italiana. Un C-119 fue alcanzado y herido uno de sus tripulantes. Otros aviones de transporte estacionados, un DC-4 inglés y un C-47 de las Naciones Unidas, resultarían también destruidos en la acción del “merodeador solitario”; al mismo tiempo logró poner fuera de servicio la torre de control de Baka, y dejaba malparada la de Luano.
    Para colmar el vaso, durante el día 17 de septiembre, se estrelló, en más que extrañas circunstancias a 11 kilómetros de su destino, el DC-6 donde viajaba el Secretario General de las Naciones Unidas Dag Hammarskjöld. Todos los de a bordo murieron. Nunca se supo la verdad, pero algunos afirmaron que vieron al Magister operando en esa zona a la hora del suceso.

    Esto llevó a que ONU tuviera su propia fuerza aérea. Etiopía aportó un destacamento de F-86 Sabre, India uno de Canberra, y Suecia uno de J-29 Tunnan.
    Suecia no tenía experiencia en combates aéreos, y menos en fuerzas expedicionarias. Pero durante su permanencia en el Congo mantuvieron una tasa de operatibilidad inicial del 90%, logrando más tarde alcanzar un 100%.
    El calor y los escasos 1.950 metros de la primera pista que dispusieron limitó su armamento a la munición de los cañones de 20 mm, y a ocho cohetes de 150 mm.
    Por esa época la Avikat había adquirido dos Vampire, y contratado pilotos rodesianos para ellos. En tierra las fuerzas de la ONU habían comenzado una importante ofensiva, y en el aire una tormenta de metal se dejó caer sobre los aeródromos katangueños. Especialmente sobre Kolwezi.
    Parejas de J-29 lo atacaron sistemáticamente, mientras recibían un nutrido fuego antiaéreo desde tierra. En la acción diezmaron considerablemente los efectivos de la Avikat. Un DC-4, un DC-3, un de Havilland Dove y dos Dornier Do-28 resultaron destruidos. Varios J-29 fueron alcanzados por la antiaérea, y uno de ellos permaneció fuera de servicio algún tiempo.

    Tras el ataque a los aeródromos, las acciones se concentraron en misiones de apoyo a las tropas de tierra de Naciones Unidas. Junto a los Canberra de la India, vehículos, ferrocarriles e instalaciones, fueron progresivamente eliminados por el fuego de los aviones, hasta que las hostilidades decrecieron en intensidad el 16 de diciembre.
    Los aviones originales fueron 5. A fines de 1962 fueron reforzados por dos S-29C, de recco photo. Como la situación empeoraba, en diciembre se enviaron 4 J-29B adicionales. El 26 de diciembre, los Tunnan volvieron al ataque, concentrándose principalmente en los aeródromos katangueños.
    Especialmente significativos fueron las misiones de los días 29 y 30 sobre Kolwezi y Jodatville. Fuertemente defendidos, los J-29 fueron recibidos por un muro de acero, proveniente de toda clase de armas en tierra. Uno de los Tunnan regresó con 12 agujeros de bala en su fuselaje, y otro, con parte de su canopy pulverizado; pero, tras haber efectuado 30 misiones, disparar 5.000 cartuchos con sus cañones de 20 mm y lanzar 90 cohetes aire-tierra, habían reducido prácticamente a la nada al Avikat. La destrucción de dos Vampire, seis T-6G, un Dove, un Piper Comanche y un Dragon Rapide, fue el resultado más visible de los ataques. Los restos de la Avikat huyeron a Angola.

    En abril de 1963 se inició el retorno de los aviones a Suecia. En su permanencia en Africa, los J-29 mostraron al mundo lo verdadero de la expresión “calidad sueca”.
  • Camberra
    CamberraForista
    Forista
             Aunque no fue en el Congo, también fueron aviones y pilotos suecos estabes actuando en la guerra entre Nigeria y los independentistas de Biafra a finales de la década de los sesenta del siglo pasado. 

  • AndresK
    AndresKForista Subteniente
    Forista Subteniente
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