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COLOMBIA: HACIA EL CONCEPTO DE PAZ
Autor: Erich Saumeth Cadavid
(Americamilitar.com) La posibilidad de brindarle al conjunto de su población espacios, ambientes y sensaciones de paz y seguridad, ha sin duda uno de los principales objetivos buscados por todos los estados y a través de toda la historia.
Es precisamente entonces el escenario propicio para, y una vez obtenida, desarrollar el conjunto de políticas socio-económicas que a su vez permitan –y para países como Colombia- el comienzo de un crecimiento sostenido en todos los aspectos y que den lugar a principios o nociones básicas de nación, ausentes en la actualidad.
La paz entonces, no podría entenderse exclusivamente como el resultado final de una confrontación socio-política, ni explicada tampoco en términos de victorias y derrotas, ni de forma absoluta, como el fin del conflicto o la lucha al interior de una sociedad, sino más bien como el comienzo.
El comienzo del camino no hacia la victoria, sino aquel que tendría que recorrer la sociedad colombiana –unida- para generar esos espacios que le permitan lograr vivir si en paz y con justicia social. Pero a partir de unas condiciones básicas determinadas previamente y justamente en un proceso de diálogo para conseguirla.
Esto no es otra cosa que la “mesa” sobre la cual, todos y cada uno de los sectores de esa sociedad, deben por lo menos expresar que entienden por paz y como creen que esta puede lograrse. No se puede, y a nuestro juicio, “buscar la paz”, cuando no se sabe o entiende que significa la misma, o cuando se tienen definiciones exclusivas o particulares sobre cómo interpretar un conflicto armado interno que se destaca por su alta complejidad.
Por ende Colombia debe buscar y conseguir –de manera urgente- poder definirla, no como simple término, sino como condición que le permitan vivirla, y debe hacerlo a partir de profundos procesos de transformación social, económica, política, cultural y en todos aquellos otros aspectos, que así se hagan necesarios considerar.
La paz a la sazón una vez entendida como concepto y como premisa para el desarrollo, podría si comenzar a generarse y a ser percibida, más que como un objetivo a materializarse, como un aporte de cada uno de los colombianos; es, o será finalmente el deseo de cada nacional orientado a hacerla posible, a partir de su voluntad y de lo que pueda aportar para ello.
Por eso creemos que se debe también –y desde lo público- insistir y persistir en decisiones políticas como estas, que tangan eco e impacto dentro de la opinión pública o sociedad civil, cuyo apoyo será fundamental para su éxito.
Mas que una victoria es reconciliación, revisión histórica, compromiso social, esfuerzo y decisión política, pero sobre todo voluntad popular. A partir de la misma, podríamos lograr definir también el concepto –por fin- de nación colombiana, a raíz de las dinámicas sociales regionales y nacionales que se generaran por la reconstrucción –obvia- del tejido social rural y urbano.
Lo verdaderamente difícil no será entonces lograrla, sino que nos esforcemos por querer mantenerla y conseguir por fin una paz sostenible.
(Americamilitar.com) La posibilidad de brindarle al conjunto de su población espacios, ambientes y sensaciones de paz y seguridad, ha sin duda uno de los principales objetivos buscados por todos los estados y a través de toda la historia.
Es precisamente entonces el escenario propicio para, y una vez obtenida, desarrollar el conjunto de políticas socio-económicas que a su vez permitan –y para países como Colombia- el comienzo de un crecimiento sostenido en todos los aspectos y que den lugar a principios o nociones básicas de nación, ausentes en la actualidad.
La paz entonces, no podría entenderse exclusivamente como el resultado final de una confrontación socio-política, ni explicada tampoco en términos de victorias y derrotas, ni de forma absoluta, como el fin del conflicto o la lucha al interior de una sociedad, sino más bien como el comienzo.
El comienzo del camino no hacia la victoria, sino aquel que tendría que recorrer la sociedad colombiana –unida- para generar esos espacios que le permitan lograr vivir si en paz y con justicia social. Pero a partir de unas condiciones básicas determinadas previamente y justamente en un proceso de diálogo para conseguirla.
Esto no es otra cosa que la “mesa” sobre la cual, todos y cada uno de los sectores de esa sociedad, deben por lo menos expresar que entienden por paz y como creen que esta puede lograrse. No se puede, y a nuestro juicio, “buscar la paz”, cuando no se sabe o entiende que significa la misma, o cuando se tienen definiciones exclusivas o particulares sobre cómo interpretar un conflicto armado interno que se destaca por su alta complejidad.
Por ende Colombia debe buscar y conseguir –de manera urgente- poder definirla, no como simple término, sino como condición que le permitan vivirla, y debe hacerlo a partir de profundos procesos de transformación social, económica, política, cultural y en todos aquellos otros aspectos, que así se hagan necesarios considerar.
La paz a la sazón una vez entendida como concepto y como premisa para el desarrollo, podría si comenzar a generarse y a ser percibida, más que como un objetivo a materializarse, como un aporte de cada uno de los colombianos; es, o será finalmente el deseo de cada nacional orientado a hacerla posible, a partir de su voluntad y de lo que pueda aportar para ello.
Por eso creemos que se debe también –y desde lo público- insistir y persistir en decisiones políticas como estas, que tangan eco e impacto dentro de la opinión pública o sociedad civil, cuyo apoyo será fundamental para su éxito.
Mas que una victoria es reconciliación, revisión histórica, compromiso social, esfuerzo y decisión política, pero sobre todo voluntad popular. A partir de la misma, podríamos lograr definir también el concepto –por fin- de nación colombiana, a raíz de las dinámicas sociales regionales y nacionales que se generaran por la reconstrucción –obvia- del tejido social rural y urbano.
Lo verdaderamente difícil no será entonces lograrla, sino que nos esforcemos por querer mantenerla y conseguir por fin una paz sostenible.
Editado por TOLEDO on
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Comentarios
LA DEBILIDAD PROVOCA LA FORTALEZA DISUADE.
los terroristas de las farc deben pagar por sus crimenes o Cascavel es que nos debemos preparar para la impunidad..porque me pide mesura y ponderación ..asi es que Yo pienso....no puedo pedir que esos asesinos paguen por sus crimenes?
Saludos...
Tambien pueden continuar el Debate aen el siguiente link:
http://www.americamilitar.com/discussion/268/rumbo-a-un-nuevo-proceso-de-paz-con-los-terroristas-de-las-farc#Item_13
Auf Wiedersehen.
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